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terça-feira, 20 de setembro de 2011

El Espiritismo Y Las Curas Espirituales

Por Maria Ribeiro

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Seria comprender muy poco el propósito real de la Doctrina espirita el pensar que las curas espirituales son una de sus especialidades, desobedeciendo   a una irrevocable  orden natural de las cosas.

La búsqueda del bienestar es un principio del instinto de conservación, que es una ley natural. Por tanto no existe nada más justo que  procurarse recursos capaces de restaurar la salud, cuando esta entra en un estado de debilidad.

Lo que aquí se propone es una reflexión más racional a respecto del tema.

Es considerable el número de individuos que, a lo largo de los tiempos, tuvieron, unos más, otros menos el poder de curar. Uno de ellos, claro es nuestro Maestro Jesús, profundo conocedor de todas las ciencias  y no  lo sería menos en cuanto a la ciencia del magnetismo.

“La facultad de curar por la influencia fluídica  es muy común y puede desenvolverse mediante el ejercicio; sin embargo, la de curar instantáneamente por la imposición de las manos es más rara,  y su apogeo  puede ser considerado como excepcional. Entretanto, ha sido observada en diversas épocas, y en casi todos los pueblos han surgido individuos que la poseían en grado elevado. En estos últimos  tiempos, se ha visto diversos ejemplos  notables, cuya autenticidad  no puede ser constatada. Dado que estas especies de curas reposan sobre un principio natural, y que el poder de producirlas no es un privilegio, es que ellas no salen de la naturaleza y apenas tienen de meticulosa, la apariencia.” (La Génesis, capitulo XIV – Curas)

Esta declaración Kardeciana trae al entendimiento de que esta, como todas las facultades humana no se desenvuelven de otra forma. Kardec hace que se remeta   a la vida eterna del Espíritu, donde las adquisiciones paulatinas  de encarnación en encarnación, con el trabajo constante en el Bien purifican los fluidos constituyentes  del Ser, que tiene sus recursos aumentaos para que pueda promover el auxilio que se haga necesario

“… La facultad de curar instantáneamente por la imposición de las manos es más rara” porque es preciso un  grado de pureza que no se hace  siquiera una idea aproximada. ¿Los domiciliados en el planeta Tierra, que Según los Espíritus  Superiores  es un lugar aun apropiado  para recibir seres imperfectos, como esperar ciertos prodigios? El estado moral  atrasado representa un óbice para tal. Aunque nada impide que la Providencia Divina se manifieste a través de hombres imperfectos que buscan sinceramente reajustarse  con las Leyes Morales, no se puede despreciar que haya factores que determinan que tal evento ocurra o no.

En este caso especifico, Kardec enfatiza que se trata de un tipo de facultad mediúmnica rara, y previene contra las celadas que puedan aparecer. (el Libro de los Espíritus -556)

El ítem 18 del mismo capítulo, aun en La Génesis, Kardec deja evidente: “El  pensamiento del Espíritu encarnado actua sobre los fluidos espirituales como también el de los Espíritus desencarnados; se transmite de Espíritu a Espíritu, por la misma via, y, conforme sea bueno o malo, sanea o vicia los fluidos circundantes". En otras palabras, es a través del pensamiento que los fluidos son manipulados y dirigidos de una persona para otra, estén encarnadas o no. Esto quiere decir que los fluidos de los Espíritus no son más poderosos que el de los encarnados por el simple hecho  de ser Espíritus.  y que los fluidos  son emitidos todos del Ser, de la misma forma que son recibidos, y no necesariamente por las manos, como es la creencia vigente.  Estas declaraciones confirman que gesticulaciones y sincronismos, posturas aun tan frecuentes, deben disminuir a la medida que se comprendan  la inutilidad de las formas. Por cuanto es bueno que se esté atento  más a lo que pueda surgir.

Es sabido que en el pasado hubo compañeros en la labor mediúmnica que se sirvieron de formas materiales,  y hasta bizarras, para realizar curas y cirugías espirituales.  Eran Espiritas entusiasmados, que cayeron en el gusto  de creer que estas prácticas  eran lo más extraordinario que la Doctrina podía ofrecer. Más  que proporcionar a los pacientes el alivio de sus males, aquellas prácticas probaron que las Entidades desencarnadas actúan verdaderamente a través de los médiums  con los cuales afiniza. Resta saber que si esto provocó  avances morales en alguien, una vez que las manifestaciones por sí mismas  no tornan a un ser bueno o malo, ni  a un ignorante sabio.

Cuando la terapia del pase no ofrece los efectos esperados, se acostumbran  a recurrir a otras, que se pueden  contar a decenas, más que no tienen vínculo doctrinario. Así,  se ha incorporado la cromoterapia, florales, pirámides, reike y otras  y otras como “menú” doctrinario-espirita

Analizándose la terminología de la locución – cura espiritual – se puede entender CURA DEL ESPÏRITU,  aunque mucho se desee la cura del cuerpo, pues es él, el que se siente masacrado, torturado  y abatido. Cuando se es llamado al testimonio de la enfermedad, son pocos  los que no murmuran, olvidados de la resignación, del concepto de causa y efecto, de la vida futura.

Admitiéndose -  LA CURA POR ESPÍRITUS – recúrrase al ultimo parágrafo del comentario de la cuestión 70 de El Libro de los Espíritus que dice que “El fluido vital se transmite de un individuo para otro. Aquel que tiene lo bastante puede darlo, aquel que tiene poco y, en ciertos casos restablecer la vida  que está presta a apagarse." Kardec señala, así, que la solidaridad es un bien que debe  permear entre los seres,   de unos para los otros, en la medida de sus fuerzas. El deseo  y la buena voluntad  de servir y de ser útil establecen la harmonía necesaria para el engranaje del universo íntimo, que se expande a distancias que no se osa mensurar. En el parágrafo anterior, el dice que este “fluido se renueva por la absorción y asimilación de las sustancias que lo contienen” El individuo precisa no solamente absorber, más también asimilar  las sustancias que contienen el fluido.  Esto quiere decir  que pueden ser absorbidos, más no necesariamente asimilados, o sea, tornarse compatibles con los fluidos propios del receptor, para que actúen beneficiosamente. Es lo que ocurre  en el organismo humano en relación a las proteínas de origen animal: ellas sufren procesos de “quiebra” hasta conseguir formas  que son asimilables por el organismo humano.

Entretanto se debe, pues, percibir que la cura espiritual es un proceso individual que escapa al control de otro.  El cuerpo adolece por razones morales-espirituales relacionadas a la historia de cada uno, por tanto es responsabilidad individual e intransferible la cura efectiva, que  es al fin lo que se espera. “Tu fe te salvo”, dijo Jesús. Los mecanismos de transformar los fluidos enfermizos para fluidos saludables  están en cada individuo. La Génesis, tratando del asunto, dice que “los fluidos no tienen calidades  en su generis, más si las adquieren en el medio donde son elaborados; se modifican por los efluvios de ese medio… Los Fluidos… trazan la impresión  de los sentimientos del odio, de la envidia, de los celos…  de la benevolencia, del amor, de la caridad…"El deseo ardiente de dar alivio  a un hermano sufridor, o para sí mismo, representa una llamada fortísima para las Entidades Benéficas. El auxilio magnético  tendrá siempre un efecto, según las circunstancias que muchas veces no están bajo el dominio de la comprensión humana. En la narrativa de Lucas 9, vs 11, se encuentra:” … Y el los recibió, y les habló del Reino de Dios, y sanaba a los que necesitaban de cura”, o sea, Jesús reconocia  los que se curarían pues Él vino a derogar Leyes Divinas: El sabia que muchos aun necesitaban permanecer enfermos. La necesidad es entonces algo relativo: unos necesitan la cura para la franca realización  de proyectos idealizados  durante el progreso de la enfermedad; mientras que otros necesitan continuar enfermos, porque el Espíritu no consiguió la conciencia de su real estado.

Hay personas dotadas del don de curar, según la Codificación, con un toque, con una simple mirada. Kardec los diferencia de los magnetizadores, más lo que el pretende es dejar claro  dos órdenes de cosas oriundas  del mismo principio. El tratamiento magnético común consigue  en sesiones continuadas, metódicas, y no requiere que el magnetizador sea necesariamente médium, aun mismo porque este proceso es anímico; mientras que con un médium curador ocurre espontáneamente, con la intervención de Espíritus sumados  al apelo a través de la oración. (El Libro de los Mediums  - cap., XIV – 175)

En el ítem 32 del capitulo XIV de La Genesis el sabio francés esclarece que “los  efectos de la acción fluídica sobre los enfermos son extremadamente variados, según las circunstancias; esta acción es alguna veces rápida como una corriente eléctrica. Hay personas dotadas  de tal poder, que operan sobre  ciertos enfermos  curas instantáneas  por una sola imposición de las manos  o  aun mismo  por un acto de la voluntad. Entre  los dos polos  extremos de tal facultad, hay infinitas variaciones. Todas las curas de ese género son variadas  del magnetismo y no difieren  sino por la potencia  y la rapidez de la acción. El principio  es siempre el mismo; es el fluido que desempeña el papel agente terapéutica, y cuyo efecto es subordinado  a su calidad  y a las circunstancias especiales. “En el ítem siguiente Kardec especifica  cada una de las acciones  magnéticas, a saber: magnetismo humano, el magnetismo espiritual, y el magnetismo espiritual-humano.

Las curas instantáneas por un simple gesto, o por una mirada, son formas para que se  comprendan mecanismos que ocurren, no exactamente por la mirada  o del gesto, que son materiales. Más si por las disposiciones intimas del Ser que se propone donar algo  bueno de si mismo, secundado por las Entidades Benefactoras,  este con  o sin el conocimiento de eso. hay una practica denominada de “pase de columna”  que más se aproximaría realmente  a aplicaciones magnéticas  si no contuviese  un punto de ritual y palabras sacramentales. (El Libro de los Médiums – cap. XIV – ítem 176, 9).  Existe  también una propuesta conocida por “pase de soplo”, que deja dudas  sobre su fundamento.  Los Evangelistas no citaron ningún pasaje  donde Jesús hubiese  curado a alguien a través del soplo; la Codificación tampoco  nos habla  sobre el asunto. Lo que se pretende es continuar manteniendo las formas de cómo hacer las cosas, y las formas son materiales, no son esenciales. Jesús se sirvió de algunos recursos materiales para realizar algunas curas; más ciertamente no fue con el propósito  de que se tornasen elementos de superstición. Más también realizó beneficios curadores  a distancia. De manera alguna pretendió que se substituyese al necesitado por un interventor, transmitiendo fluidos  a este para que el enfermo los reciba. Al final la intervención es puramente mental.

Es  razonable que se reconozca cuanto la Medicina terrena, cada vez más aumentado  los recursos de tratamiento y prevención de las enfermedades. Los Benefactores Espirituales también se han reencarnado con el propósito de manifestar  materialmente, claro dentro de los limites que el planeta les ofrece, los recursos necesarios para minimizar las malezas humanas, pues esto representa oportunidades de trabajo en el Bien y crecimiento moral-espiritual e intelectual también para ellos. Sus descubrimientos atienden  no a un número limitado de individuos, más si  a una colectividad entera. El trabajo en el Plano espiritual no se restringe a estas facetas estancadas  a las cuales el hombre se acostumbro a creer. ¿O será  que la magnánima actividad Divina está circunscrita a los “templos sagrados?!

La cura espiritual se da, entiéndase bien, cuando el Ser Inmortal esté depurado de sus imperfecciones por haber comprendido mejor  las Leyes Inmutables de la naturaleza.

Traducido al español por M. C. R

segunda-feira, 12 de setembro de 2011

O Espiritismo e as Curas Espirituais

Por Maria Ribeiro

Seria compreender muito pouco o propósito real da Doutrina Espírita o pensar que curas espirituais são uma de suas especialidades, desobedecendo a uma irrevogável ordem natural de coisas.

A busca pelo bem estar é um princípio do instinto de conservação, que é uma lei natural. Portanto não existe nada mais justo que procurar-se recursos capazes de restaurar a saúde, entrando esta em estado de debilidade.

O que se propõe é uma reflexão mais racional a respeito do tema.

É considerável o número de indivíduos que, ao longo dos tempos, tiveram, uns mais, outros menos, o poder de curar. Um deles, claro, é o nosso Mestre Jesus, profundo conhecedor de todas as ciências, não o seria menos quanto à ciência do magnetismo.

“A faculdade de curar pela influência fluídica é muito comum e pode desenvolver-se mediante o exercício; porém, a de curar instantaneamente pela imposição das mãos é mais rara, e seu apogeu pode ser considerado como excepcional. Entretanto, tem sido observada em diversas épocas, e em quase todos os povos têm surgido indivíduos que a possuíam em grau elevado. Nestes últimos tempos, tem-se visto diversos exemplos notáveis, cuja autenticidade não pode ser contestada. Dado que estas espécies de curas repousam sobre um princípio natural, e que o poder de produzi-las não é um privilégio, é que elas não saem da natureza e apenas têm de  miraculosa, a aparência.” (A Gênese, capítulo XIV – Curas).

Esta declaração kardequiana traz o entendimento de que esta, como todas as faculdades humanas não se desenvolvem de outra forma. Kardec faz que se remeta à vida eterna do Espírito, onde as aquisições paulatinas de encarnação em encarnação, com o trabalho constante no Bem purificam os fluidos constituintes do Ser, que tem seus recursos aumentados para que possa promover o auxílio que se faça necessário.

“...A faculdade de curar instantaneamente pela imposição das mãos é mais rara” porque é preciso um grau de pureza que não se faz sequer uma idéia aproximada.  Domiciliados no planeta Terra, que segundo os Espíritos Superiores é um lugar ainda apropriado a receber seres imperfeitos, como esperar certos prodígios? O estado moral atrasado representa óbice para tal. Embora nada impeça que a Providência Divina se manifeste através de homens imperfeitos que buscam sinceramente se reajustarem com as Leis Maiores, não se pode desprezar que haja fatores que determinam que tal evento ocorra ou não.

Neste caso específico, Kardec enfatiza tratar-se de um tipo de faculdade mediúnica rara, e previne contra as ciladas que possam aparecer.(O Livro dos espíritos- 556)

O item 18 do mesmo capítulo, ainda em A Gênese, Kardec deixa evidente: “O pensamento do Espírito encarnado age sobre os fluidos espirituais como também o dos Espíritos desencarnados; transmite-se de Espírito a Espírito, pela mesma via, e, conforme seja bom ou mau, saneia ou vicia os fluidos circundantes.” Em outras palavras, é através do pensamento que os fluidos são manipulados e dirigidos de uma pessoa para outra, estejam encarnadas ou não. Isto quer dizer que os fluidos dos Espíritos não são mais poderosos do que os dos encarnados pelo simples fato de serem Espíritos. E que os fluidos são emitidos de todo o Ser, da mesma forma que são recebidos, e não necessariamente pelas mãos, conforme crença vigente. Estas declarações confirmam que gesticulações e sincronismos, posturas ainda tão freqüentes, devem diminuir à medida que se compreendam a inutilidade das formas. Por enquanto é bom que se fique atento ao que mais possa surgir.  

É sabido que no passado houve companheiros no labor mediúnico que se utilizaram de formas materiais, e até bizarras, para realizar curas e cirurgias espirituais. Caíram no gosto de Espíritas entusiasmados, que criam ser estas práticas o que havia de mais extraordinário que a Doutrina podia oferecer. Mais do que proporcionar aos pacientes o alívio de seus males, aquelas práticas provaram que as Entidades desencarnadas agem verdadeiramente através de um médium com o qual se afinizam. Resta saber se isto provocou avanços morais em alguém, uma vez que as manifestações por si mesmas não tornam um ser mau em bom, nem um ignorante em sábio.

Quando a terapia do Passe não oferece os efeitos esperados, costumam-se recorrer a outras, que se podem contar às dezenas, mas que não têm vínculo doutrinário. Assim, tem-se incorporado cromoterapia, florais, pirâmides, reike e outras como “menu” doutrinário-espírita.

Analisando-se a terminologia da locução – cura espiritual – pode-se entender CURA DO ESPÍRITO, muito embora se deseje a cura do corpo, pois é ele que se sente massacrado, torturado e combalido. Quando se é chamado ao testemunho da enfermidade, são poucos os que não murmuram, esquecidos da resignação, do conceito de causa e efeito, da vida futura.

Admitindo-se – CURA POR ESPÍRITOS - recorra-se ao último parágrafo do comentário da questão 70 de O Livro dos Espíritos que diz que “O fluido vital se transmite de um indivíduo para outro. Aquele que tem o bastante pode dá-lo àquele que tem pouco e, em certos casos, restabelecer a vida prestes a se apagar.” Kardec assinala, assim, que a solidariedade é um bem que deve permear entre os seres, uns amparando os outros, na medida de suas forças. O desejo e a boa vontade de servir e de ser útil estabelecem a harmonia necessária para a engrenagem do universo íntimo, que se expande a distâncias que não se ousa mensurar. No parágrafo anterior, ele diz que este “fluido se renova pela absorção e assimilação das substâncias que o contêm.” O indivíduo precisa não somente absorver, mas assimilar as substâncias que contêm este fluido. Isto quer dizer que podem ser absorvidos, mas não necessariamente assimilados, ou seja, tornarem-se compatíveis com os fluidos próprios do receptor, para que ajam beneficamente. É o que ocorre no organismo humano em relação às proteínas de origem animal: elas sofrem processos de “quebra” até atingirem formas que são assimiláveis pelo organismo humano.

Entretanto, deve-se, pois, perceber que a cura espiritual é um processo individual que escapa ao controle de outrem. O corpo adoece por razões morais-espirituais relacionadas à história de cada um, portanto é de responsabilidade individual e intransferível a cura efetiva, que aliás é o que se espera. “A tua fé te salvou”, disse Jesus. Os mecanismos de transformar os fluidos malsãos para fluidos salutares estão em cada indivíduo. A Gênese, tratando do assunto, diz que “os fluidos não têm qualidades sui generis, mas sim as que adquirem no meio onde são elaborados; modificam-se pelos eflúvios desse meio...Os fluidos ...trazem a impressão dos sentimentos do ódio, da inveja, do ciúme,...da benevolência, do amor, da caridade...” . O desejo ardente de trazer um alívio para um irmão sofredor, ou para si mesmo, representa um apelo fortíssimo para as Entidades Benfazejas. O auxílio magnético terá sempre um efeito, segundo circunstâncias que bastas vezes não estão sob domínio da compreensão humana. Na narrativa de Lucas 9, vs11, encontra-se: “...E ele os recebeu, e falava-lhes do Reino de Deus, e sarava os que necessitavam de cura”, ou seja, Jesus reconhecia os que se curariam, pois Ele não veio derrogar Leis Divinas: Ele sabia que muitos ainda necessitavam permanecer enfermos. A necessidade é então algo relativo: uns necessitam da cura para a franca realização de projetos idealizados durante o processo de doença; enquanto outros necessitam continuar doentes, porque o Espírito não atingiu a consciência do seu estado real.

Há pessoas dotadas do dom de curar, segundo a Codificação, com um toque, com um simples olhar. Kardec os diferencia dos magnetizadores, mas o que ele pretende é deixar claro duas ordens de coisas oriundas do mesmo princípio. O tratamento magnético comum segue em sessões continuadas, metódicas, e não requer que o magnetizador seja necessariamente médium, mesmo porque este processo é anímico; enquanto que com um médium curador ocorre espontaneamente, com a intervenção de Espíritos somada ao apelo através da prece. (O Livro dos Médiuns – cap.XIV – 175)

No item 32 do capítulo XIV de A Gênese o sábio francês esclarece que “os efeitos da ação fluídica sobre os doentes são extremamente variados, segundo as circunstâncias; esta ação é algumas vezes lenta, e reclama um tratamento seguido, como no magnetismo comum; outras vezes é rápida como uma corrente elétrica. Há pessoas dotadas de tal poder, que operam sobre certos doentes curas instantâneas por uma só imposição das mãos ou mesmo por um só ato de vontade. Entre os dois pólos extremos de tal faculdade, há infinitas variações. Todas as curas desse gênero são variedades do magnetismo e não diferem senão pela potência e a rapidez da ação. O princípio é sempre o mesmo; é o fluido que desempenha o papel de agente terapêutico, e cujo efeito é subordinado à sua qualidade e a circunstâncias especiais.” No item seguinte Kardec especifica cada uma das ações magnéticas, a saber: magnetismo humano, magnetismo espiritual e magnetismo humano-espiritual. 

Curas instantâneas por um simples gesto, ou por um olhar, são formas para que se compreendam mecanismos que ocorrem, não exatamente por causa do olhar ou do gesto, que são materiais. Mas pelas disposições íntimas do Ser que se propõe doar algo bom de si mesmo, secundado por Entidades Benfeitoras, esteja com ou sem o conhecimento disso. Há uma prática denominada de “passe de coluna” que mais se aproximaria realmente de aplicações magnéticas não contivesse uma pitada de ritual e palavras sacramentais.(O Livro dos Médiuns – cap. XIV- item 176, 9). Existe também uma proposta conhecida por “passe de sopro”, que deixa dúvidas sobre seu fundamento. Os Evangelistas não citaram nenhuma passagem onde Jesus tivesse curado alguém através do sopro; a Codificação também não falou sobre o assunto. O que se pretende é continuar mantendo as formas de se fazer as coisas, e formas são materiais, não são essenciais. Jesus se utilizou de alguns recursos materiais para realizar algumas curas; mas certamente não foi com o propósito de fazer com que se tornassem elementos de superstição. Mas também realizou benefícios curadores à distância. De maneira alguma pretendeu que se substituísse o necessitado por um interventor, transmitindo fluidos a este para que o doente os receba. Afinal a intervenção é puramente mental.

É razoável que se reconheça o quanto a Medicina terrena tem aumentado cada vez mais os recursos de tratamento e prevenção de doenças. Os Benfeitores Espirituais também têm se reencarnado com o propósito de manifestar materialmente, claro que dentro dos limites que o planeta oferece, os recursos necessários para minimizar as mazelas humanas, pois isto representa oportunidades de trabalho no Bem e crescimento moral-espiritual e intelectual também para eles. As suas descobertas atendem não a um número limitado de indivíduos, mas a uma coletividade inteira. O trabalho no Plano Espiritual não se restringe a estas facetas tacanhas às quais o homem se acostumou a crer. Ou será que a magnânima atividade Divina está circunscrita aos “templos sagrados”?!

A cura espiritual se dá, entenda-se bem, quando o Ser Imortal estiver se depurado de suas imperfeições por ter compreendido melhor as Leis Imutáveis da natureza.