segunda-feira, 19 de março de 2012

Magnetización en los Tiempos Modernos - El Agua Fluidificada


Por Maria Ribeiro

Nadie puede negar las  dañinas  influencias desde el nacimiento del Espiritismo que quisieron imponerse, siendo muchas de ellas, infelizmente, asimiladas y defendidas, hasta aun mismo por esas personas respetables, dado a la invigilância  en la que muchos se dejan envolver. Además, de que las circunstancias del globo facilitan las interferencias nada deseables y solo a mucho costo se consigue divisar  la maravillosa luz de la Verdad que apunta e invita para nuevas perspectiva.

Se pregunta como de una ciencia perfectamente positiva puede surgir creencias  tan tacañas que insultan a la razón más superficial, que la mínima sensatez es capaz de disuadir.

En contrapartida, la excesiva precaución generó  el extremo opuesto,  y palabras y expresiones de la Codificación son utilizadas para contradecirse a sí mismas, con el torpe propósito de almacenar vanidosas suposiciones  particulares.

Hablando en sí de Espiritismo no se puede despreciar la contribución de otras ciencias, tomando por base el ítem 17  del primer capítulo de La Génesis que dispara:

Todas las ciencias se encadenan y se suceden en un orden racional; ellas nacen unas de las otras a la medida que encuentran un punto de apoyo en las ideas y conocimientos anteriores.”

El conocimiento de la Química auxilia en el entendimiento de algunos puntos que acabaron por tornarse en el medio espirita. Uno de ellos dice respecto a las incomprendidas  acciones del magnetismo. Si bien es cierto que la luz ingenua leve al principio de ls superstición, de los ritualismos y de los dogmatismos, no se puede por eso crear una barrera que niega definitivamente cualquier idea, sin antes haber buscado la refutación. Más allá de eso esta es una recomendación esencialmente doctrinarias, olvidada por los extremistas temerosos en la postura anticientífica.

El desconocimiento de las cosas torna al hombre esclavo de la superstición, y aunque el Espiritismo  de todo hable sin rodeos, hay siempre quien quiere permanecer aun en el  escalón de la  fantasía. Cuando se  trata del asunto en cuestión – el magnetismo – no es diferente, siendo perfectamente  observables hechos inconvenientes para no decir ridículos.

En el movimiento espirita dos procedimientos que envuelven al magnetismo se tornaron  muy comunes: el pase y la fluidificación del agua. Hay los que desconocen  ser el pase un método terapéutico, analizado por Kardec y ahí los que creen  ser algo  meticuloso, y por eso mismo,  lo rodean de formas ritualistas, con dichos extravagantes en número determinado  de veces, Etc. el mismo se da con el agua  fluidificada o magnetizada.  Hay los adeptos que unen ambos, ritual izando el procedimiento: un pequeño vaso de agua fluidificada  y después el pase. 

El asunto en pauta, sin embargo, dice respecto exclusivo al agua. Entonces, se recuerda  de una observación de la Química que esclarece que la molécula de agua  es de los cuerpos más susceptibles de absorber energías dependiendo de la frecuencia ambiente. Ahora, si la molécula  de agua tiene esta propiedad, parece que la  fluidificación, o aun, la energizaciòn de la misma puedan de hecho ocurrir, no teniendo nada de anti-doctrinario, es un hecho químico. A menos que se admita la inexistencia de la energía,  o de los fluidos. Y así también, se derrumbaría una premisa  de una ciencia tan positiva como la propia Doctrina Espirita. De este modo, se está delante de un hecho puramente natural.

Si el agua tiene esta propiedad en el más alto grado, se deduce que otros cuerpos la tengan en menor grado, variando al infinito. Más aquí es necesario observar las circunstancias que podrían ocurrir estas absorciones, pues nadie es tonto lo bastante para no creer en las peculiaridades individuales de cada uno de los cuerpos de la naturaleza, inclusive tratándose de los seres vivos, como el hombre.

Kardec en el capitulo XIV de La Génesis describe los fluidos como sustancia desprovista de cualidades propias, capaces de adquirirlas conforme el medio ambiente, o por otra, conforme aquellas formadas por el tenor de los pensamientos y sentimientos  que dominen.  Siguiendo esta línea de raciocinio, no parece muy irreal que el agua, obedeciendo a una ley natural, absorba los fluidos que puedan proporcionar  un alivio orgánico o un confort moral para aquellos que ansían por este resultado. Una cuestión suscitada: ¿Si el agua absorbe energías, por qué no podría ser esta energía saludable?

De ahí, se sigue que: primero – comprobadamente el agua tiene la propiedad de absorber energía; segundo – esta energía puede ser algo benéfico. Al ser bebida, este líquido entrará en contacto con otros líquidos corpóreos, se indaga: ¿en esta interacción, es o no posible que estos líquidos corpóreos también absorban las energías del líquido que fue ingerido? ¿Si esto es posible, también no sería si, una vez entrando para la circulación, si concentrasen en un órgano enfermo, así como hacen los remedios? Esta es una cuestión, como tantas otras, que precisa de respuesta. No una respuesta basada  en una opinión particular, más si basada  en una positividad científica. ¿Al final, con base aun en el magnetismo, no será creíble que, hasta cierto punto, un órgano enfermo “cree” en a su alrededor  un campo de atracción, obviamente, para todo lo que fuera contrario a su estado de debilidad? En verdad, no el órgano, más si la Mente es la que haría que se “crease” un campo magnético en torno del órgano o de la estructura que precisase reajuste, pues el organismo busca  todo el tiempo su equilibrio, siempre creando mecanismos de defensa, de lucha y de reparo.

Analizando las curas del Maestro Jesús, en el capitulo XV de la  obra anterior, Kardec didácticamente encuadra algunos  casos, según lo que juzgo por  fenómenos parecidos. Se citan dos casos para ilustrar:

A respecto del paralitico de la piscina, Kardec  admite que posiblemente las aguas de aquel pozo tuviesen propiedades curativas.  Así el Maestro francés expone:

“Según la creencia vulgar, ese movimiento era el más favorable de las curas; tal vez , en realidad, en el momento de su emisión, el agua tuviese una propiedad más activa, o que la agitación producida por el agua hiciese venir a la superficie de la vasa beneficiosa para ciertas enfermedades. tales efectos son muy naturales y perfectamente conocidos en la actualidad…

A respecto de la cura del ciego de nacimiento, estudiada en los ítems 24  y 25, Kardec explica:

“En cuanto al medio empleado para curarlo, es evidente que la especie de lama hecha con la saliva y la tierra no podía tener virtud sino por la acción del fluido curador del cual ella estaba impregnada;  es así que las sustancias las más insignificantes, el agua, por ejemplo, pueden adquirir cualidades poderosas y eficientes bajo la acción del fluido espiritual o magnético al cual ellas sirven de vehículo, o s quisieran, de reservatorio.”

Kardec también trata en este mismo capítulo, por la misma vía magnética, sobre la cura de las obsesiones, las resurrecciones y otros hechos que pasaron por milagros. 

“Es también por el bien que practica, que el Espiritismo prueba su misión providencial. El cura los males físicos, más cura sobretodo las molestias morales  y ahí están los mayores prodigios  mediante los cuales el se afirma… “Con este habla, Kardec actualmente advierte a los adeptos para que pongan frenos en sus intentos de querer explicar todo a su propia manera. El estudio del espiritismo hace al hombre conocedor de sus poderes psíquicos, y espera que estos sean puestos al servicio de la causa cristiana, sin los preconceptos que la mente humana es capaz de engendrar. 

El Libro de los espíritus –cometario de la cuestión 70; La génesis – capítulos XIV y XV; el Evangelio Según El Espiritismo- cap. XIX, cap. XCXVII, ítems 9, 10 y 11

Tradução: Mercedes Cruz

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