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sexta-feira, 25 de novembro de 2011

¿Las obras básicas de la Doctrina Espirita están ya ultrapasadas?

Por Maria das Graças Cabral

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Es muy común oír en estos nuevos tiempos por parte de una legión de espiritas, que las Obras Básicas están ultrapasadas, por no haber acompañado a los avances de la humanidad.

En contrapartida, las denominadas “obras complementarias”  se tornan dignas de toda  la credibilidad, merecedoras de todo el respeto, formando una verdadera legión de seguidores, en detrimento de las “ultrapasadas” Obras Básicas.

Vale recordar que las referidas obras “complementarias”, son comunicaciones de origen mediúmnico, advenidas de un único Espíritu, bajo la supervisión de otro Espíritu (mentor del médium), a  través de un único médium. Tal análisis se extiende  a todas las otras millares de obras literarias que abarrotan las carteleras de las librerías de Brasil y del mundo, y que se titulan espiritas.

Ya la Obra considerada por los compañeros como “ultrapasada”, al contrario de las “complementarias”, fue dictada por una pleya de Espíritus de alta evolución moral e intelectual, del porte de San Juan Evangelista, San Agustín, San Vicente de Paul, San Luis, Sócrates, Platón, Fenelon, Franklin, Swedenborg, entre otros, bajo el comando nada más y nada menos de  El Espíritu de Verdad.

Es oportuno resaltar, que las comunicaciones de los Espíritu superiores que dieron origen a la Codificación Espirita, acontecieron a través de millares de médiums, en los más diversos grupos espiritas esparcidos por el mundo, sometidas todas al Control  Universal de las Comunicaciones Espiritas, conforme palabras de Allan Kardec , el Codificador, en la Introducción del Evangelio Según el Espiritismo.

Se debe también tomar en cuenta,  en lo que concierne a las “ultrapasadas” Obras Básicas, que el referido Codificador (Allan Kardec), se trataba de un hombre de elevada intelectualidad y moralidad, que no teniendo el don  mediúmnico, se  serbia  de todo su intelecto, conocimiento, racionalidad y buen sentido, para analizar, evaluar y organizar las comunicaciones recibidas a través de los médiums, bajo la fiscalización de los Espíritus  Superiores, las cuales vinieron  a componer  el “Cuerpo doctrinario” de la Codificación Espirita. 

Más volvamos a la cuestión  de las emblemáticas “obras complementarias”. Se percibe  la confusión que se hace entre, avance tecnológico del mundo contemporáneo, y evolución moral del espíritu humano.

¿En lo que concierne a las ya “ultrapasadas” Obras Básicas, podemos preguntar a los que así la consideran, en cuales de sus aspectos  las mismas ya fueron ultrapasadas o están incompletas?

¿Será en su aspecto Filosófico, debidamente organizado en “El Libro de los Espíritus?

Según Allan Kardec “El libro de los Espíritus es el compendio de las enseñanzas de los Espíritus  Superiores. Fue escrito por orden  y bajo el distado de los Espíritus Superiores para establecer los fundamentos de una filosofía racional, libre  de los prejuicios del espíritu de sistema. Nada contiene que no sea la expresión de su pensamiento, y no haya sufrido el control de los mismos. El orden y la distribución metódica de las materias así como las notas y la forma de algunas partes de la redacción constituyen la única obra de aquel que recibió la misión de publicar, o sea, de Allan Kardec. (L.E, p.52)

Se pregunta: ¿Qué áreas del conocimiento tratadas en el Libro de los Espíritus, que ya está ultrapasado, precisando  de complementación? -  ¿Cuáles  de los más variados y vastos asuntos tratados en la referida obra, que va de la “Teología Espirita” a las  de “Esperanzas y Consuelos”,  ya  no atienden a los “avances” del Espíritu humano?

En lo que concierne a la importancia de la obra, oportunamente  trascribimos  a Herculano Pires, cuando así se expresa: - “El Libro de los Espíritus no es, apenas, la piedra fundamental  o el marco inicial de la nueva codificación. Porque es el propio delineamiento, su núcleo central y al mismo tiempo el marco general de la doctrina. Examinándolo, en relación a las demás obras de Kardec, que complementan la codificación, verificamos que todas esas obras parten de su contenido”. (L.E, p. 12)

En una nota al pie de El Libro de los Espíritus, asevera el referido autor: “Los Espíritus aluden  a la eternidad espiritual de la doctrina, de su permanente proyección en la Tierra. Más debemos distinguir entre  sus manifestaciones falseadas, en el pasado, y la manifestación pura  que se encuentra en este libro. Los trazos de la Doctrina  espirita marcan el  camino de la evolución humana en la Tierra, más solo con este libro ella se presentó  definida y completa. Por eso, el Espiritismo es, una doctrina moderna”. (L. E. p. 116)

En realidad, se puede constatar que a cada momento, cuando retomamos el estudio de El Libro de los Espíritus, nos deparamos con nuevas enseñanzas y cuestiones que nos pasaron desapercibidos en lecturas anteriores. Se entiende por tanto  improbable  e inadmisible, que en una única encarnación, consigamos alcanzar  y aprender con profundidad, toda la grandiosidad de las enseñanzas de los Espíritus Superiores, aplicándolos por consiguiente en nuestras vidas. Más allá, tal constatación y hecha por varios y respetados estudiosos de la Doctrina Espirita, tales  como J. Herculano Pires, Divaldo Pereira Franco, Raúl Texeira, entre otros.

¿Bien, entonces sería la Ciencia  la que demostró la superación de la Doctrina Espirita? Ósea, consiguió probar la inexistencia de los Espíritus o de los fenómenos Espiritas? A ese respecto nadie mejor que Kardec cuando así se expresa:

“Las ciencias comunes se apoyan en las propiedades de la materia, que pueden ser experimentadas y manipuladas a  voluntad; los fenómenos espiritas se apoyan en la acción de   inteligencias que tienen voluntad propia y nos prueban a todo instante  no estar sometidas a nuestro capricho.

Las observaciones, por tanto, no pueden ser hechas de la misma manera, en uno u otro caso”. (L. E. p. 36)
Más adelante asevera el codificador: “La ciencia propiamente dicha,  como ciencia incompetente, para pronunciarse sobre la cuestión del espiritismo: no le cabe ocuparse del asunto y su pronunciamiento, al respecto, cualquiera que sea, favorable o no, no tiene ningún peso” (L. E. p, 36) 

¿Si la ciencia  tradicional no tiene “competencia” para considerar “ultrapasada” la Doctrina Espirita – seria entonces su  aspecto religioso el que estaría ultrapasado, precisando de “obras complementarias”?
¿Más el aspecto religioso de la Doctrina  Espirita está amparada en la moral de Cristo! ¿Entonces esta moral  está ultrapasada? A ese respecto, vale resaltar, que aunque  transcurridos dos milenios del paso de Jesús por el planeta Tierra, sus enseñanzas  basadas en la Ley de Amor, aun están por acontecer.

¿Entonces,  cual es  el gran problema que viene causando la  cizaña en el Movimiento Espirita? Por un lado, aquellos que defienden el “rescate” del estudio de las Obras Básicas de la Codificación, siendo considerados por parte de los defensores de las “obras complementarias” de “ortodoxos” o “puristas”.

De otro lado, los que consideran “avanzados”, o “evolucionistas” los cuales entienden que realmente la Doctrina espirita está “ultrapasada” y precisa de “obras complementarias” con más informaciones “avanzadas” que acompañan  la evolución científica (¿) , y la evolución del pensamiento humano (¿)

Estos compañeros que se consideran “libres” y “avanzados” entienden que la humanidad ahora ya está preparada para recibir las nuevas “revelaciones” traídas en las “obras complementarias”.

Entretanto es sabido que una obra filosófica o científica o religiosa, solo podría ser considerada “ultrapasada” , cuando sus conceptos y principios estuviesen en total desacuerdo con las pruebas científicas, o que ultrapasasen los límites de la razón y del buen sentido. Fue lo que ocurrió por ejemplo, con ciertas creencias del catolicismo que fueron  contestados y comprobados  por la ciencia tradicional, y se tornaron para sus seguidores dogmas de fe, (por tanto incuestionable).

En lo que concierne a  la Doctrina Espirita esto no acontece, por ser una doctrina evolucionista, racional y no dogmatica. Por otro lado, debemos poner en pauta que las nuevas revelaciones traídas por compañeros del plano espiritual, objetivando “complementar” las “ya ultrapasadas” Obras Básicas, no podrían en hipótesis alguna  estar en desacuerdo con cualquiera de los principios doctrinarios de las obras las cuales se proponen “complementar”!

Entretanto, en lo que concierne a lo por encima expuesto, basta que  nosotros propongamos  con la mente  y el corazón abiertos a un estudio serio y efectivo de las Obras Básicas, para que fácilmente identifiquemos en las dichas “obras complementarias”, varios aspectos contradictorios a los principios  doctrinarios espiritas. Por tanto, tales novedades no podrían ser consideradas “enseñanzas complementarias”.

Para una mejor comprensión, hagamos una analogía con la Constitución Federal que es la Ley Mayor de un país. Esta Ley  Mayor establece los principios fundamentales sobre los cuales se erguirá  todo el ordenamiento jurídico de una nación. Las leyes “complementarias” advenidas, deberán obligatoriamente para efectos de validez  estar plenamente de acorde con los principios constitucionales.
¡De la misma forma, las Obras Básicas como el propio nombre sugiere, trazan los principios fundamentales, o sea, la base de la Doctrina de los Espíritus, debiendo por tanto ser respetados por cualquier obra posterior que se quiera considerar espirita!

Expuesto esto, nos gustaría dejar claro que no defendemos una ortodoxia reaccionaria, objetivando la creación de un INDEX de obras a ser quemadas por no ser las Obras Básicas, o por estar en desacuerdo con estas.

Defendemos si, el estudio serio de las Obras de la Codificación, objetivando el conocimiento y discernimiento, para una segura evaluación e identificación de lo que no puede y no debe ser considerado obra espirita. Y lo más temerario que es la atribución  y titulación de “obra complementaria” de la Doctrina Espirita.

Es un hecho que el Espiritismo viene vivenciando una ortodoxia y un gran dogmatismo. Más no por parte de una minoría que busca rescatar el estudio de los principios doctrinarios postulados en las Obras Básicas, puesto que, estas están relegadas al total descaso  por la gran mayoría de los espiritas, bajo la alegación de estar  las mismas ultrapasadas; o por ser consideradas de lectura difícil, cansativa y aburrida.

Entiendo que la gran ortodoxia y dogmatismo que despierta las más exacerbadas reacciones, vienen siendo practicada por parte de una verdadera legión de espiritas de comportamiento intolerante y agresivo, que de forma enceguecida defienden ferozmente  no solo a las llamadas “obras complementarias”, más principalmente las figuras que las representan, en detrimento de los espíritus Superiores que nos trajeron los Principios Espiritas  y del propio Codificador, Allan Kardec.

Más allá, en lo que dice al respecto a Kardec, ya oí por  parte de espiritas defensores de las “obras complementarias”  referencias de profundo desprecio, como -¿Quién es Kardec? Por acaso es el “dueño” del Espiritismo? ¿No es “apenas” el Codificador?

Bien para finalizar, es un hecho que realmente ocurrió una “división” en el Movimiento Espirita, donde los seguidores de las “obras complementarias”, infelizmente formaron una verdadera “secta” salida de las huestes espiritas, adoptando como verdades incuestionables y absolutas todo lo que preconiza las referidas obras. ¡Es una pena!

Más, como todos acreditamos que el Espiritismo es inmortal, sabemos que todo es una cuestión de tiempo… Desencarnaremos y estaremos ante  nosotros mismos, bajo las Leyes inmutables de Dios. Vamos entonces a confirmar por nosotros mismos todo lo que nos dicen las Obras Básicas de la Doctrina espirita.

Al final, nos dicen los Espíritus que una encarnación es menos que un minuto ante la eternidad. ¡Paz!

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