Por Artur Felipe Azevedo
El Espiritismo es una doctrina espiritualista de un carácter filosófico y, al mismo tiempo, una ciencia experimental, según la definición de Allan Kardec. El objeto especial del Espiritismo es el conocimiento de las leyes del principio espiritual, siguiéndose de ahí que el conocimiento acerca de los principios de la materia, estudiados por las ciencias ordinarias, le sirve de complemento, una vez que el conocimiento de uno no puede estar completo sin el conocimiento del otro. De este modo, el Espiritismo y la Ciencia se complementan recíprocamente.
Contrariamente a eso, ciertos simpatizantes de la Doctrina Espirita prefieren renegar de los conocimientos científicos y derivan para la tentativa de anexar al conocimiento y practicas espiritas conceptos oriundos del Espiritualismo genérico, con lo que intentan ·enriquecer” el cuerpo doctrinario espirita. De esta forma, pasan a diseminar, junto a los núcleos espiritas, ideas y conceptos que entran en conflicto con claridad y directamente con los más básicos y elementales principios espiritas, ocasionando así, grandes confusiones entre los simpatizantes de la Doctrina, conduciendo el Movimiento, de manera, subrepticia, a la perdida de unidad y, consecuentemente, provocando desinteligencias entre los adeptos, lo que facilita la formación y fortalecimiento de .reductos seitistas. Actúan, por tanto, bajo la apariencia de virus peligrosos, como ya tratamos en el artículo, “Los caballos de Troya del Espiritismo”.
Una de esas cuestiones elementales a la que nos referimos más arriba es aquella que trata del animal irracional y su destino después de la muerte, así como el grado de evolución al cual pertenecen. Tal asunto es tratado de manera clara en la obra basilar de la Doctrina Espirita, “El Libro de los Espíritus”. En la cuestión 592 hasta la 610, los Espíritus superiores responden a las más variadas preguntas formuladas por el codificador Allan Kardec, donde llegamos a las siguientes conclusiones, que a continuación enumeramos:
1. Los animales poseen instinto, que es una forma rudimentaria de inteligencia, y no son detentores de libre albedrio.
2. Los animales no pueden analizar sus errores y aciertos. Siendo así, no pueden sufrir penas y goces por no tener conciencia de sus actos practicados en el mundo físico. No hay en ellos sentido moral, ya que la inteligencia no se encuentra suficientemente desarrollada para tal;
3. El alma de los animales, después de la muerte del cuerpo, es devuelta rápidamente al mundo físico sea en un planeta u en otro para que continúen su evolución hasta llegar al estado hominal, donde de ahí en adelante poseer libre albedrio y sufrirán las penas y goces del mundo espiritual.
En “El Libro de los Mediums”, cap. XXV, 283, ítems 36 y 37, también podemos tomar informaciones sobre la cuestión:
4. El principio inteligente que anima al animal queda en estado latente después de la muerte, siendo que espíritus encargados de ese trabajo inmediatamente lo utilizan para animar a otros seres. No les sobra tiempo disponible para ponerse en relación con otras criaturas. Siendo así, no hay espíritus errantes de animales, más si solamente espíritus humanos.
5. Consecuentemente, no hay animales habitando el mundo espiritual, y no es posible obtener comunicaciones de animales por vía mediúmnica o por cualquier otros medios.
Es eso, pues, resumidamente, lo que enseña el Espiritismo sobre el destino del alma de los animales, así como sus posibilidades y nivel de adelantamiento.
No en tanto, vuelta y media nos deparamos con declaraciones en evidente contraposición a lo expuesto antes siendo hechas en centros espiritas o presentes en obras que dicen inspirarse en el Espiritismo. Surgen, obviamente, de la mera opinión personal de sus autores, más que son consideradas, por cierto número de desavisados, como enseñanza espirita. Eso ocurre más comúnmente en los núcleos de orientación ramatisista, que se auto titulan “universalistas”, donde se pretende, en todo instante, “reformar” el Espiritismo a título de “modernidad” y “vanguardismo”. Sin embargo, infelizmente, lo que encontramos en esos reductos es un autentico sincretismo, donde todo se mezcla, sin cualquier criterio de medición de la Verdad. Opiniones individuales se mezclan con conceptos del orientalismo, cuyas doctrinas jamás formaron un cuerpo uniforme, sumadas a comunicaciones atribuidas a espíritus, que son luego creídas como autenticas y repositorios de verdades cristalinas, a titulo de contribución al cuerpo doctrinario espirita. Se olvidan, con todo, que el criterio espirita de aceptación de los mensajes oriundos del mundo espiritual debe ser el de la concordancia universal teniendo como base la propia revelación espirita, toda ella consubstanciada en las obras de la Codificación.
Un ejemplo practico de esa triste realidad ha sido los mensajes atribuidos a un dios griego (¡) pretendidamente recibidos por el “médium universalista” el campesino Roger Bottini, que también dice psicografiar a Ramatis. Ya realizamos un abordaje critico de este caso y asunto en el articulo “Médium “universalista” dice recibir mensajes de el dios griego”- lo cual sugerimos la lectura para mejor comprensión de lo que escribimos -, siendo que, recientemente, nos causo enorme perplejidad el comentario hecho por el Sr. Bottini sobre un supuesto “perro intercesor” llamado Fiel. Según el médium anterior, sus lectores estarían libres para orar al perro y “pedirle auxilio para sus “animales domésticos” que estén enfermos o hayan desencarnado. Según el Sr. Bottini, “Fiel es un perro del reino astral muy especial” y “vive junto a Hermes”, el dios de la mitología griega, y “atenderá a los pedidos hechos a el con mucho amor y cariño”. (…)
Desde este momento, apelamos al lector que analice minuciosamente la declaración mencionada anteriormente y compare con lo que es enseñado por la Doctrina Espirita. Recordamos que el autor hace palestras en centros espiritas y se dice “espirita universalista” – una manera encontrada de no tener que divulgar fielmente los principios espiritas y mezclarlos con todo lo que se le viene a la cabeza. El resultado de eso es que, dentro en breve, ciertamente, tendremos personas que se dicen “espiritas” declarando abiertamente por ahí que oran a un perro, que amorosamente atiende a sus pedidos. La impresión causada, con certeza, será la peor posible, pasando el Espiritismo objetivo de burlas y el descrédito de los que tienen una mínima capacidad de razonamiento y pensamiento crítico.
Según las instrucciones de los Espíritus a Allan Kardec, principalmente las contenidas en la Introducción de “El Evangelio Según el Espiritismo” y en “El Libro de los Mediums”, se hace necesario estar alerta a esos focos de grosería mistificada y aplicar una postura crítica que consiste en separar lo verdadero de lo falso. Es nuestro deber someter al crisol de la razón y de la lógica todas las comunicaciones, sobre todo aquellas que poseen un carácter exótico y exclusivista, generalmente advenidas de individuos vanidosos que se auto titulan detentores de alguna misión especial o conocimientos inaccesible a la mayoría, que presentan como verdades absolutas. La mayoría de las veces, son víctimas de espíritus mistificadores o seudosabios, que se ornan con nombres pomposos para ganar así mejor la confianza. El mal que tales entidades intentan causar es enorme, porque visan la desfiguración del mensaje espirita, exponiéndolo al ridículo y a la vergüenza delante de la opinión publica, debilitando, así, los magnos objetivos de esclarecimiento y liberación de la ignorancia propuestos por la Doctrina Espirita. A fin de atenuar la mala impresión que causan, pueden esas entidades espirituales hasta incluso estimular a sus medianeros a erguir alguna obra de caridad o a desenvolver alguna actividad de asistencia social, intentando, así, formar una nube de humo en torno al médium y conseguir la admiración de los incautos que les siguen los esdrújulos ideales. Tales ideales, actualmente, están generalmente ligados a los conceptos de salvación planetaria, colectiva y/ o individual, donde se insertan “revelaciones” y previsiones sobre futuras hecatombes apocalípticas, inculcando que sus seguidores serán salvos en función de sus creencias, oraciones o acciones determinadas por el (s) líder (es) seitistas (s). Todo, obviamente, sugiriendo mucho amor, fraternidad y caridad en frases de hecho, que, en verdad, encubren buenas dosis de presunción, y estimulo al miedo y al misticismo.
El Espiritismo bien estudiado y comprendido es seguramente el mejor antídoto contra tales ilusiones y artimañas, más como cada vez más se ha priorizado la lectura de obras romanceadas y las de abordaje superficial y simplista de pretendido carácter espirita, dejándose a un lado el estudio serio y metódico de las obras kardecianas, ha crecido el número de adeptos que poco o nada saben sobre la Doctrina, tornándose, así, presas fáciles de los especuladores encarnados y desencarnados.
Ya declaraba Kardec en 1858, en el “Libro de los Mediums”:
Los Espíritus son las almas de los hombres, y como los hombres no son perfectos, hay también Espíritus imperfectos, cuyo carácter se refleja en las comunicaciones. Es incontestable que hay Espíritus malos, astutos, profundamente hipócritas, contra los cuales debemos prevenirnos.
Herculano Pires, en vista de esos preciosos esclarecimientos, comento, teniendo en mente lo que viene ocurriendo en el movimiento espirita brasileño:
“La maldad de los Espíritus mistificadores ultrapasa algunas veces todo lo que se pueda imaginar. El arte con que asestan sus bacterias y traman los medios de persuadir sería digna de atención, caso se limitasen a juegos inocentes. Más las mistificaciones pueden tener consecuencias desagradables para los que no se prevengan. Somos muy felices por poder haber abierto los ojos a tiempo de muchas personas que nos pidieron consejos librándolas de situaciones ridículas y comprometedoras.
(…) Deben también considerar desde luego sospechosas las predicciones con épocas marcadas y todas las indicaciones precisas referentes a intereses materiales.
Todo cuidado con las providencias prescritas o aconsejadas por los Espíritus, cuando los fines no fueran claramente razonables.
Jamás dejarse ofuscar por los nombres usados por los Espíritus para dar validad a sus palabras.
Desconfiar de las teorias y sistemas científicos osados. En fin, desconfiar de todo lo que se aparte del objetivo moral de las manifestaciones. Podríamos escribir un libro de los más curiosos con las historias de todas las mistificaciones que han llegado a nuestro conocimiento.
La falta de observación de esas instrucciones han permitido la divulgación y aceptación de numerosas teorías pseudo-científicas en nuestro país y en todo el mundo, que contribuyen para el descredito del Espiritismo. La vanidad personal de médiums, de estudiosos de la doctrina y hasta aun mismo de intelectuales de valor innegable, estos siempre dispuestos a criticar y a superar a Kardec, ha llevado a esas personas al ridículo, inutilizándolas para el verdadero trabajo de divulgación y orientación. Esas instrucciones deben ser leídas y meditadas por los que desean realmente servir a la causa espirita.”
Siendo así, apreciado lector, si deseamos estar aptos para seguir la causa espirita, tomemos en consideración tales instrucciones, precaviéndonos, así, de los cebos que dan el aire de gracia en nuestro medio. Solamente el estudio atento de las obras Kardecianas, sumadas al desenvolvimiento del sentido crítico alentado en la más severa lógica, puede inmunizarnos de esos virus inoculados por los enemigos secretos del Espiritismo y del bien general. Amar al prójimo no es solamente aliviar sus dolores, más si prevenirlas, y eso comienza por liberarlo de todo lo que conduzca al error y a la ilusión, que, consecuentemente, le llevará al sufrimiento. En la ignorancia reposa el origen de todo mal.
Fonte: Blog Ramatis, sabio o Pseudosabio? - http://espiritismoxramatisismo.blogspot.com.br/2013/01/o-destino-dos-animais-e-questao-do-cao.html
Traducido al español por Merchita
Traducido al español por Merchita
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