Por Maria Ribeiro
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Seria comprender muy poco el propósito real de la Doctrina espirita el pensar que las curas espirituales son una de sus especialidades, desobedeciendo a una irrevocable orden natural de las cosas.
La búsqueda del bienestar es un principio del instinto de conservación, que es una ley natural. Por tanto no existe nada más justo que procurarse recursos capaces de restaurar la salud, cuando esta entra en un estado de debilidad.
Lo que aquí se propone es una reflexión más racional a respecto del tema.
Es considerable el número de individuos que, a lo largo de los tiempos, tuvieron, unos más, otros menos el poder de curar. Uno de ellos, claro es nuestro Maestro Jesús, profundo conocedor de todas las ciencias y no lo sería menos en cuanto a la ciencia del magnetismo.
“La facultad de curar por la influencia fluídica es muy común y puede desenvolverse mediante el ejercicio; sin embargo, la de curar instantáneamente por la imposición de las manos es más rara, y su apogeo puede ser considerado como excepcional. Entretanto, ha sido observada en diversas épocas, y en casi todos los pueblos han surgido individuos que la poseían en grado elevado. En estos últimos tiempos, se ha visto diversos ejemplos notables, cuya autenticidad no puede ser constatada. Dado que estas especies de curas reposan sobre un principio natural, y que el poder de producirlas no es un privilegio, es que ellas no salen de la naturaleza y apenas tienen de meticulosa, la apariencia.” (La Génesis, capitulo XIV – Curas)
Esta declaración Kardeciana trae al entendimiento de que esta, como todas las facultades humana no se desenvuelven de otra forma. Kardec hace que se remeta a la vida eterna del Espíritu, donde las adquisiciones paulatinas de encarnación en encarnación, con el trabajo constante en el Bien purifican los fluidos constituyentes del Ser, que tiene sus recursos aumentaos para que pueda promover el auxilio que se haga necesario
“… La facultad de curar instantáneamente por la imposición de las manos es más rara” porque es preciso un grado de pureza que no se hace siquiera una idea aproximada. ¿Los domiciliados en el planeta Tierra, que Según los Espíritus Superiores es un lugar aun apropiado para recibir seres imperfectos, como esperar ciertos prodigios? El estado moral atrasado representa un óbice para tal. Aunque nada impide que la Providencia Divina se manifieste a través de hombres imperfectos que buscan sinceramente reajustarse con las Leyes Morales, no se puede despreciar que haya factores que determinan que tal evento ocurra o no.
En este caso especifico, Kardec enfatiza que se trata de un tipo de facultad mediúmnica rara, y previene contra las celadas que puedan aparecer. (el Libro de los Espíritus -556)
El ítem 18 del mismo capítulo, aun en La Génesis, Kardec deja evidente: “El pensamiento del Espíritu encarnado actua sobre los fluidos espirituales como también el de los Espíritus desencarnados; se transmite de Espíritu a Espíritu, por la misma via, y, conforme sea bueno o malo, sanea o vicia los fluidos circundantes". En otras palabras, es a través del pensamiento que los fluidos son manipulados y dirigidos de una persona para otra, estén encarnadas o no. Esto quiere decir que los fluidos de los Espíritus no son más poderosos que el de los encarnados por el simple hecho de ser Espíritus. y que los fluidos son emitidos todos del Ser, de la misma forma que son recibidos, y no necesariamente por las manos, como es la creencia vigente. Estas declaraciones confirman que gesticulaciones y sincronismos, posturas aun tan frecuentes, deben disminuir a la medida que se comprendan la inutilidad de las formas. Por cuanto es bueno que se esté atento más a lo que pueda surgir.
Es sabido que en el pasado hubo compañeros en la labor mediúmnica que se sirvieron de formas materiales, y hasta bizarras, para realizar curas y cirugías espirituales. Eran Espiritas entusiasmados, que cayeron en el gusto de creer que estas prácticas eran lo más extraordinario que la Doctrina podía ofrecer. Más que proporcionar a los pacientes el alivio de sus males, aquellas prácticas probaron que las Entidades desencarnadas actúan verdaderamente a través de los médiums con los cuales afiniza. Resta saber que si esto provocó avances morales en alguien, una vez que las manifestaciones por sí mismas no tornan a un ser bueno o malo, ni a un ignorante sabio.
Cuando la terapia del pase no ofrece los efectos esperados, se acostumbran a recurrir a otras, que se pueden contar a decenas, más que no tienen vínculo doctrinario. Así, se ha incorporado la cromoterapia, florales, pirámides, reike y otras y otras como “menú” doctrinario-espirita
Analizándose la terminología de la locución – cura espiritual – se puede entender CURA DEL ESPÏRITU, aunque mucho se desee la cura del cuerpo, pues es él, el que se siente masacrado, torturado y abatido. Cuando se es llamado al testimonio de la enfermedad, son pocos los que no murmuran, olvidados de la resignación, del concepto de causa y efecto, de la vida futura.
Admitiéndose - LA CURA POR ESPÍRITUS – recúrrase al ultimo parágrafo del comentario de la cuestión 70 de El Libro de los Espíritus que dice que “El fluido vital se transmite de un individuo para otro. Aquel que tiene lo bastante puede darlo, aquel que tiene poco y, en ciertos casos restablecer la vida que está presta a apagarse." Kardec señala, así, que la solidaridad es un bien que debe permear entre los seres, de unos para los otros, en la medida de sus fuerzas. El deseo y la buena voluntad de servir y de ser útil establecen la harmonía necesaria para el engranaje del universo íntimo, que se expande a distancias que no se osa mensurar. En el parágrafo anterior, el dice que este “fluido se renueva por la absorción y asimilación de las sustancias que lo contienen” El individuo precisa no solamente absorber, más también asimilar las sustancias que contienen el fluido. Esto quiere decir que pueden ser absorbidos, más no necesariamente asimilados, o sea, tornarse compatibles con los fluidos propios del receptor, para que actúen beneficiosamente. Es lo que ocurre en el organismo humano en relación a las proteínas de origen animal: ellas sufren procesos de “quiebra” hasta conseguir formas que son asimilables por el organismo humano.
Entretanto se debe, pues, percibir que la cura espiritual es un proceso individual que escapa al control de otro. El cuerpo adolece por razones morales-espirituales relacionadas a la historia de cada uno, por tanto es responsabilidad individual e intransferible la cura efectiva, que es al fin lo que se espera. “Tu fe te salvo”, dijo Jesús. Los mecanismos de transformar los fluidos enfermizos para fluidos saludables están en cada individuo. La Génesis, tratando del asunto, dice que “los fluidos no tienen calidades en su generis, más si las adquieren en el medio donde son elaborados; se modifican por los efluvios de ese medio… Los Fluidos… trazan la impresión de los sentimientos del odio, de la envidia, de los celos… de la benevolencia, del amor, de la caridad…"El deseo ardiente de dar alivio a un hermano sufridor, o para sí mismo, representa una llamada fortísima para las Entidades Benéficas. El auxilio magnético tendrá siempre un efecto, según las circunstancias que muchas veces no están bajo el dominio de la comprensión humana. En la narrativa de Lucas 9, vs 11, se encuentra:” … Y el los recibió, y les habló del Reino de Dios, y sanaba a los que necesitaban de cura”, o sea, Jesús reconocia los que se curarían pues Él vino a derogar Leyes Divinas: El sabia que muchos aun necesitaban permanecer enfermos. La necesidad es entonces algo relativo: unos necesitan la cura para la franca realización de proyectos idealizados durante el progreso de la enfermedad; mientras que otros necesitan continuar enfermos, porque el Espíritu no consiguió la conciencia de su real estado.
Hay personas dotadas del don de curar, según la Codificación, con un toque, con una simple mirada. Kardec los diferencia de los magnetizadores, más lo que el pretende es dejar claro dos órdenes de cosas oriundas del mismo principio. El tratamiento magnético común consigue en sesiones continuadas, metódicas, y no requiere que el magnetizador sea necesariamente médium, aun mismo porque este proceso es anímico; mientras que con un médium curador ocurre espontáneamente, con la intervención de Espíritus sumados al apelo a través de la oración. (El Libro de los Mediums - cap., XIV – 175)
En el ítem 32 del capitulo XIV de La Genesis el sabio francés esclarece que “los efectos de la acción fluídica sobre los enfermos son extremadamente variados, según las circunstancias; esta acción es alguna veces rápida como una corriente eléctrica. Hay personas dotadas de tal poder, que operan sobre ciertos enfermos curas instantáneas por una sola imposición de las manos o aun mismo por un acto de la voluntad. Entre los dos polos extremos de tal facultad, hay infinitas variaciones. Todas las curas de ese género son variadas del magnetismo y no difieren sino por la potencia y la rapidez de la acción. El principio es siempre el mismo; es el fluido que desempeña el papel agente terapéutica, y cuyo efecto es subordinado a su calidad y a las circunstancias especiales. “En el ítem siguiente Kardec especifica cada una de las acciones magnéticas, a saber: magnetismo humano, el magnetismo espiritual, y el magnetismo espiritual-humano.
Las curas instantáneas por un simple gesto, o por una mirada, son formas para que se comprendan mecanismos que ocurren, no exactamente por la mirada o del gesto, que son materiales. Más si por las disposiciones intimas del Ser que se propone donar algo bueno de si mismo, secundado por las Entidades Benefactoras, este con o sin el conocimiento de eso. hay una practica denominada de “pase de columna” que más se aproximaría realmente a aplicaciones magnéticas si no contuviese un punto de ritual y palabras sacramentales. (El Libro de los Médiums – cap. XIV – ítem 176, 9). Existe también una propuesta conocida por “pase de soplo”, que deja dudas sobre su fundamento. Los Evangelistas no citaron ningún pasaje donde Jesús hubiese curado a alguien a través del soplo; la Codificación tampoco nos habla sobre el asunto. Lo que se pretende es continuar manteniendo las formas de cómo hacer las cosas, y las formas son materiales, no son esenciales. Jesús se sirvió de algunos recursos materiales para realizar algunas curas; más ciertamente no fue con el propósito de que se tornasen elementos de superstición. Más también realizó beneficios curadores a distancia. De manera alguna pretendió que se substituyese al necesitado por un interventor, transmitiendo fluidos a este para que el enfermo los reciba. Al final la intervención es puramente mental.
Es razonable que se reconozca cuanto la Medicina terrena, cada vez más aumentado los recursos de tratamiento y prevención de las enfermedades. Los Benefactores Espirituales también se han reencarnado con el propósito de manifestar materialmente, claro dentro de los limites que el planeta les ofrece, los recursos necesarios para minimizar las malezas humanas, pues esto representa oportunidades de trabajo en el Bien y crecimiento moral-espiritual e intelectual también para ellos. Sus descubrimientos atienden no a un número limitado de individuos, más si a una colectividad entera. El trabajo en el Plano espiritual no se restringe a estas facetas estancadas a las cuales el hombre se acostumbro a creer. ¿O será que la magnánima actividad Divina está circunscrita a los “templos sagrados?!
La cura espiritual se da, entiéndase bien, cuando el Ser Inmortal esté depurado de sus imperfecciones por haber comprendido mejor las Leyes Inmutables de la naturaleza.
Traducido al español por M. C. R
Seria comprender muy poco el propósito real de la Doctrina espirita el pensar que las curas espirituales son una de sus especialidades, desobedeciendo a una irrevocable orden natural de las cosas.
La búsqueda del bienestar es un principio del instinto de conservación, que es una ley natural. Por tanto no existe nada más justo que procurarse recursos capaces de restaurar la salud, cuando esta entra en un estado de debilidad.
Lo que aquí se propone es una reflexión más racional a respecto del tema.
Es considerable el número de individuos que, a lo largo de los tiempos, tuvieron, unos más, otros menos el poder de curar. Uno de ellos, claro es nuestro Maestro Jesús, profundo conocedor de todas las ciencias y no lo sería menos en cuanto a la ciencia del magnetismo.
“La facultad de curar por la influencia fluídica es muy común y puede desenvolverse mediante el ejercicio; sin embargo, la de curar instantáneamente por la imposición de las manos es más rara, y su apogeo puede ser considerado como excepcional. Entretanto, ha sido observada en diversas épocas, y en casi todos los pueblos han surgido individuos que la poseían en grado elevado. En estos últimos tiempos, se ha visto diversos ejemplos notables, cuya autenticidad no puede ser constatada. Dado que estas especies de curas reposan sobre un principio natural, y que el poder de producirlas no es un privilegio, es que ellas no salen de la naturaleza y apenas tienen de meticulosa, la apariencia.” (La Génesis, capitulo XIV – Curas)
Esta declaración Kardeciana trae al entendimiento de que esta, como todas las facultades humana no se desenvuelven de otra forma. Kardec hace que se remeta a la vida eterna del Espíritu, donde las adquisiciones paulatinas de encarnación en encarnación, con el trabajo constante en el Bien purifican los fluidos constituyentes del Ser, que tiene sus recursos aumentaos para que pueda promover el auxilio que se haga necesario
“… La facultad de curar instantáneamente por la imposición de las manos es más rara” porque es preciso un grado de pureza que no se hace siquiera una idea aproximada. ¿Los domiciliados en el planeta Tierra, que Según los Espíritus Superiores es un lugar aun apropiado para recibir seres imperfectos, como esperar ciertos prodigios? El estado moral atrasado representa un óbice para tal. Aunque nada impide que la Providencia Divina se manifieste a través de hombres imperfectos que buscan sinceramente reajustarse con las Leyes Morales, no se puede despreciar que haya factores que determinan que tal evento ocurra o no.
En este caso especifico, Kardec enfatiza que se trata de un tipo de facultad mediúmnica rara, y previene contra las celadas que puedan aparecer. (el Libro de los Espíritus -556)
El ítem 18 del mismo capítulo, aun en La Génesis, Kardec deja evidente: “El pensamiento del Espíritu encarnado actua sobre los fluidos espirituales como también el de los Espíritus desencarnados; se transmite de Espíritu a Espíritu, por la misma via, y, conforme sea bueno o malo, sanea o vicia los fluidos circundantes". En otras palabras, es a través del pensamiento que los fluidos son manipulados y dirigidos de una persona para otra, estén encarnadas o no. Esto quiere decir que los fluidos de los Espíritus no son más poderosos que el de los encarnados por el simple hecho de ser Espíritus. y que los fluidos son emitidos todos del Ser, de la misma forma que son recibidos, y no necesariamente por las manos, como es la creencia vigente. Estas declaraciones confirman que gesticulaciones y sincronismos, posturas aun tan frecuentes, deben disminuir a la medida que se comprendan la inutilidad de las formas. Por cuanto es bueno que se esté atento más a lo que pueda surgir.
Es sabido que en el pasado hubo compañeros en la labor mediúmnica que se sirvieron de formas materiales, y hasta bizarras, para realizar curas y cirugías espirituales. Eran Espiritas entusiasmados, que cayeron en el gusto de creer que estas prácticas eran lo más extraordinario que la Doctrina podía ofrecer. Más que proporcionar a los pacientes el alivio de sus males, aquellas prácticas probaron que las Entidades desencarnadas actúan verdaderamente a través de los médiums con los cuales afiniza. Resta saber que si esto provocó avances morales en alguien, una vez que las manifestaciones por sí mismas no tornan a un ser bueno o malo, ni a un ignorante sabio.
Cuando la terapia del pase no ofrece los efectos esperados, se acostumbran a recurrir a otras, que se pueden contar a decenas, más que no tienen vínculo doctrinario. Así, se ha incorporado la cromoterapia, florales, pirámides, reike y otras y otras como “menú” doctrinario-espirita
Analizándose la terminología de la locución – cura espiritual – se puede entender CURA DEL ESPÏRITU, aunque mucho se desee la cura del cuerpo, pues es él, el que se siente masacrado, torturado y abatido. Cuando se es llamado al testimonio de la enfermedad, son pocos los que no murmuran, olvidados de la resignación, del concepto de causa y efecto, de la vida futura.
Admitiéndose - LA CURA POR ESPÍRITUS – recúrrase al ultimo parágrafo del comentario de la cuestión 70 de El Libro de los Espíritus que dice que “El fluido vital se transmite de un individuo para otro. Aquel que tiene lo bastante puede darlo, aquel que tiene poco y, en ciertos casos restablecer la vida que está presta a apagarse." Kardec señala, así, que la solidaridad es un bien que debe permear entre los seres, de unos para los otros, en la medida de sus fuerzas. El deseo y la buena voluntad de servir y de ser útil establecen la harmonía necesaria para el engranaje del universo íntimo, que se expande a distancias que no se osa mensurar. En el parágrafo anterior, el dice que este “fluido se renueva por la absorción y asimilación de las sustancias que lo contienen” El individuo precisa no solamente absorber, más también asimilar las sustancias que contienen el fluido. Esto quiere decir que pueden ser absorbidos, más no necesariamente asimilados, o sea, tornarse compatibles con los fluidos propios del receptor, para que actúen beneficiosamente. Es lo que ocurre en el organismo humano en relación a las proteínas de origen animal: ellas sufren procesos de “quiebra” hasta conseguir formas que son asimilables por el organismo humano.
Entretanto se debe, pues, percibir que la cura espiritual es un proceso individual que escapa al control de otro. El cuerpo adolece por razones morales-espirituales relacionadas a la historia de cada uno, por tanto es responsabilidad individual e intransferible la cura efectiva, que es al fin lo que se espera. “Tu fe te salvo”, dijo Jesús. Los mecanismos de transformar los fluidos enfermizos para fluidos saludables están en cada individuo. La Génesis, tratando del asunto, dice que “los fluidos no tienen calidades en su generis, más si las adquieren en el medio donde son elaborados; se modifican por los efluvios de ese medio… Los Fluidos… trazan la impresión de los sentimientos del odio, de la envidia, de los celos… de la benevolencia, del amor, de la caridad…"El deseo ardiente de dar alivio a un hermano sufridor, o para sí mismo, representa una llamada fortísima para las Entidades Benéficas. El auxilio magnético tendrá siempre un efecto, según las circunstancias que muchas veces no están bajo el dominio de la comprensión humana. En la narrativa de Lucas 9, vs 11, se encuentra:” … Y el los recibió, y les habló del Reino de Dios, y sanaba a los que necesitaban de cura”, o sea, Jesús reconocia los que se curarían pues Él vino a derogar Leyes Divinas: El sabia que muchos aun necesitaban permanecer enfermos. La necesidad es entonces algo relativo: unos necesitan la cura para la franca realización de proyectos idealizados durante el progreso de la enfermedad; mientras que otros necesitan continuar enfermos, porque el Espíritu no consiguió la conciencia de su real estado.
Hay personas dotadas del don de curar, según la Codificación, con un toque, con una simple mirada. Kardec los diferencia de los magnetizadores, más lo que el pretende es dejar claro dos órdenes de cosas oriundas del mismo principio. El tratamiento magnético común consigue en sesiones continuadas, metódicas, y no requiere que el magnetizador sea necesariamente médium, aun mismo porque este proceso es anímico; mientras que con un médium curador ocurre espontáneamente, con la intervención de Espíritus sumados al apelo a través de la oración. (El Libro de los Mediums - cap., XIV – 175)
En el ítem 32 del capitulo XIV de La Genesis el sabio francés esclarece que “los efectos de la acción fluídica sobre los enfermos son extremadamente variados, según las circunstancias; esta acción es alguna veces rápida como una corriente eléctrica. Hay personas dotadas de tal poder, que operan sobre ciertos enfermos curas instantáneas por una sola imposición de las manos o aun mismo por un acto de la voluntad. Entre los dos polos extremos de tal facultad, hay infinitas variaciones. Todas las curas de ese género son variadas del magnetismo y no difieren sino por la potencia y la rapidez de la acción. El principio es siempre el mismo; es el fluido que desempeña el papel agente terapéutica, y cuyo efecto es subordinado a su calidad y a las circunstancias especiales. “En el ítem siguiente Kardec especifica cada una de las acciones magnéticas, a saber: magnetismo humano, el magnetismo espiritual, y el magnetismo espiritual-humano.
Las curas instantáneas por un simple gesto, o por una mirada, son formas para que se comprendan mecanismos que ocurren, no exactamente por la mirada o del gesto, que son materiales. Más si por las disposiciones intimas del Ser que se propone donar algo bueno de si mismo, secundado por las Entidades Benefactoras, este con o sin el conocimiento de eso. hay una practica denominada de “pase de columna” que más se aproximaría realmente a aplicaciones magnéticas si no contuviese un punto de ritual y palabras sacramentales. (El Libro de los Médiums – cap. XIV – ítem 176, 9). Existe también una propuesta conocida por “pase de soplo”, que deja dudas sobre su fundamento. Los Evangelistas no citaron ningún pasaje donde Jesús hubiese curado a alguien a través del soplo; la Codificación tampoco nos habla sobre el asunto. Lo que se pretende es continuar manteniendo las formas de cómo hacer las cosas, y las formas son materiales, no son esenciales. Jesús se sirvió de algunos recursos materiales para realizar algunas curas; más ciertamente no fue con el propósito de que se tornasen elementos de superstición. Más también realizó beneficios curadores a distancia. De manera alguna pretendió que se substituyese al necesitado por un interventor, transmitiendo fluidos a este para que el enfermo los reciba. Al final la intervención es puramente mental.
Es razonable que se reconozca cuanto la Medicina terrena, cada vez más aumentado los recursos de tratamiento y prevención de las enfermedades. Los Benefactores Espirituales también se han reencarnado con el propósito de manifestar materialmente, claro dentro de los limites que el planeta les ofrece, los recursos necesarios para minimizar las malezas humanas, pues esto representa oportunidades de trabajo en el Bien y crecimiento moral-espiritual e intelectual también para ellos. Sus descubrimientos atienden no a un número limitado de individuos, más si a una colectividad entera. El trabajo en el Plano espiritual no se restringe a estas facetas estancadas a las cuales el hombre se acostumbro a creer. ¿O será que la magnánima actividad Divina está circunscrita a los “templos sagrados?!
La cura espiritual se da, entiéndase bien, cuando el Ser Inmortal esté depurado de sus imperfecciones por haber comprendido mejor las Leyes Inmutables de la naturaleza.
Traducido al español por M. C. R
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