quarta-feira, 22 de dezembro de 2010

El Espiritismo Y La Universidad

"O Blog dos Espíritas" agradece a tradução efetuada e enviada ao nosso blog por Mercedes Cruz do artigo "O Espiritismo e a Universidade", de Dora Incontri, para o Espanhol.

Por Dora Incontri

Una cuestión vital para el espiritismo es su entrada en la universidad. Hay en Brasil un gran contingente de académicos espiritas en diversas áreas del conocimiento. Más hasta ahora, poquísimos asumieron el espiritismo como un discurso científico valido o se empeñaron en demostrar que Kardec fue un intelectual con contribuciones importantes para la filosofía, la ciencia, la religión y la pedagogía. Algunos llegan a declarar la inutilidad de tal intento, por ver la universidad refractaria o por atribuirle poca importancia, como escenario de debates. Muchos doctores tienen una vida universitaria burocrática y, si son espiritas, no ven ningún motivo para perturbar su carrera, defendiendo una idea marginalizada. Así, la cuestión es la siguiente: ¿Es preciso llevar el Espiritismo a la Universidad? ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Cómo? Para defender no solo la necesidad, más la urgencia de adentrarse en el mundo académico la propuesta espirita, hare antes un breve historial del papel de la universidad a través de los tiempo.

UN POCO DE HISTORIA

La Universidad es una de las bellas legados que la Baja Edad Media nos dejo. Los siglos XII yXIII, que vieron su inicio, fueron palco de los cambios sociales, culturales y políticos, que desembocarían en el Renacimiento. Por otra parte, el siglo XII es considerado como la primera etapa del movimiento que tomaría más tarde ese nombre. Más no se piense que la universidad era esa institución cálida y distante de hoy. El brillante historiador Jacques Le Goff, en la obra Los Intelectuales en la Edad Media, muestra cómo era la vida académica de entonces. En primer lugar, muchas universidades se fundaron a partir de las corporaciones de estudiantes o profesores. E incluso apoyadas por emperadores y papas ejercieron un papel de democratización y renovación del conocimiento. Fue en esa época, que se dio la trasmisión para el Occidente de los tesoros griegos, que fueron reconducidos a Europa, gracias a la exuberante cultura árabe (que, por cierto, tenía sus universidades) y a la cultura bizantina. Los embriones de la ciencia moderna comienzan ahí, con el desenvolvimiento de la matemática, de la medicina, de la vuelta del derecho romano… Y la razón también inicia su proceso de liberación de la fe dogmatica.

Desde el punto de vista social, la comunidad estudiantil representaba el elemento transformador, inquieto y hasta rebelde que lanzaba las simientes de un nuevo mundo. En el siglo XX, se vio semejante comportamiento hasta la década de los 60, antes de esa apatía acrítica que tomo cuenta de la juventud pos-moderna. El Goff describe como eran las aulas, por lo menos en la universidad de parís. Los profesores debatían públicamente con los alumnos y profesores rivales. Había polémicas abiertas y se podía proponer de improviso o para próximos encuentros cuestiones que el maestro habría de demostrar bajo rajadas de preguntas y contra argumentos. O sea, era preciso convencer al público participante. Escenas así pueden ser vistas en el filme En Nombre de Dios, que retrata la vida de Abelardo, de los primeros maestros de París. Sin embargo aunque las cuestiones entonces discutidas nos parezcan irrelevantes, porque en su mayoría de las veces eran sutilezas teológicas, no se puede negar que el proceso de la Escolástica medieval (en que pese a toda la influencia autoritaria de la Iglesia) fue una tentativa de racionalización de la fe. Abelardo, por ejemplo, uno de los grandes racionalistas de la época, que además rendía culto al Consolador, puede ser considerado precursor de Descartes y hasta de Kardec. Fue quien liberó la lógica de la teología, reafirmándola como ciencia autónoma.

En las universidades medievales, al contrario de lo que se pueda pensar, había la representación de varias corrientes y debates entre ellas. Más el ápice de tal pluralidad ideológica y cultural fue el periodo áureo de la España musulmana (siglos XI, XII, XIII) donde cristianos, judíos e islámicos tuvieron por primera y única vez en la historia un intercambio pacifico de ideas, desencadenando el progreso científico y cultural de Europa, a partir del siglo XII. También en esto, la universidad tuvo un papel preponderante, sobre todo la de Córdoba, fundada por los árabes. Además esta ciudad, vio uno de los mayores sabios islámicos, que ejerció influencia sobre la cultura cristiana, el médico y filósofo Averroes. Infelizmente, el fanatismo y la opresión hicieron el desfavor histórico de acabar con esa experiencia fantástica de pluralidad cultural, sumergiendo a Europa en las tinieblas de la Inquisición. Y justo en España, en donde esa democracia había sido practicada, hubo la mayor represión, con la expulsión definitiva de judíos y árabes en el siglo XV.

Después, vemos en el propio Renacimiento, el inicio de la ciencia moderna, los heraldos de la astronomía y las matemáticas, teniendo como escenario de sus estudios y docencias las universidades creadas en la Edad media: Galileo fue profesor de las Universidades de Pisa y Padua, Kepler estudio en la de Tübengen y dio clases en la de GRAZ (Austria) Isaac Newton fue profesor de Cambrigde. También la Reforma pasó por las universidades. Ya con los precursores: Juan Huss fue rector de la Universidad de Praga; John Wiclif estudió en Osford y fue rector de Fillighan. Después Luter, fue doctor y profesor. Comenius, que lanzó la pedagogía moderna bajo la inspiración de la Reforma, estuvo en la Universidad de Heidelberg. Más tarde, toda la filosofía alemana, que daría una guiñada en el pensamiento occidental, en los siglos XVIII y XIX, primero con la crítica de la razón, hecha por Kant, después con la dialéctica de Hegel, de quien nació la dialéctica marxista – y sus contemporáneos y sucesores -, todos estuvieron ligados a las universidades. No es preciso citar el papel que ellas tuvieron en el siglo XX, con su potencial de pesquisa y discusión de ideas, más allá de los movimientos estudiantiles, como el del 68, que cambiaron la faz de la juventud. Esos ejemplos son para mostrar que varias revoluciones conceptuales, científicas y sociales, propuestas en Occidente en el último milenio, han pasado por las universidades. Es claro que también observemos en esta institución – como en todas – el abuso del poder, las vanidades personales en detrimento de la verdad, el conservadorismo y la estagnación que impiden el progreso y el pluralismo. Más, a pesar de los percances que la imperfecta naturaleza humana siempre introduce en las mejores cosas, la universidad consiguió alcanzar sus mil años, como institución respetable y digna de ser mantenida, aunque se puedan proponer innumerables reformas para que se adapte al siglo XXI.

LA UNIVERSIDAD DE BRASIL

Uno de los hechos más chocantes de la historia de Brasil fue el atraso en términos de nuestra universidad. Todos los países de América (del Norte, Central y del Sur) tuvieron las suyas mucho antes. Harvard (EUA) y Córdoba (Argentina) fueron fundadas en el siglo XVII. La de México, más antigua, en el siglo XVI. Perú, Venezuela y Chile tienen universidades con por lo menos 150 o 200 años. La primera universidad brasileña (a USP) es de la década del 30 del siglo XX. o sea, esta institución milenaria no tiene ni un siglo en Brasil. Tal vez por eso estemos demorando tanto el pensar al mundo, de forma original, dando nuestra contribución filosófica y científica a la humanidad. Salvo raras cabezas que se destacan como estrellas solitarias, no creamos escuelas filosóficas, científicas o pedagógicas. Lo que la mayoría de los académicos brasileños hace es pensar según autores importados. Hay incluso un pánico generalizado y una prohibición implícita de pensar en si. Un ejemplo: alguien hace una tese en la Historia. Tendrá que optar por una corriente como la marxista o la historia nueva. No hay historiadores brasileños, con propuestas alternativas. En la filosofía, lo mismo. ¿Se pueden estudiar filósofos antiguos y contemporáneos, más donde están los filósofos brasileños? ¿Hay tomistas, marxistas, hegelianos, kantianos etc. en nuestra universidad, más donde hay alguien que haya hecho escuela?

Aun mismo que el objeto es el de Brasil, los métodos son importados, a punto de antropólogos, sociólogos y economistas brasileños (excepción hecha a algunos del quilate de Darcy Ribeiro o Sergio Buarque de Holanda) observaron fenómenos de nuestro país con un mirar europeo o americano, como si fuésemos exóticos para nosotros mismos. El Espiritismo, más también la Umbanda y el candomblé, entran en ese contexto, pues algunos estudios antropológicos y sociológicos al respecto asumen un discurso de distanciamiento, como si todo eso no hiciese parte de nuestra cultura. O sea, aquello que es representativo entre nosotros solo entra en la universidad como objeto casi folclórico, nunca como voz representativa de un segmento.

Un adepto del candomblé o del espiritismo hará una tesis sobre sus respectivos objetos, encuadrándolos en la cientificidad supuestamente libre, lo que significa decir, por ejemplo, que las deidades o los espíritus son categorías de lo imaginario. Eso apenas para mencionar las áreas humanas. En la exacta y médicos, la incapacidad para cambiar el discurso es mayor. En las humanas, hay por lo menos la pluralidad de posiciones ya establecidas allá fuera. En las otras, parece que no llegó aquí la discusión que, por lo menos en Europa, está abalando la forma positivista de hacer ciencia, ósea, el cuestionamiento pos-moderno, que destruyó la propia noción de la ciencia. Los alumnos de química, medicina o biología continúan estudiando sus disciplinas, como si ellas no tuviesen presupuestos filosóficos, sin cualquier reflexión ética o epistemológica… Ósea, se hace ciencia, sin discutirse el método científico.

EL PARADIGMA DEL ESPÍRITU

Si los académicos espiritas brasileños comprendieran de hecho lo que ven en el espiritismo, percibirían que el pensamiento espirita – asumido como una visión de mundo, un método de conocer y, por tanto, un nuevo paradigma – es justamente una posibilidad original de filosofar, de hacer historia o ciencia. Y esa originalidad puede ser una contribución espirita a la cultura brasileña y, al mismo tiempo, una contribución brasileña a la cultura internacional. Más ella precisa ser construida. Está implícita en Kardec, más lejos de estar aplicada (con todas sus articulaciones) en las variadas áreas del conocimiento. y esa construcción solo puede ser hecha en la universidad. En mi tesis de doctorado Pedagogía espirita, un proyecto brasileño y sus raíces histórico-filosóficas (USP, 2001), procure hacer esto. No significa jugar fuera de las conquistas de 2500 años de desenvolvimiento filosófico y científico. De hecho, el propio espiritismo – podrán alegar – es una doctrina importada de Francia, con antecedentes y acondicionamientos históricos. Más, encarando esa herencia como parte constitutiva de nuestra cultura (pues es eso que se torno) y buscando articular el pensamiento espirita en su coherencia, haremos lo que nos compete para que el espiritismo de su contribución al mundo.

Brasil es actualmente el único país que puede hacer eso, si abdicáramos de la colonización intelectual, pues fue en Europa y en los EUA que los estudios espiritas fueron silenciados. En la educación, hizo eso, mostrando que las raíces de la pedagogía espirita viene de Sócrates y Platón, pasando por Comenius, Rousseau y Pestalozzi, para desembocar en Rivail. Más apunte la contribución original brasileña, de Eurípides Barsanulfo, Herculano Pires, Analia Franco, Tomás Novelino, Ney Lobo, Vinicius, como ejemplos de una nueva pedagogía. Hay que hacerse lo mismo en otras áreas y algunos ya han intentado eso. Una buena señal es que hemos recibido emails de Brasil entero de jóvenes que ya hicieron o están en vías de hacer monografías y disertaciones sobre el espiritismo. Más es preciso un coraje moral, que a veces los académicos acomodados en sus cátedras no quieren asumir, pues se trata de desafiar el sistema, discutir ideas, condenadas por una cierta conspiración del silencio. Al coraje moral, se debe aliar la competencia, porque es preciso estar muy bien fundamentado para hacerse validar, o por lo menos respetar, algo fuera del sistema. Estar fuera del sistema se explica en países donde el espiritismo desapareció. ¿Más donde el creo raíces y tiene convicciones entre pesquisidores, porque mantenerlo apartado de la universidad, como si fuese sospechoso?

El momento es propicio y urgente para abrirnos camino. Propicio, porque podemos alegar que la representatividad social y cultural que el espiritismo adquirió en la sociedad brasileña le da el derecho de ser representado en la universidad, como un discurso científico, o al menos filosófico. Se no nos dejaran hacer eso, entonces se trata de patrulla miento ideológico, que debemos denunciar. Urgente, porque, en beneficio del propio espiritismo, hemos de comprenderlo y practicarlo como fermento cultural, para cambiar las estructuras del pensamiento humano y no apenas como una religión más que distribuye pases, sopa y agua fluidificada. Hemos de hacerlo como querría Kardec – ciencia, filosofía, ética racional, religiosidad universal, de forma competente y bien articulada – lo que es indispensable para enfrentarnos a la crítica de fuera, más imposible, si quedamos encerrado dentro de nosotros mismos.

Me espanta que espiritas intelectuales, que deberían comprender el espiritismo como un nuevo paradigma de conocimiento, lo adopten apenas como credo religioso. Son científicos en la universidad y espiritas en el centro espirita, como si frecuentasen más una iglesia, sin ninguna conexión con sus vidas de pensadores y investigadores. Apenas si venciéramos esa cobardía o ceguera, el espiritismo cumpliría su misión histórica, que no es la de hacer prosélitos, más si la de ofrecer una alternativa de visión del mundo respetable y reconocida, que se haga valer en ese espacio tan rico y antiguo como es la universidad, recuperándola como un lugar de debate plural para enfrentar los desafíos de este milenio.

Traducido por Mercedes Cruz

Fuente: http://universidade-espirita.blogspot.com/2008/11/o-espiritismo-e-universidade-por-dora.html

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