segunda-feira, 25 de março de 2013

Un antiguo carretero


Revista Espírita, diciembre de 1859

El excelente médium Sr. V…  es un joven que generalmente se distingue por la pureza de sus relaciones  con el mundo espirita. Con todo, después  que se mudo a los aposentos  que actualmente ocupa, un Espíritu inferior se entromete en sus comunicaciones, interponiéndose  en sus trabajos personales.

Encontrándose, en noche del 6 de septiembre de 1859, en casa del Sr, Allan Kardec, con quien debía trabajar, fue  obstaculizado por aquel Espíritu, que le hacía trazar  cosas incoherentes o impedía que escribiese.

Entonces el S. Allan Kardec, dirigiéndose al Espíritu, mantuvo con el la siguiente conversación:

1. ¿Por qué vienes aquí sin ser llamado?

- Quiero atormentarlo.

2.  ¿Quién eres tú? Dime tu nombre

- No lo diré.

3.  ¿Cuál es tu objetivo, entrometiéndote en aquello que no te  concierne? Esto no te aporta  ningún provecho.

- No, más yo impido que tenga buenas comunicaciones y sé que esto lo amarga mucho.

4.   Eres un mal espíritu, pues te alegras en hacer el mal. En nombre  de Dios  yo te ordeno que te retires y nos dejes trabajar tranquilamente.

-¿Piensas  atemorizas con esa voz grave?

5. Si no es de mi  de quien tienes miedo, lo tendrás sin duda de Dios, en nombre de quien te hablo y que podría hacer que te arrepientas de tu maldad.

-No nos enojemos, burgués.

6. Repito que eres un mal Espíritu, y una vez más te pido que no nos impidas trabajar

- Yo soy lo que soy, es mi naturaleza.

Habiendo sido llamado un Espíritu superior, al cual fue pedido que apartase al intruso, con el fin de no ser interrumpido el trabajo, el mal Espíritu probablemente se fue, porque durante el resto de la noche no hubo ninguna interrupción más.

Interrogado sobre la naturaleza del Espíritu, respondió el espíritu superior:

Ese Espíritu, que es de la clase más baja, es un antiguo carretero, fallecido cerca de la casa donde mora el médium. Eligio para domicilio el propio cuarto de este, y hace mucho tiempo es el que lo obsesa y atormenta incesantemente. Ahora que el sabe que el médium debe, por orden de Espíritus superiores, cambiar de residencia, lo atormentará más que nunca.  Es una prueba más de que el médium no escribe  su propio pensamiento. Veis  así que hay cosas buenas, aun mismo en las malas y desagradables aventuras de la vida. Dios revela su poder por todos los medios posibles.

-¿Cuál era en vida el carácter de ese hombre?

- Todo lo que más se aproxima al animal. Creo que sus caballos tenían más inteligencia  y más sentimiento que el.

-¿Por qué medio puede el Sr. V… desembarazarse de él?

-Hay dos: el medio espiritual, pidiendo a Dios;   el medio material, dejando la casa donde está.

-¿Entonces hay realmente lugares ensombrecidos por ciertos Espíritus?

-Sí, Espíritus que aun están bajo la influencia de la materia se ligan a ciertos locales.

- ¿Los espíritus que ensombrecen ciertos lugares pueden tornarlos fatalmente funestos   o propicios a las personas que los habitan?

-¿Quién podría impedirlos? Muertos, ejercen influencia como Espíritus; vivos, la ejercen como hombres.

-¿Alguien que no sea médium, que jamás haya oído hablar de Espíritus y que no creyese en ellos podría sufrir tal influencia y ser víctima de vejaciones de tales espíritus?

- Indudablemente. Esto acontece más frecuentemente de lo que pensais, y explica muchas cosas. 

-¿Hay fundamento en la creencia de que los  Espíritus frecuentan de preferencia las ruinas y las casas abandonadas?

- Eso es superstición.

-¿Entonces los espíritus ensombrecen una casa nueva de la Calle de Rivoli, del mismo modo que un vieja pocilga?

- Dalo por cierto. Ellos pueden ser atraídos lo mismo  en un lugar que en otro, por la disposición de espíritu de sus moradores.

Habiendo sido evocado, en la Sociedad, el Espíritu del carretero antes mencionado, por intermedio del Sr. R….  el se manifestó  con señales de violencia, rompiendo el lápiz, golpeándolos con fuerza en el papel, y por una escritura grosera, tremula, irregular y poco legible.

1. (Evocación).

-Aquí estoy.

2. ¿Reconocéis el poder de Dios sobre vos?

-Sí, ¿Y qué?

3. ¿Por qué elegiste el cuarto del Sr. V…, y no otro?

-Porque eso me satisface.

4. ¿Te quedarás allí mucho tiempo?

.- Mucho porque me siento muy bien.

5. ¿Entonces no tenéis la intención de mejorar?

-Veremos. Yo tengo tiempo.

6. ¿Estáis enojado porque os llamamos?

- Si.

7. ¿Qué hacíais cuando os hemos llamado?

- Estaba en la taberna. 

8. ¿Entonces bebéis?

-¡Qué tontería! ¿Cómo puedo beber?

9. ¿Entonces que quisiste decir cuando mencionaste la taberna?

-Quise decir lo que dije.

10. ¿Cuándo estabais vivo, maltratabais a vuestros caballos?

- ¿Sois de la policía municipal?

11. ¿Queréis que oremos por vos?

-¿E haréis esto?

12. Ciertamente. Nosotros oramos por todos aquellos que sufren, porque tenemos compasión de los infelices y sabemos que la misericordia de Dios es grande.

-¡Oh! Bien,  pese a todo sois buena gente. Me gustaría de poderos dar un apretón de mano. Procurare merecerlo. Obligado.

OBSERVACIÓN:  Esta conversación confirma lo que la experiencia ya probó muchas veces, relativamente la influencia que pueden  los hombres ejercer sobre los Espíritus, y por medio de la cual contribuyen para su mejoría. Muestra la influencia de la oración.

Siendo así, esa naturaleza bruta  y casi indomable y salvaje se encuentra como que subyugada por la idea de las ventajas que se le puede ofrecer. Tenemos numerosos ejemplos de criminales que vinieron espontáneamente   a comunicarse con médiums que habían orado por ellos, testimoniándonos así su arrepentimiento.

A las observaciones  mencionadas anteriormente  juntaremos las consideraciones que siguen, relativas  a la evocación de Espíritus inferiores.

Hemos visto médiums, justamente celosos de conservar sus buenas relaciones de más allá del túmulo,  negarse a servir como intérpretes de los espíritus inferiores  que pueden ser llamados.  Es de su parte una susceptibilidad mal entendida. Por el hecho  de evocar a un Espíritu vulgar, y aun mismo malo, no quedaremos bajo la dependencia de él.  Lejos de eso, y al contrario, nosotros es  quien lo dominaremos. No es el el que viene a imponerse, contra nuestra voluntad,  como en las obsesiones. Somos nosotros los que nos imponemos. El no ordena, obedece. Nosotros somos su juez no su presa. Más allá de eso, podemos serles útiles por nuestros consejos y por nuestras oraciones y ellos nos lo agradecen por el interés que les demostramos. Extenderle  la mano al socorrerlo es una buena acción. Rechazarlos es una falta de caridad; es aun más, es orgullo y egoísmo. Esos seres inferiores, por el contrario, son para nosotros una gran enseñanza. Fue por su intermedio que pudimos conocer las camadas inferiores del mundo espirita y  la suerte que aguarda a aquellos que aquí hacen un mal empleo de su vida.

Nótese, además, que es casi siempre tremendo que ellos vienen a las reuniones serias, donde dominan los buenos Espíritus. quedan avergonzados y se mantienen  a distancia, oyendo con el fin de instruirse. Muchas veces vienen con ese objetivo, sin haber sido llamados.

¿Por qué, pues, rechazaremos oírlos, cuando muchas veces su arrepentimiento y su sufrimiento constituyen motivo de edificación o, por lo menos instrucción?

No hay nada que temer de esas comunicaciones, desde que visen el bien. ¿Qué sería de los pobres heridos si los médicos recusasen tocar  en sus llagas?

Traducido por Mercedes Cruz Reyes 

quarta-feira, 20 de março de 2013

Um antigo carreteiro


Revista Espírita, dezembro de 1859

O excelente médium Sr. V... é um moço que geralmente se distingue pela pureza de suas relações com o mundo espírita. Contudo, depois que se mudou para os aposentos que atualmente ocupa, um Espírito inferior se intromete em suas comunicações, interpondo-se até em seus trabalhos pessoais.

Encontrando-se, na noite de 6 de setembro de 1859, em casa do Sr. Allan Kardec, com quem devia trabalhar, foi entravado por aquele Espírito, que lhe fazia traçar coisas incoerentes ou impedia que escrevesse.

Então o Sr. Allan Kardec, dirigindo-se ao Espírito, manteve com ele a seguinte conversa:

1. Por que vens aqui sem ser chamado?

- Quero atormentá-lo.

2. Quem és tu? Dize o teu nome.

- Não o direi.

3. Qual o teu objetivo, intrometendo-te naquilo que não te diz respeito? Isto não te traz nenhum proveito.

- Não, mas eu o impeço de ter boas comunicações e sei que isto o magoa muito.

4. És um mau Espírito, pois que te alegras em fazer o mal. Em nome de Deus eu te ordeno que te retires e nos deixes trabalhar tranquilamente.

- Pensas que metes medo com essa voz grossa?

5. Se não é de mim que tens medo, tê-lo-ás sem dúvida de Deus, em nome de quem te falo e que poderá fazer que te arrependas de tua maldade.

- Não nos zanguemos, burguês.

6. Repito que és um mau Espírito, e mais uma vez te peço que não nos impeças de trabalhar.

- Eu sou o que sou, é a minha natureza.

Tendo sido chamado um Espírito superior, ao qual foi pedido que afastasse o intruso, a fim de não ser interrompido o trabalho, o mau Espírito provavelmente se foi, porque durante o resto da noite não houve mais nenhuma interrupção.

Interrogado sobre a natureza desse Espírito, respondeu o superior:

Esse Espírito, que é da mais baixa classe, é um antigo carreteiro, falecido perto da casa onde mora o médium. Escolheu para domicílio o próprio quarto deste, e há muito tempo é ele que o obsidia e o atormenta incessantemente. Agora que ele sabe que o médium deve, por ordem de Espíritos superiores, mudar de residência, atormenta-o mais do que nunca. É ainda uma prova de que o médium não escreve o seu próprio pensamento. Vês assim que há boas coisas, mesmo nas mais desagradáveis aventuras da vida. Deus revela o seu poder por todos os meios possíveis.

- Qual era em vida o caráter desse homem?

- Tudo o que mais se aproxima do animal. Creio que seus cavalos tinham mais inteligência e mais sentimento do que ele.

- Por que meio pode o Sr. V... desembaraçar-se dele?

- Há dois: o meio espiritual, pedindo a Deus; o meio material, deixando a casa onde está.

- Então há realmente lugares assombrados por certos Espíritos?

- Sim, Espíritos que ainda estão sob a influência da matéria ligam-se a certos locais.

- Os Espíritos que assombram certos lugares podem torná-los fatalmente funestos ou propícios às pessoas que os habitam?

- Quem poderia impedi-los? Mortos, exercem influência como Espíritos; vivos, exercem-na como homens.

- Alguém que não fosse médium, que jamais tivesse ouvido falar de Espíritos e que nem acreditasse neles poderia sofrer tal influência e ser vítima de vexames de tais Espíritos?

- Indubitavelmente. Isto acontece mais frequentemente do que pensais, e explica muitas coisas.

- Há fundamento na crença de que os Espíritos frequentam de preferência as ruínas e as casas abandonadas?

- Superstição.

- Então os Espíritos assombrarão uma casa nova da Rua de Rivoli, do mesmo modo que um velho pardieiro?

- Por certo. Eles podem ser atraídos antes para um lugar do que para outro, pela disposição de espírito dos seus moradores.

Tendo sido evocado, na Sociedade, o Espírito do carreteiro acima mencionado, por intermédio do Sr. R..., ele manifestou-se por sinais de violência, quebrando os lápis, enfiando-os com força no papel, e por uma escrita grosseira, trêmula, irregular e pouco legível. 

1. (Evocação).

- Aqui estou.

2. Reconheceis o poder de Deus sobre vós?

- Sim; e daí?

3. Por que escolhestes o quarto do Sr. V..., e não um outro?

- Porque isto me agrada.

4. Ficareis ali muito tempo?

- Tanto quanto me sentir bem.

5. Então não tendes a intenção de melhorar?

- Veremos. Eu tenho tempo.

6. Estais contrariado porque vos chamamos?

- Sim.

7. Que fazíeis quando vos chamamos?

- Estava na taberna.

8. Então bebíeis?

- Que tolice! Como posso beber?

9. Então o que quisestes dizer quando falastes da taberna?

- Quis dizer o que disse.

10. Quando vivo, maltratáveis os vossos cavalos?

- Sois da polícia municipal?

11. Quereis que oremos por vós?

- E faríeis isto?

12. Certamente. Nós oramos por todos aqueles que sofrem, porque temos compaixão dos infelizes e sabemos que a misericórdia de Deus é grande.

- Oh! Bem, sois boa gente mesmo. Eu gostaria de poder vos dar um aperto de mão. Procurarei merecê-lo. Obrigado. 

OBSERVAÇÃO: Esta conversa confirma o que a experiência já provou muitas vezes, relativamente à influência que podem os homens exercer sobre os Espíritos, e por meio da qual contribuem para a sua melhora. Mostra a influência da prece.

Assim, essa natureza bruta e quase indomável e selvagem encontra-se como que subjugada pela ideia das vantagens que se lhe pode oferecer. Temos numerosos exemplos de criminosos que vieram espontaneamente comunicar-se com médiuns que haviam orado por eles, testemunhando-nos assim o seu arrependimento.

Às observações acima juntaremos as considerações que seguem, relativas à evocação de Espíritos inferiores.

Temos visto médiuns, justamente ciosos de conservar suas boas relações de além-túmulo, recusarem-se a servir de intérpretes dos Espíritos inferiores que podem ser chamados. É de sua parte uma suscetibilidade mal entendida. Pelo fato de evocarmos um Espírito vulgar, e mesmo mau, não ficaremos sob a dependência dele. Longe disso, e ao contrário, nós é que o dominaremos. Não é ele que vem impor-se, contra a nossa vontade, como nas obsessões. Somos nós que nos impomos. Ele não ordena, obedece. Nós somos o seu juiz, e não a sua presa. Além disso, podemos ser-lhes úteis por nossos conselhos e por nossas preces e eles nos ficam reconhecidos pelo interesse que lhes demonstramos. Estender-lhe a mão em socorro é praticar uma boa ação. Recusá-la é falta de caridade; ainda mais, é orgulho e egoísmo. Esses seres inferiores, aliás, são para nós um grande ensinamento. Foi por seu intermédio que pudemos conhecer as camadas inferiores do mundo espírita e a sorte que aguarda aqueles que aqui fazem mau emprego de sua vida.

Notemos, além do mais, que é quase sempre tremendo que eles vêm às reuniões sérias, onde dominam os bons Espíritos. Ficam envergonhados e se mantêm à distância, ouvindo a fim de instruir-se. Muitas vezes vêm com esse objetivo, sem terem sido chamados.

Por que, pois, recusaríamos ouvi-los, quando muitas vezes seu arrependimento e seu sofrimento constituem motivo de edificação ou, pelo menos, de instrução?

Nada há que temer dessas comunicações, desde que visem o bem. Que seria dos pobres feridos se os médicos se recusassem a tocar em suas chagas?      

terça-feira, 19 de março de 2013

Paradigmas “Espíritas”

Por Riviane Damásio

As religiões buscam no cerne das suas melhores intenções, transformar o Mal em Bem, as más tendências em virtudes, e para isto, desprovidas de pedagogias adequadas, muitas vezes tentam conduzir a transformação dos valores, por meio de prática de rituais de lógica duvidosa e de conceitos irrefletidos injetados de forma paulatina em seus adeptos. 

O religioso então, longe de transformar-se “em”, é moldado sob o barro do estereótipo e não raras vezes a mudança promovida não consegue transigir além da superfície rasa e o que vemos são atitudes destoantes das pregações (e intenções).

O Espiritismo, que no sonho concretizado de Kardec e da espiritualidade superior, veio desatar os nós da superficialidade da fé e alçar vôos de reais transformações humanas, muitas vezes encontra em seus membros, atavismos tais, que fazem com que não percebam o espectro de liberdade e de evolução que a não religiosidade proporciona, transcendendo esta liberdade pela fé sem correntes, que voa acima de uma mera liturgia.

A grande maioria dos Centros Espíritas - na contramão de um modelo ideal de sociedade espírita aos moldes das fundadas por espíritas desbravadores da doutrina - proporcionam a quem a eles recorrem, o sentimento de familiaridade e deja vu com as instituições religiosas. A se começar com a disposição física dos presentes, a passividade de se porem como ouvintes de pregrações, os estudos estereotipados e engessados de autores que pouco acrescentam no desenvolvimento da capacidade analítica do indivíduo, o palavreado fútil, os rituais, a venda de esperança que tranforma a fé em produto de barganha, a aceitação cega no fenômeno, a falta de cientificidade...

E assim vão crescendo os paradigmas espíritas, fazendo com que ícones sejam eleitos dentro do movimento como se canonizam santos nas igrejas. Os estudos domésticos dão lugar aos evangelhos estereotipados, a água da sabedoria cede à água fluidificada e o os passos na busca de um caminho de conhecimento e de mudanças se rendem aos “passes” miraculosos que não transformam e mascaram as dores.

O Espiritismo não nasceu passivo, não é nem pode se transformar numa doutrina passiva, e não é através da subserviência que pretende transformar os valores humanos, e sim através do incentivo a atitudes coerentes, à dúvidas, à busca de certezas, ao estudo e ao anseio por respostas e principalmente por ações que não engatinham pelo assistencialismo oco e vicioso, antes colaboram para a transformação e ajuda verdadeira ao outro, através do ensino e da coerência de atitudes.

Que cada espírita se permita nunca deixar de duvidar antes de aceitar, de estudar antes de divulgar e principalmente que à exemplo dos que a cada dia vencem seus leões interiores consigam quebrar aos poucos seus paradigamas e possam finalmente desfrutar e colaborar com a transformação do mundo e de si mesmo que é razão maior da Doutrina.

quinta-feira, 14 de março de 2013

[VÍDEO] - Palestra de Sérgio Aleixo sobre o Controle Universal do Ensino dos Espíritos

O orador, escritor e palestrante espírita Sérgio Aleixo, vice-presidente da Associação de Divulgadores do Espiritismo do Rio de Janeiro (ADE-RJ), realiza palestra sobre o Controle Universal do Ensino dos Espíritos.

terça-feira, 12 de março de 2013

Estilo de las buenas comunicaciones


Revista Espírita, Octubre de 1862 – Disertaciones espiritas

Buscad, en la palabra, la sobriedad y la concisión; pocas palabras, muchas cosas. el lenguaje es como la armonía: cuanto más quisiéramos tornarla rebuscada, menos melodioso será.la verdadera ciencia es siempre aquella que toca, no a algunos sibaritas llenos de si, más si  a la masa inteligente que desde hace mucho tiempo es desviada del verdadero camino bello, que es el de la sencillez. A ejemplo de Su Maestro, los  discípulos de Cristo habían adquirido ese profundo saber de bien hablar, con sobriedad y concisión, y sus discursos, como los del Maestro, era marcado por esa delicadeza, por esa profundidad que en nuestros días, en una época en que todo miente a nuestro alrededor, aun se escuchan las voces de Cristo y de sus apóstoles, modelos inimitables de concisión y de precisión.

Más la verdad descendió de lo alto. Como los apóstoles de los primeros días de la era cristiana, los Espíritus superiores vienen a enseñar y dirigir. El Libro de los Espíritus es toda una revolución, porque es conciso y sobrio: pocas palabras, con mucha cosa; nada de flores de retorica; nada de imágenes, más si apenas pensamientos grandes y profundos, que consuelan y fortalecen. Es por eso que el agrada, y agrada porque es fácilmente comprendido. Es el cuño de superioridad de los Espíritus que lo dictaron.

¿Por qué hay tantas comunicaciones vanidad de Espíritus que se dicen superiores, impugnadas de insensatez, de frases resaltadas y floridas, una página para no decir nada? Tened la certeza de que no son Espíritus Superiores, más si seudosabios, que juzgan   producir efecto,  sustituyendo por palabras el vacio de las ideas, la profundidad del pensamiento por la oscuridad. Ellos no pueden seducir sino a los cerebros huecos como los suyos, que toman el  oropel puro y juzgan la belleza de la mujer por el brillo de sus aderezos.

Desconfiad pues, de los Espíritus verbosos, de lenguaje empollado  y confuso que exige darle a lacabeza para ser comprendidos. Reconoced la verdadera superioridad por el estilo conciso, claro e inteligible sin esfuerzo de imaginación. No midáis la importancia de las comunicaciones por su extensión,  más si por la suma de ideas que encierran en pequeño espacio. Para tener el tipo de la superioridad real, contad las palabras y las ideas, me refiero a las ideas justas, sanas y lógicas – y la comparación os dará la exacta medida. 

BARBARET (Espírito familiar). 

(Sociedad Espírita de Paris, 8 de agosto de 1862 - médium: Sr. Leymarie

Tradução: Mercedes Cruz

Clique aqui para a versão em português.

Em cima do muro tem um espaço de aprendizado


Por Riviane Damásio

O que me leva a esta reflexão? Tenho visto por aqui, ali e acolá, uma guerra ideológica que inflama os ânimos de paraquedistas, incautos e bem-intencionados de plantão. Ideológica porque se propõe a defesa de lados visivelmente antagônicos na forma de entender e viver a Doutrina dos Espíritos.

Um destes lados, vulgarmente é classificado como místico e outro de ortodoxo, sendo que o primeiro numa apressada e estereotipada leitura e entendimento “peca” ao não se fechar na compilação kardequiana acabando por vezes por abrir o leque para práticas e procedimentos que “ainda” não encontraram eco na codificação, e o outro lado, numa mesma leitura apressada e estereotipada peca ao se fechar na codificação de tal forma que cai num ostracismo intelectual cerceador do novo. 

Confesso sentir uma grande admiração por algumas pessoas que se encontram classificadas nos extremos que citei. Não todas, claro, pois algumas considero mesmo de uma permissividade que beira o descaso com a doutrina espírita e outras, de uma irredutibilidade que ultrapassa a intransigência. No meio destes dois extremos conheci gente maravilhosa! Amigos que juntos, na mesma sintonia de busca pela nossa própria “verdade”, nos conduziu inclusive a criar uma comunidade Espírita.

Particularidades à parte, me peguei no meio destes conflitos que vêm se reacendendo em ambientes que freqüento, com a seguinte reflexão: Acreditamos que a vida não acaba aqui, somos espíritos imortais que após a morte do corpo físico, teremos ainda incontáveis caminhos a trilhar. Com qual “verdade” iremos reencarnar nestes caminhos? No seio de que família? Espiritualista? Espírita? Islâmica? Budista? Judia? Católica? Protestante? Evangélica? Hinduísta? Teremos oportunidade de retomarmos o caminho da doutrina no ponto onde estamos hoje? 

Se não reencarnarmos logo, faremos um percurso errático de aprendizado de doutrinas ou de valores morais, ideológicos ou não? Quem nos receberá do outro lado? Vestido de que doutrina estará o espírito condutor no nosso novo caminho? Haverá mesmo doutrinas delimitadas neste espaço desconhecido ou nossas armaduras são risíveis aos nossos amigos espirituais?

Busco então, em meio à tantas dúvidas, um exercício de convivência diária. Tento viver a minha escolha, a forma como “eu” entendo e percebo a doutrina tentando não ferir as escolhas alheias. Não por pensar a minha como sendo a melhor ou a mais correta, mas por pensar que é a que me calça bem e confortável, a que me serve mais como espírito imperfeito que sou.

Sem demagogias agradeço aos que pensam diferente de mim e cruzam meu caminho, mesmo que em alguns momentos eu não resista a uma ironia ou a um olharzinho superior (sei que serei responsabilizada por isto também). É o diferente que me instiga nesta passagem. Que me faz viajar em busca do conhecimento e da validação das minhas idéias. Mas quero antes de tudo, tratar este diferente de mim com respeito, que deve ser a base da minha evolução, da minha reforma lenta mas ascendente. 

Sei que de nada me adiantará uma sabedoria intelectual estéril, se eu não aprender a sabedoria emocional e a partir daí exercitar o “conviver” com estes amigos que hoje reconheço como antagônicos, mas que talvez me aguardem do outro lado, para me acolher e me ensinar o que o meu olhar crítico e meu coração endurecido se recusaram a ver e sentir nesta encarnação!

sexta-feira, 22 de fevereiro de 2013

Viagem no tempo: uma restrição espírita


Por Alexandre Fontes da Fonseca – afonseca@if.usp.br 

Pela primeira vez um ensinamento espírita interfere na interpretação de um estudo científico. 

Quem não assistiu e se divertiu com a trilogia “De Volta Para o Futuro” [1] que encantou o mundo com a romântica estória de um rapaz que realiza uma série de viagens no tempo encontrando seus pais, no passado antes de se casarem, a si mesmo e aos seus filhos, no futuro.

Divertimentos à parte, a verdade é que uma variação no fluxo do tempo não só é teoricamente possível, segundo a Teoria Geral da Relatividade de Einstein, como foi comprovada experimentalmente. Apesar do assunto ser considerado, pelas pessoas em geral, uma especulação sem fins práticos, alguns cientistas tem levado esse tema a sério principalmente porque ele está diretamente ligado à questão sobre as relações entre causa e efeito, o que é extremamente relevante na pesquisa de uma teoria unificada da Física. Tanto isso é verdade que uma das mais conceituadas revistas de divulgação científica, a Scientific American, dedicou um número inteiro a questões sobre o tempo. Desejo destacar o artigo intitulado “Como Construir uma Máquina do Tempo” (original em inglês: “How to Build a Time Machine”) [2]. Nesse artigo, o físico teórico Paul Davies apresenta aos leitores os mecanismos de uma viagem no tempo. Em suas próprias palavras Davies afirma: “It wouldn’t be easy, but it might be possible”[2,3]. Cabe citar que três físicos norte americanos publicaram na também conceituada Physical Review Letters [4] uma proposta séria a respeito do assunto. Motivado pelo interesse científico, mesmo que teórico, sobre o assunto, pretendo, nesta matéria, comentar sobre uma restrição do Espiritismo à questão da viagem no tempo. Mesmo que do ponto de vista prático isso esteja muito longe de acontecer, a discussão apresentada aqui tem um caráter didático em ambos os pontos de vista, espírita e científico. 

Não há espaço suficiente para discutirmos os detalhes sobre os mecanismos teóricos da viagem no tempo. As referências citadas servem como guia ao leitor mais interessado em pesquisar o assunto. Primeiramente, vamos expor em linhas gerais as condições em que o tempo fluiria de forma diferente possibilitando uma viagem no tempo, mencionando as evidências experimentais que suportam as pesquisas. Em seguida exporemos uma restrição espírita à viagem no tempo. 

Basicamente, existem duas maneiras de se alterar o fluxo do tempo, isto é, fazer com que ele passe mais devagar ou mais rápido, quando comparado ao fluxo de tempo de  um dado observador, por exemplo, um homem parado numa estação de trem. Uma delas é mudar a velocidade de um determinado objeto ou pessoa. Segundo a Teoria da Relatividade, observadores que estejam em repouso (parados na estação de trem) perceberão que o tempo fluirá mais devagar para aqueles que estiverem se movimentando com relação a eles. A outra forma de alterar o fluxo do tempo é aproximando-se, ou afastando-se, de objetos com massa elavada. Segundo a Teoria Geral da Relatividade, o tempo flui mais lentamente na proximidade de tais objetos massivos. Não percebemos isso no nosso cotidiano porque as diferenças no fluxo do tempo apenas se tornam significativas quando as velocidades de movimento são próximas da velocidade da luz e porque estamos todos à mesma distância média do nosso planeta. 

A variação no fluxo de tempo foi testada experimentalmente sincronizando-se dois relógios de altíssima precisão e colocado-os, em seguida, em aviões que voaram por muitas horas em sentidos contrários [5]. O resultado foi uma significativa diferença entre os relógios. Uma outra verificação experimental foi um pequeno desvio na luz emitida por átomos de hidrogênio que, segundo Hawking[5], é explicado através de trajetórias de elétrons no que ele chamou de anéis fechados, isto é, trajetórias no espaço-tempo que iniciam numa dada posição e instante de tempo e terminam na mesma posição e instante de tempo. 

Antes de discutir a restrição espírita, vejamos o que o professor Paul Davies comentou em seu artigo sobre certos paradoxos de causa e efeito que a viagem no tempo proporciona. Considere a situação em que uma pessoa viaja ao passado e tira a vida de sua mãe. Isso cria um paradoxo pois se a mãe morre, ela não terá aquele filho(a). Se o filho(a) não nasce, ele(a) não poderá, após crescer, viajar ao passado para tirar a vida dela e fica, então, claro o paradoxo. Segundo o professor Davies, esse é um evento que não ocorreria por não ser consistente. Seria como se tentássemos encontrar uma solução para um anel circular de raio R que possuísse comprimento diferente de 2R, em nossa geometria usual. Por outro lado, ele afirma que se uma pessoa viaja ao passado e salva a sua mãe, ainda jovem, da morte, esse evento é perfeitamente viável e consistente. Entre esses dois exemplos, existe um ponto importante que é o livre-arbítrio. Ou a viagem no tempo interfere no livre-arbítrio, pois escolher entre salvar e matar é puramente uma decisão nossa; ou, simplesmente, esta viagem não é possível para os seres vivos. Não temos esse problema com os objetos inanimados. A questão sobre o livre-arbítrio é complexa nesses casos e mereceria uma análise futura. 

A restrição espírita que desejamos ressaltar, porém, é outra. Considere a possibilidade de viagem no tempo para uma época não distante seja no passado ou no futuro, de modo a podermos nos encontrar mais jovem ou mais velho, respectivamente. A situação pode ser caracterizada como havendo dois de nós num dado momento. Do ponto de vista material, do corpo físico, não há nenhum problema. No entanto, se lembrarmos que somos espíritos encarnados estaremos numa situação de conflito com um ensinamento dos espíritos. Segundo a questão número 137 do Livro dos Espíritos [6], o espírito não pode animar dois corpos diferentes simultaneamente. No nosso exemplo, teríamos dois corpos diferentes animados pelo mesmo espírito. Isso está em contradição com a referida resposta dos espíritos. 

De fato, a viagem no tempo ao passado, mesmo distante, também gera o conflito acima. Imagine que a nossa viagem nos levou a muitos séculos atrás. Suponha que nesta época estávamos encarnados vivendo uma de nossas vidas passadas. O nosso espírito estaria ligado a este corpo e ao corpo que veio do presente. Novamente temos a contradição. Mesmo que não estivéssemos encarnados em tal época, nosso espírito estaria no plano espiritual e não poderíamos estar lá e encarnados no corpo que veio do presente ao mesmo tempo. 

Já a viagem ao futuro nos parece possível, pelo menos no ponto de vista da restrição anterior. Suponha que nós entramos numa nave para viajarmos a uma estrela próxima, digamos, 10 anos-luz de distância, a uma velocidade próxima da luz. Após retornarmos ao nosso planeta, terá se passado muito mais tempo na Terra do que conosco dentro da nave (o artigo [2] explica os detalhes). Encontraremos, portanto, a Terra 20 anos no futuro. Nesse caso, nosso espírito não esteve presente na evolução espaço-temporal da Terra e em tal futuro, não encontraremos um outro “eu” mais velho ou reencarnado pois estivemos na nave realizando a viagem. 

Do ponto de vista prático, a viagem no tempo ao passado é algo impossível para objetos e seres de tamanho macroscópico. Isso já não é verdade com relação aos objetos de tamanho microscópico, como o elétron numa trajetória tipo anel fechado acima mencionado. Nesse caso a restrição espírita não apresenta nenhum problema pois tais objetos são apenas materiais. De qualquer forma devemos ter em mente que há muito o que aprender sobre as leis do nosso Universo. 

Finalizando, eu gostaria de ressaltar a idéia de que ao invés de ser confirmada pela ciência, pela primeira vez, uma afirmativa espírita interfere numa análise científica impondo restrições a um fenômeno considerado possível e estudado seriamente pelos cientistas. Segundo Hawking[7], talvez o fato de nunca termos recebido a visita de um ser do futuro seja uma prova de que a viagem no tempo é impossível. Entretanto, eu arrisco a dizer que a razão pela qual isso não tenha ocorrido não seja somente devido às dificuldades científicas e técnicas associadas à viagem no tempo, mas também porque a restrição espírita apresentada nesta matéria seja, de fato, um empecilho real ao fenômeno. É importante frisar que isso é apenas uma opinião e não uma verdade comprovada cientificamente. Mesmo assim, sinto uma admiração cada vez maior pela Doutrina Espírita que demonstra possuir um potencial enorme de informação e conhecimento que, verdadeiramente, nos ajuda a progredir. 

Referências

[1] Página oficial do filme na internet: http://www.bttfmovie.com
[2] P. Davies, Scientific American, September, p.50, (2002).
[3] “Isto não seria fácil, porém não impossível.”
[4] M. S. Morris, K. S. Thorne e U. Yurtsever, Physical Review Letters 61, p. 1446 (1988). A revista Physical Review Letters é uma das revistas científicas mais importantes na área de Física. 
[5] S. Hawking, O Universo Numa Casca de Noz, Editora Mandarim, 2a. Edição, (2002).
[6] A. Kardec, O Livro dos Espíritos, Editora Edições FEESP, 9a. edição, 1997.
[7] Citado por M. Kaku em Hiperespaço, Editora ROCCO (2000).

Fonte: http://www.ieja.org/portugues/Estudos/Artigos/p_viagtemp.doc

quarta-feira, 20 de fevereiro de 2013

Resposta a um biógrafo

Por Artur Felipe Azevedo


Em nosso último estudo, intitulado "Hercílio Maes, médium ou escritor?", analisamos algumas passagens da biografia do referido médium paranaense, que foi o primeiro a declarar receber mensagens de Ramatis. Em "Simplesmente Hercílio", escrito pelo próprio filho do biografado, o Sr. Mauro Maes, encontramos diversas menções a um outro espiritualista que militou por muitos anos no Movimento Espírita, muito conhecido até hoje por alguns dos seus livros, entre eles o polêmico e que mais sucesso alcançou "Os Exilados de Capela": Edgard Armond.


Militar de carreira, Armond ocupou posições de destaque no Movimento Espírita paulista, tendo colaborado na reorganização da FEESP, na criação da USE e na fundação da Aliança Espírita Evangélica. 



Em nossa primeira obra de análise dos ditados atribuídos ao espírito Ramatis, lançada em 1997 e intitulada "Ramatis, Sábio ou Pseudo-Sábio?" (Editora EME), chegamos a citar Edgard Armond como a única liderança de renome no Movimento Espírita cujas ideias se aproximavam das de Hercílio/Ramatis. Foi o suficiente para despertar a atenção e provocar grande incômodo em um dos biógrafos de Armond, Edelso da Silva Júnior, que em seu livro "No Tempo do Comandante" (Ed. Radhu - 2010), sai em defesa de Armond, Hercílio e Ramatis, ao mesmo tempo em que dispara pesada munição contra os críticos das obras de Ramatis, entre eles Herculano Pires, Jorge Rizzini e o menor deles todos, este que aqui escreve. 



Sem pretender nenhuma espécie de revide, não nos foi difícil elaborar uma réplica ao prezado Edelso, uma vez que seus argumentos são a mera repetição dos que encontramos sendo repetidos pelos seguidores de Hercílio/Ramatis. Caso o biógrafo de Armond tivesse se dado o trabalho de ler os 62 artigos que até o momento escrevemos e publicamos em nosso blog, transformados na obra "Espiritismo x Ramatisismo", da mesma forma que pacientemente lemos seu livro de 523 páginas, com certeza teria percebido que boa parte de sua argumentação desfavorável ao nosso trabalho já havia indiretamente tido a sua devida resposta.



Edelso Jr. se dedicou a escrever um capítulo inteiro sobre Ramatis. Logo de início, compara a campanha de esclarecimento e análise das obras de Hercílio/Ramatis à época em que foram publicadas com o "Auto de Fé de Barcelona", numa tentativa já conhecida de colocá-los na posição de vítimas. Alega o autor que tal "perseguição" teria servido para atrair ainda mais a atenção das pessoas e alavancado a vendagem das obras ramatisianas. Trata-se de um argumento comumente utilizado para desencorajar esse tipo de trabalho, que inclusive foi, desde sempre, estimulado por Kardec e pelos espíritos superiores. Vejamos:



"É preciso que se saiba que o Espiritismo sério se faz patrono, com alegria e presteza, de toda obra realizada com critério, qualquer que seja o país de onde provém, mas que, igualmente, repudia todas as publicações excêntricas. Todos os espíritas que, de coração, vigiam para que a doutrina não seja comprometida devem, pois, denunciá-las sem hesitação, tanto mais porque, se algumas delas são produtos de boa-fé, outras constituem trabalho dos próprios inimigos do Espiritismo, que visam desacreditá-lo e poder motivar acusações contra ele. Eis por que, repito, é necessário que saibamos distinguir aquilo que a Doutrina Espírita aceita daquilo que ela repudia. (Allan Kardec em "Viagem Espírita de 1862)



"(...) Todas precauções são poucas para evitar as publicações lamentáveis. Em tais casos, mais vale pecar por excesso de prudência, no interesse da causa". (Allan Kardec, Revista Espírita, 1863, maio)



"(...) Observai e estudai com cuidado as comunicações que recebeis; aceitai o que a razão não recusar, repeli o que a choca; pedi esclarecimentos sobre as que vos deixam na dúvida. Tendes aqui a marcha a seguir para transmitir às gerações futuras, sem medo de as ver desnaturadas, as verdades que separáveis sem esforço de seu cortejo inevitável de erros". (Santo Agostinho, Revista Espírita, 1863, julho.)



"Os maus Espíritos temem o exame; eles dizem: 'Aceitai nossas palavras e não as julgueis.' Se tivessem a consciência de estar com a verdade, não temeriam a luz. O hábito de escrutar as menores palavras dos Espíritos, de pesar-lhes o valor, distancia forçosamente os Espíritos mal intencionados, que não vêm, então, perder inutilmente seu tempo, uma vez que se rejeite tudo o que é mau ou de origem suspeita. Mas quando se aceita cegamente tudo o que dizem, que se coloca, por assim dizer, de joelhos diante de sua pretensa sabedoria, fazem o que fariam os homens - disso abusam". (Allan Kardec, Escolhos dos Médiuns, Revista Espírita, fevereiro de 1859)



"Se a perfeita identificação dos Espíritos é, em muitos casos, uma questão secundária, sem importância, não se dá o mesmo com a distinção entre os Espíritos bons e maus. Sua individualidade pode ser-nos indiferente, mas a sua qualidade jamais. Em todas as comunicações instrutivas é sobre esse ponto que devemos concentrar nossa atenção, pois só ele pode nos dar a medida da confiança que podemos ter no Espírito manifestante, seja qual for o nome com que se apresente. O Espírito que se manifesta é bom ou mau? A que grau da escala espírita pertence? Essa a questão capital". (O Livro dos Médiuns)



É justo lembrar que nenhum dos críticos das obras de Ramatis proibiu a leitura dos mesmos, como afirma Edelso Jr., que compara o trabalho de análise com a publicação do Index Librorum Prohibitorum, o índice de livros proibidos da Igreja Católica. O que ocorreu em certo momento na FEESP foi a decisão (com certeza, acertada e coerente com os próprios ditames do Espiritismo) de não mais vender as obras de Ramatis na livraria da instituição, cujas razões para tal foram devidamente fundamentadas pela Comissão de Doutrina daquela instituição. 



Pegando carona nos fatos ocorridos naquela época, Edelso dispara contra nosso atual trabalho de análise e de pesquisa em relação às obras de Ramatis, já que a maior parte dos críticos daquela época já estão desencarnados:



"(...)O trabalho mais recente, porém, com cheiro de cruzada religiosa e que contém falhas de informações tanto no campo espírita, quanto no setor científico, pois lhe faltou, também, estudar um pouco mais de ciência (teoria das supercordas por exemplo), que faz uma crítica aos textos de Ramatis, é o livro Ramatis - sábio ou pseudo-sábio?, de Artur Felipe de A. Ferreira, editado em 1997."



Iniciemos, portanto, nossa réplica aos comentários do biógrafo de Armond.



O autor não menciona quais seriam as falhas de informações, e cita a teoria das supercordas. Para que o leitor entenda melhor, o Sr. Edelso é um dos que acham que a total incoerência dos ditados ramatisianos em relação à Marte se deve ao fato de que, na realidade, os marcianos habitariam uma outra dimensão, inacessível aos humanos. A teoria das supercordas prediz o número de dimensões que o Universo deve possuir, cerca de 11. Já tratamos desta hipótese em nosso estudo intitulado "Ramatis e o planeta Marte", publicado em 21/10/2008. Dissemos, naquela oportunidade, que "alguns simpatizantes de Ramatis inadvertidamente passaram a divulgar, quando da constatação da realidade marciana pela ciência, que Ramatis estava a descrever a paisagem espiritual do planeta. Ora, em vários momentos ao longo da obra 'A Vida no Planeta Marte...', a citada entidade espiritual descreve vida material, tanto que chega a dizer (...): '...E os imensos cinturões que observais, da Terra...' Se ele, pois, fala em 'observação' da nossa parte, é claro que ele nos fala de matéria visível aos nossos olhos, isto está bem claro."



O interessante é que o autor se cala perante as inúmeras cincadas científicas de Hercílio/Ramatis, que erraram flagorosamente ao descreverem o relevo, as condições climáticas, a temperatura, a composição das calotas, assim como descrevem zonas de vegetação, rios, mares e oceanos em completa oposição àquilo que foi constatado pela Ciência através de sondas não-tripuladas enviadas àquele planeta recentemente. Tratamos do mesmo assunto em outro artigo, onde posicionamos o leitor em relação à verdadeira posição espírita perante tais informes, podendo o leitor se certificar e chegar às suas próprias conclusões:






Continua o Sr. Edelso:



"Esse autor faz um estudo sobre as obras de Ramatis e compara as informações dos livros de Kardec e outras obras espíritas. Pensamos que lhe faltou uma compreensão maior de toda a obra ramatiziana (sic), para que pudesse ter uma postura cristalinamente kardequiana, de aceitar aquilo que é bom e deixar para a posteridade o que ainda carecia de maiores comprovações.



Primeiramente, cabe informar que já lemos e pesquisamos com toda a atenção todas as obras atribuídas a Ramatis. Acreditamos até que conhecemos mais tais obras do que os que se auto-intitulam "ramatisianos", uma vez que muitos demonstram ter sobre elas uma muito vaga noção. 
O Sr. Adelso menciona a postura verdadeiramente kardequiana. Qual seria esta postura? Seria uma postura condencendente com o erro, com a impostura, com o exotismo das mensagens? De modo algum. Primeiramente, Kardec jamais teria aceitado aprioristica e precipidamente as mensagens atribuídas a Ramatis, baseado unicamente no seu conteúdo moral. Confiramos:



“Aplicando esses princípios de ecletismo às comunicações que nos enviaram, diremos que em 3.600 há mais de 3.000 que são de uma moralidade irreprochável, e excelentes como fundo; mas que desse número não há 300 para publicidade, e apenas 100 de um mérito inconteste. Essas comunicações vieram de muitos pontos diferentes".



Verificamos acima que Kardec lista 3.000 comunicações de moralidade irreprochável. Destas, apenas 100 teriam sido por ele publicadas. Concluímos, assim, que Kardec não avaliava as mensagens unicamente pelo conteúdo moral, porque ele sabia que os espíritos pseudossábios saberiam muito bem disfarçar-se por detrás de palavras bonitas e belas frases, inclusive citando Jesus, o Evangelho, o amor e a caridade.



"Ora, a experiência mostra que os maus se comunicam tanto quanto os bons. Os que são francamente maus, são facilmente reconhecíveis; mas há também os meio sábios,falsos sábios, presunçosos, sistemáticos e até hipócritas. Estes são os mais perigosos, porque afetam uma aparência séria, de ciência e de sabedoria, em favor do qual proclamam, em meio a algumas verdades e boas máximas, as mais absurdas coisas".



E cita claramente a necessidade e o dever de analisarmos tudo com rigor e que isso faz parte da Ciência Espírita:



"Separar o verdadeiro do falso, descobrir a trapaça oculta numa cascata de palavras bonitas, desmascarar os impostores, eis,sem contradita, umas das maiores dificuldades da Ciência Espírita". 



O ilustre biógrafo de Armond certamente tentou recordar Paulo de Tarso, quando este sugere: “Examinai tudo. Retende o que é bom” (I Tessalonicenses 5:21). Mas aí é que está. O exame geralmente não é feito, nenhuma pesquisa é realizada, tudo que vem dos Espíritos é logo publicado - daí, não é possível saber se há efetivamente algo de bom a ser retido.



As instruções contidas nas obras da Codificação não deixam dúvidas, principalmente as de Erasto. Leiamos com atenção quando este discorre sobre os falsos profetas da erraticidade:



"Mas há ainda muitos outros meios de os reconhecer. Os Espíritos da ordem a que eles dizem pertencer, devem ser não somente muito bons, mas também eminentemente racionais. Pois bem: passai os seus sistemas pelo crivo da razão e do bom-senso, e vereis o que restará. Então concordareis comigo em que, sempre que um Espírito indicar, como remédio para os males da Humanidade, ou como meios de realizar a sua transformação, medidas utópicas e impraticáveis, pueris e ridículas, ou quando formula um sistema contraditado pelas mais corriqueiras noções científicas, só pode ser um Espírito ignorante e mentiroso. (...) É incontestável que, submetendo-se ao cadinho da razão e da lógica toda a observação sobre os Espíritos e todas as suas comunicações, será fácil rejeitar o absurdo e o erro. Um médium pode ser fascinado e um grupo enganado; mas, o controle severo dos outros grupos, com o auxílio do conhecimento adquirido, e a elevada autoridade moral dos dirigentes de grupos, as comunicações dos principais médiuns, marcadas pelo cunho da lógica e da autenticidade dos Espíritos mais sérios, rapidamente farão desmascarar esses ditados mentirosos e astuciosos, procedentes de uma turba de Espíritos mistificadores ou malfazejos".



O espírito Erasto, por sua vez, alertou:



“(...) Desde que uma opinião nova se apresenta, por pouco que nos pareça duvidosa, passai-a pelo crivo da razão e da lógica; o que a razão e o bom senso reprovam, rejeitai ousadamente; vale mais repelir dez verdades do que admitir uma só mentira (...)”.



Prossegue Edelso em seus comentários:



"Apesar de alguns exageros, uma certa dose de ironia, o que caracteriza falta de caridade, o livro é bom e faz o leitor pensar em alguns pontos conflitantes, na obra de Ramatis, dependendo do ponto de vista que se vê, mas não negativos, pois são opiniões do Espírito".



Engana-se o Sr. Adelso quando fala que a ironia representa falta de caridade. Por definição, ironia é, meramente, uma figura por meio da qual se diz o contrário do que se quer dar a entender; uso de palavra ou frase de sentido diverso ou oposto ao que deveria ser empregado, para definir ou denominar algo." (Dicionário Houaiss).



Porém, vamos ao que escrevemos para verificarmos o que foi considerado como sendo falta de caridade. No cap. VIII, "Ramatis e a Vida de Jesus", informamos ao leitor que, segundo Ramatis, Jesus teria sido uma espécie de aluno dos essênios. Rebatemos a informação, confrontando-a com o que é dito em outras obras, que afirmam não ter Jesus precisado aprender nada com ninguém devido à sua já elevada condição espiritual. Ramatis chega a afirmar que esse grupo de espíritos voltaria a Terra para fundar uma confraria esotérica para a "revivescência do Cristianismo em suas bases milenárias". E, ao fim, comentamos, demonstrando surpresa com tão absurdas considerações:



"Que interessante! Toda essa turma volverá e organizará uma "confraria esotérica" para reviver a mensagem cristã! Acredite se quiser, caro confrade espírita!..." 



Note o leitor que o biógrafo de Armond nos chama de anticaridosos porque nos utizamos de uma figura de linguagem, sendo que não há no livro qualquer palavra desairosa à figura de quem quer que seja. No entanto, nada é dito sobre os impropérios desferidos pelo médium de Ramatis em relação àqueles que discordavam do conteúdo das mensagens de Ramatis. Listemos alguns deles, todos verificáveis tanto no livro "No Tempo do Comandante", do próprio Sr. Edelso, quanto na obra "Simplesmente Hercílio", escrita pelo filho de Maes:



1)fanáticos; 2) limitados; 3)raposas; 4)mentes primárias; 5) ex-inquisidores reencarnados, etc.



Tal postura do Sr. Edelso nos faz lembrar do velho adágio:



"Aos amigos, tudo; aos inimigos, a lei". (...)



É lamentável que isso ocorra. Allan Kardec inclusive alerta em relação a essa reação por parte de certos médiuns:



"Por orgulho estão de tal forma persuadidos de que tudo quanto recebem é sublime e só pode vir dos Espíritos superiores, que se irritam com a menor observação crítica, a ponto de se malquistarem com seus amigos quando estes têm a inabilidade de não admirar o que lhes parece absurdo. Nisto reside a prova da má influência que os domina, pois, supondo-se que, por falta de capacidade de julgamento ou de conhecimento não fossem capazes de enxergar claro, este não constituiria um motivo para se porem de prevenção contra os que não se acham em idêntica posição. Todavia essa é a tarefa dos Espíritos obsessores que, para melhor manter o médium sob sua dependência, induzem-no ao afastamento, mesmo à aversão por quem quer que possa lhes abrir os olhos".



Voltando aos comentários do Sr. Edelso, este inicia sua defesa a Edgard Armond:



"O autor acima citado comete o equívoco ao dizer que o único pensamento dentro da Doutrina Espírita que se aproxima do de Ramatis é o de Edgard Armond. Isso não é verdade. Talvez ele precise de atualizar neste sentido, também."



Mais uma vez, o Sr. Edelso perde a oportunidade de passar ao leitor a informação que considera certa. Quais seriam essas outras pessoas de maior destaque no movimento espírita que teriam dado, àquela época, o apoio a Ramatis e ao seu (suposto) médium? Realmente até hoje desconheço desconheço quem teriam sido. Na própria biografia de Hercílio não consta nenhum outro indivíduo de projeção no Movimento Espírita que tenha dado seu aval de forma tão clara e direta a Hercílio/Ramatis quanto Edgard Armond.



Continua Edelso:



"Segundo o nosso confrade, só é reconhecível como boa obra o trabalho no campo da caridade que Edgard Armond executou."



No capítulo "Mensagens Atemorizantes", discorremos sobre a tese ramatisiana da aproximação de um "astro instruso" que provocaria uma destruição sem precedentes na face da Terra. Daí declaramos que "o único pensamento que se aproxima do de Ramatis nesta questão é o de Edgard Armond, encontrado no livro 'Os Exilados de Capela'". Para comprovar o que havíamos dito, reproduzimos os seguintes trechos do citado livro:



"... Como sua órbita é oblíqua (a do 'astro intruso')em relação ao eixo da Terra , quando se aproximar de mais perto e pela força magnética de sua capacidade de atração de massas, promoverá a verticalização do eixo com todas as terríveis consequências que este fenômeno produzirá".

"...Com a verticalização do eixo da Terra profundas mudanças ocorrerão: maremotos, terremotos, afundamento de terras, erupções vulcânicas, degelos e inundações de vastos territórios planetários, profundas alterações atmosféricas, fogo e cinzas, terror e morte de toda a parte". (9ª edição, Lake, pág. 194)



Ramatis afirma exatamente a mesma coisa no livro "Mensagens do Astral", sendo que a entidade espiritual é categórica ao precisar a data de tais apocalípticos acontecimentos:



“É óbvio que, ao se elevar o eixo terráqueo, o que há de acontecer até o fim deste século, também se modificarão, aparentemente, os quadros do céu astronômico com que estão acostumadas as nações, os povos e tribos, ...” (pg. 122)



“Com a elevação gradativa do eixo terráqueo, os atuais pólos deverão ficar completamente libertos dos gelos e, até o ano 2000, aquelas regiões estarão recebendo satisfatoriamente o calor solar. O degelo já principiou; vós é que não o tendes notado". ...



"A fase mais intensa da modificação física situar-se-á entre os anos de 1982 e 1992, e os efeitos se farão sentir até o ano de 1999, pois o advento do Terceiro Milênio será sob os escombros que, em todas as latitudes geográficas, revelarão o maior ou menor efeito dos eventos dos 'fins dos tempos'. Daqui a mais alguns anos, os vossos geofísicos anunciarão, apreensivos, a verdade insofismável: 'O eixo da Terra está se verticalizando'.!!!" (pag.37)



"Mais ou menos entre os anos 1960 e 1962, os cientistas da Terra notarão determinadas alterações em rotas siderais, as quais serão os primeiros sinais exteriores do fenômeno de aproximação do astro intruso e da proximidade do "fim dos tempos". Não será nenhuma certificação visível do aludido astro; apenas a percepção de sinais de ordem conjetural, pois essa manifestação dar-se-á mais para o final do século." (pág. 168)



Na segunda parte de Obras Póstumas, das previsões concernentes ao Espiritismo, Kardec apresenta mensagens dos Espíritos relativas ao "fim do mundo", que assim nos esclarecem:



“Certamente, não tendes a temer nem dilúvio, nem abrasamento de vosso planeta, nem outras coisas desse gênero, porque não se pode dar o nome de cataclismo a perturbações locais que não se produziriam em todas as épocas. Não haverá senão cataclismo moral, de que os homens serão os instrumentos” (Grifo nosso).



Mais adiante, escrevemos uma nota que dizia o seguinte: 



"Em relação a Armond, cabe-nos a referência ao grande serviço no campo da caridade desenvolvido por sua pessoa. No que concerne às suas posições doutrinárias, não concordamos com elas. Sua defesa da inserção da cromoterapia nas casas espíritas, a grande influência esotérica, e muito do que consta em sua obra 'Os Exilados de Capela', principalmente no que se refere aos 'fins dos tempos', colidem com as mais autênticas posições doutrinárias espíritas, o que acabo ocasionando algumas críticas ao seu trabalho de divulgador".



Quantas, realmente, não são as pessoas que executam trabalhos magníficos nos mais diversos campos da assistência humanitária e que não foram e nem são espíritas? Madre Teresa de Calcutá, Gandhi, Irmã Dulce, Martin Luther King, por exemplo, eram espíritas? Não. Foram pessoas admiráveis, mas se algum deles fosse discorrer contraalgum ponto doutrinário espírita, como a reencarnação, por exemplo, não haveríamos de discordar deles? Ora, o fato de alguém ser bom não o faz conhecedor e absolutamente certo acerca de todas as coisas. Por isso que ressaltamos a boa índole de Armond, porém, não teríamos como concordar, na condição de espírita, com algumas de suas opiniões. O que comentamos, ao final, sobre as críticas que ele recebeu à sua época é, inclusive, mencionado no próprio livro do Sr. Edelso, corroborando assim tudo o que dissemos. 



O Sr. Edelso faz, depois, algumas considerações, dizendo que somos "um crítico por tradição", que o assunto só gera desgaste, e que pegamos carona no trabalho de Herculano Pires. Ora, não sabíamos que havia alguma proibição de tratarmos de um mesmo assunto abordado por outro confrade espírita, ainda mais quando, em 1997, já haviam se passado 18 anos desde o desencarne de Herculano Pires. Nossa obra "Ramatis, sábio ou pseudo-sábio?" realmente contou com a magnânima contribuição dos escritos do prof. Herculano, e disso muito nos orgulhamos, mas, ao mesmo tempo, trouxemos informações e enfoques inteiramente inéditos, desconhecidos pela grande maioria do contingente espírita. Desgaste, na verdade, quem trouxe foram as mensagens de Hercílio/Ramatis, exatamente como Erasto já advertira aos espíritas:



"Os falsos profetas não existem apenas entre os encarnados, mas também, e muito mais numerosos, entre os Espíritos orgulhosos que, fingindo amor e caridade, semeiam a desunião e retardam o trabalho de emancipação da Humanidade, impingindo-lhe os seus sistemas absurdos, através dos médiuns que os servem. (...)São eles que semeiam os germes das discórdias entre os grupos que os levam isolar-se uns dos outros e a se olharem com prevenções. Bastaria isso para os desmascarar. Porque, assim agindo, eles mesmos oferecem o mais completo desmentido ao que dizem ser. Cegos, portanto, são os homens que se deixam enganar de maneira tão grosseira".



Conclui o Sr. Edelso:



"O caro confrade se utiliza também de mensagens de nomes conhecidos do Movimento Espírita para endossar sua tese contra Ramatis. Um deles é Vianna de Carvalho, que escreve por meio do médium baiano Divaldo Franco. Porém é do conhecimento de muitos que Divaldo deu uma declaração em 2004 na cidade do Rio de Janeiro, enaltecendo as qualidades morais do Espírito Ramatis e sua obra e que aguardemos para futuras confirmações algumas de suas mensagens. O que se vê na internet agora é Artur Felipe dizendo que, se Divaldo disse isso, então está indo contra Kardec. Em pesquisa que seu blog na internet executa sobre a questão de Ramatis ser um Espírito 'sábio ou pseudo-sábio', Artur presta um enorme serviço à divulgação das obras de Ramatis, ou seja, sua crítica só colabora com a adoção cada vez maior das obras psicografadas por Hercílio Maes".



O biógrafo de Armond diz a verdade. Citamos várias mensagens de Vianna de Carvalho (espírito) cujo conteúdo está em inteira contraposição ao que é dito por Ramatis e pregado pelos ramatisistas. Vianna se posiciona contra a introdução de práticas orientalistas nos centros espíritas, a divulgação de informes fantásticos sobre vida em outros planetas (uma vez que tais estudos pertencem à Ciência); posiciona-se contrariamente às previsões de 'fins dos tempos", às informações atemorizantes, e às profecias de terror e destruição. Ora, o que podemos fazer se Divaldo Franco tem opiniões discordantes dos espíritos que psicografa? Se ele prefere ignorá-los e dar apoio a quem pensa exatamente o contrário, isso é problema que só compete a ele. No artigo que publicamos em 24/12/2009, intitulado "Divaldo apoia Ramatis... Mas e daí?, citamos outras opiniões do médium baiano que não encontram respaldo nem na Doutrina, nem na ciência, como a tese das crianças índigo, por exemplo. Da mesma forma, mostramos que Divaldo discorda de boa parte daquilo que é referendado por Ramatis e seus simpatizantes, como a apometria, as teses de deslocamento do eixo da Terra e suas consequências, etc. Deixamos da mesma forma evidenciado que Divaldo pode se enganar em relação à índole de pessoas e espíritos, já que considerava Sai Baba um iluminado, e este, tempos depois, veio a ser pego diversas vezes recorrendo à mágicas, fraudes e prestigitações, tendo também sido alvo de graves denúncias de todo tipo, acusado de assassinato e pedofilia por vários de seus discípulos.



Quanto a estarmos indiretamente colaborando com a vendagem dos livros de Ramatis, isso, para mim, pouco importa. Tenho a convicção que se alguém ler integralmente e com atenção as nossas duas obras sobre o tema, assim como o conteúdo do nosso blog, muito dificilmente vai desejar despender seu tempo com livros cujos principais postulados foram categoricamente desmentidos, não por nós, mas pela lógica dos fatos. E quem estiver, porventura, lucrando com isso, terá o julgamento da sua própria consciência e da inexorável Lei Divina, que é de amor, mas também é de Justiça. O que jamais farei é recuar perante minha convicção espírita e deixar de lado a contribuição que damos à causa da Verdade, pois se uma só pessoa vier a abdicar desta "hipnose" (e as conheço várias), conforme Jorge Rizzini bem qualificou as convicções ramatisistas, já ficarei bastante feliz por saber que o esforço não foi em vão. Aos que desejarem ler as obras de Ramatis, fiquem à vontade. Não temos a menor pretensão de proibir ninguém de ler coisa alguma, e nem temos poder para isso. Sabemos que estamos em grande desvantagem nessa empreitada, já que o movimento espírita em geral padece de uma inércia completa em relação a esse tipo de trabalho de análise de mensagens, chamada por Herculano de "paz de pantanal", e, por sua vez, o movimento ramatisista conta com grande poderio econômico e logístico: uma editora, uma revista e programas de TV e de rádio. Se há ainda quem se deixa levar por mensagens de cunho fantasioso, só lamentamos, sendo que o Codificador já comentava:



"Os Espíritos só enganam os que se deixam enganar. Mas é preciso ter os olhos de joalheiro para distinguir a pedra verdadeira da falsa, e quem não sabe distingui-la procura um lapidário". (O Livro dos Médiuns)


Fonte: http://espiritismoxramatisismo.blogspot.com.br/2013/02/resposta-um-biografo.html