domingo, 19 de fevereiro de 2012

¿Qué Hiciste En La Vida?


Por Léon Denis

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Mire los pájaros de nuestro país durante los meses de invierno, cuando el cielo está sombrío, cuando la tierra está cubierta con un blanco manto de nieve, agarrados unos a los otros, en el borde de un tejado, ellos se acarician mutuamente, en silencio. La necesidad los une. Con todo, en los bellos días, con el sol resplandeciente y la provisión abundante, ellos pián cuanto pueden, se persiguen, se baten, se machucan. Así es el hombre. Dócil y afectuoso para con sus semejantes en los días de tristeza, con la posesión de los bienes materiales  muchas veces se torna olvidadizo e insensible.

Una condición modesta hace más bien al espíritu deseoso de progresar, de adquirir las virtudes necesarias para su progreso moral. Lejos del torbellino de los placeres  fugaces, el juzgará mejor la vida, dará  a la materia lo que es necesario para la conservación de sus órganos, sin embargo  evitará caer en hábitos perniciosos, se torna presa de innumerables necesidades ficticias  que son el flagelo de la humanidad. El será sobrio y laborioso, contentándose con poco, apegándose a los placeres de la inteligencia y a las alegrías del corazón.

Fortificado así contra los asaltos de la materia, el sabio, bajo la pura luz de la Razón, verá resplandecer su destino. Esclarecido en cuanto al objetivo de la vida  y al porque de las cosas, quedará firme y resignado ante el dolor, que aprovechará para su depuración y su progreso.

Enfrentará la prueba con coraje, sabiendo que ella es saludable, que ella es el choque que rasga nuestras almas  y que solo por este rasgón se derrama todo cuanto de hiel  y amargura hay en nosotros.

Y si los hombres se ríen de él, si él es víctima de la intriga y de la injusticia, el aprenderá a soportar pacientemente sus males, alzando su mirada para vosotros; ¡oh! Nuestros hermanos más viejos, para Sócrates bebiendo la cicuta, para >Jesús crucificado y para Joanna en la hoguera. Habrá consolación en el pensamiento que los mayores, los más virtuosos y los más dignos sufrieron y murieron por la humanidad.

Después de una existencia bien completada, llegará la hora solemne  y es con calma, sin disgusto que verá la muerte, la muerte que los hombres rodean con un siniestro aparato, la muerte, espantajo de los poderosos y de los sensuales y que, para el pensador austero, es la liberación, la hora de la transformación, la puerta que se abre para el imperio luminoso de los espíritus. 

Ese pórtico de las regiones extraterrestres será penetrado con serenidad  si la conciencia, separada de la sombra de la materia, se yergue como un juez, representante de Dios, preguntando:  “¿Qué hiciste de la vida?” y el responde: “Luche,  sufrí, ame! Enseñé el Bien, la Verdad y la Justicia; di a mis hermanos  el ejemplo de lo correcto y de la dulzura; alivié  los dolores de los que sufren y consolé a los que lloran. Ahora, que el Eterno me juzgue, pues estoy en sus manos!”

Hombre, mi hermano, ten fe en tu destino, porque el es grande. Confía en las amplias perspectivas porque el pone en tu pensamiento la energía necesaria para enfrentar los vientos  y las tempestades del mundo. Camina, valiente luchador, sube la cuesta que conduce a esas cimas que se llaman Virtud, Deber y Sacrificio. No pares en el camino para coger las florecillas del campo, para brincar con los guijarros dorados. Para el frente, siempre hacia adelante.

Mira en los esplendidos cielos esos astros brillantes, esos soles incontables que cargan en su evolución prodigiosa, brillantes cortejos de planetas. Cuantos siglos acumulados fueron precisos para formarlos y cuantos siglos serán precisos  para disolverlos.

Pues bien, llegará un día en que todos esos soles serán extinguidos, o esos mundos gigantescos desaparecerán para dar lugar  a nuevos globos y a otras familias de astros emergiendo de las profundidades. Nada de lo que ves hoy existirá. El viento de los espacios habrá barrido para siempre el polvo de esos mundos, sin embargo tú vivirás siempre, prosiguiendo tu marcha  eterna en el seno de una creación renovada incesantemente. ¿Que será entonces, para tu alma depurada  y engrandecida, las sombras y lo cuidados del presente? Accidentes fugaces de nuestro caminar que solo dejaran, en el fondo de nuestra memoria, recuerdos tristes y dulces.

Ante los horizontes infinitos de la inmortalidad, los males del pasado y las pruebas sufridas serán  cual nube pasajera en medio de un cielo sereno.

Considera, por tanto, en su justo valor, las cosas de la Tierra. No las desdeñes porque, sin duda, ellas son necesarias  para tu progreso, y tu misión es contribuir para su perfeccionamiento, mejorándote a ti mismo, más que tu alma no se agarre  exclusivamente  a ellas y que busques, ante todo, las enseñanzas en ellas contenidas.

Gracias a ellas comprenderás que el objetivo de la vida no es el gozo, ni la felicidad, sin embargo si es el desenvolvimiento por medio del trabajo, del estudio y del cumplimiento del deber, de esa alma, de esa personalidad que encontrarás en el más allá  del túmulo, tal como la hayas hecho, tú mismo, en el curso de esa existencia terrestre. 

Fonte: Livro "O Progresso".

quinta-feira, 16 de fevereiro de 2012

Golpe baixo de Roustaing em Kardec

Por Nazareno Tourinho

No corpo doutrinário do Espiritismo a obra de Roustaing assemelha-se a um apêndice supurado, reclamando cirurgia urgente, porque apresenta alto teor de catolicismo infeccionante de nosso ideal saudavelmente cristão.

Conforme já salientamos, nesta série de artigos iremos demonstrar isso com base nas coisas que o próprio bastonário de Bordéus escreveu, e assim convém caminharmos sem pressa pelas páginas de Os Quatro Evangelhos que ele nos legou, ou melhor, nos impingiu, e que na atualidade, em todo o mundo, só a Federação Espírita Brasileira comete a imprudência de divulgar, sem o devido respeito ao pensamento de Kardec.

Até então, nos três escritos precedentes, por motivos imperiosos, não conseguimos avançar além do Prefácio da hábil mistificação roustainguista, e que agora necessitamos nos ocupar da Introdução que se lhe segue, ficando para depois a análise do texto principal. Tenha um pouco de paciência o leitor interessado em conhecer as tolices, e pieguices, dos seres invisíveis que ditaram mensagens psicográficas à única médium de Roustaing, Emille Collignon: precisamos ainda colocar em foco os dislates e disparates do autor material de Os Quatro Evangelhos.

Na sua Introdução, subsequente ao Prefácio, Roustaing menciona a obra em tela como “Revelação da Revelação” mais de VINTE VEZES (páginas 69, 70, 76, 77, 80, 82, 84, 86, 94, 106, 110, 111, 112, 115, 116, 117, 118, 119, 120 e 122 na 6ª edição da FEB).

Basta esse tique neurótico, megalomaníaco, para fornecer ideia do estado mental do insciente discípulo de Kardec, àquela altura fascinado pelo desejo de suplantar o mestre dando a lume teorias que lhe ultrapassassem as concepções filosóficas.

Quando Jean-Baptiste Roustaing, contemporâneo de Allan Kardec, entregou ao público açodamente Os Quatro Evangelhos “seguidos dos mandamentos explicados em espírito e em verdade pelos Evangelistas assistidos pelos Apóstolos e Moisés”, no ano de 1866, o Codificador se encontrava ainda em pleno trabalho receptor da III Revelação.

Quer dizer: Antes da III Revelação ser completada, Roustaing, dela aprendiz, vaidosa e ambiciosamente inventou logo uma outra, supostamente mais avançada, que intitulou de “Revelação da Revelação”.

Isso tem alguma lógica, por menor que seja?

Por que a Espiritualidade Superior confiaria a Roustaing uma nova revelação quando ainda nem terminara de transmitir aquela que foi codificada por Kardec?

(Roustaing também chama a sua obra de nova revelação, nas páginas 69, 70, 79, 80, 82, 84, 86, 106, 110, 115, 117.)

Acresce, ainda, que J. B. Roustaing comportou-se com extrema deslealdade em relação ao codificador da nossa Doutrina, surpreendendo-o com a obra já pronta, editada, através da oferta de um exemplar, e pondo-lhe acima do título as palavras ESPIRITISMO CRISTÃO, como se os livros de Allan Kardec, entre eles O EVANGELHO SEGUNDO O ESPIRITISMO, deixassem de possuir o mesmo caráter religioso. Este erro suplementar foi algo moralmente abominável, valendo por uma traição ou mesquinha esperteza, de conteúdo desonesto.

Na Introdução que desdobra o Prefácio de Os Quatro Evangelhos nota-se mais o quanto a tal de  “Revelação da Revelação” transborda de misticismo igrejeiro, inconveniente à racionalidade de nossa fé.

Jesus, nas páginas 100, 107, 108, 111 e 119 não é referido apenas pelo nome, com naturalidade, e sim repetidamente denominado Jesus-Cristo. Na página 122 é identificado na condição de “nosso único senhor”, daí porque os rustenistas febeanos adoram chamá-lo de Nosso Senhor Jesus-Cristo, ignorando que o Mestre Galileu, sábio e sublime em sua paixão pelo Bem, nos quer como seguidores e não bajuladores, como almas livres e não escravas, sendo portanto nosso grande MESTRE e não SENHOR (alguém só pode ser senhor de quem lhe seja escravo).

Essas expressões católicas, cheirando a sacristia, que Roustaing conseguiu infiltrar em nosso meio doutrinário denunciam a origem antikardequiana da mensagem mediúnica que ele acolheu.

Fonte:
TOURINHO, Nazareno.  As Tolices e Pieguices da Obra de Roustaing – Nazareno Tourinho; ensaio crítico-doutrinário; 1ª edição, Edições Correio Fraterno, São Bernardo do Campo, SP, 1999.

quarta-feira, 15 de fevereiro de 2012

Jornalista Fabiano Vidal publica livro sobre o Espiritismo


O Blog dos Espíritas

O Jornalista e Turismólogo Fabiano Vidal, um dos fundadores de "O Blog dos Espíritas", lança hoje, de forma virtual através do site da Bookess Editora, sua nova obra Breve História do Espiritismo. Com prefácio de Artur Felipe de Azevedo Ferreira (autor de Ramatis, Sábio ou Pseudossábio?), o livro faz uma retrospectiva histórica do surgimento da Doutrina Espírita na França, a partir do fenômeno das mesas girantes e os posteriores estudos de Hyppolite Léon Denizard Rivail, que mais tarde se imortalizaria sob o pseudônimo de Allan Kardec.

A obra, que em breve ganhará uma versão digital, relata como se iniciaram os estudos de Allan Kardec, a posterior edificação da Doutrina Espírita, o surgimento do Roustainguismo, o Espiritismo após a morte de Kardec, a chegada do Espiritismo no Brasil, a criação da FEB, a adesão de Bezerra de Menezes às teses de Roustaing e a defesa do legado kardeciano através de instituições como o NEFCA (Núcleo Espírita de Filosofia e Ciências Aplicadas).

Sem dúvida, um livro que deve ser lido e estudado atentamente pelos espíritas.

Adquira seu exemplar clicando aqui.


segunda-feira, 13 de fevereiro de 2012

A Los Médiums


Por Mercedes Cruz Reyes

¿Eres médium?

¿Estudiaste como se debe desarrollar la mediúmnidad?

¿Sabes la responsabilidad que implica el ejercer la mediúmnidad?

El señor ha querido que la luz se hiciera para los hombres y que penetrase en todas partes por la voz  de los espíritus, con el fin de que cada uno pudiera adquirir la prueba de la inmortalidad; con este objeto los espíritus se manifiestan  hoy en día, en todos los puntos de la tierra y la mediúmnidad  que se revela en las personas  de todas las edades y condiciones, en los hombres y en las mujeres, en los niños y en los ancianos, es una de las señales del complemento de los tiempos predichos.

Para conocer las cosas del mundo visible y descubrir los secretos  de la naturaleza material, Dios ha dado al hombre la vista del cuerpo, los sentidos  y los instrumentos especiales; con el telescopio penetran  sus miradas  en las profundidades del espacio, y con  el microscopio ha descubierto el mundo de lo infinitamente pequeño. Y para penetrar en el mundo invisible le ha dado la mediúmnidad.

Los Médiums son los interpretes  encargados de transmitir a los hombres  las enseñanzas de los espíritus, “son los órganos materiales por los cuales se expresan los espíritus  para hacerse inteligibles a los hombres” Su misión es santa, porque tiene por objeto abrir horizontes  de la vida eterna.

Los Espíritus vienen a instruir al hombre sobre sus destinos futuros, a fin de conducirles por el camino del bien, y no para ahorrarle  el trabajo material que debe tomarse  en la tierra para su adelantamiento, ni para favorecer su ambición y su codicia. De esto deben penetrarse muy bien los Médiums para no hacer mal uso de sus facultades.

El que comprende la gravedad  del mandato de que está revestido, lo cumple religiosamente;  si convirtiera en distracción o diversión para el o para los otros una facultad dada con un fin tan formal y que le pone en relación con los seres de ultratumba, su conciencia se lo echaría  en cara como un acto sacrílego.

Los Médiums como interpretes de la enseñanza de los espíritus, deben hacer un papel importante en la transformación moral que se opera; los servicios que puedan prestar están en razón de la buena dirección que den a sus facultades, porque los que siguen  una mala senda, son más perniciosos que útiles a la causa del espiritismo; por las malas impresiones  que producen, retardan más de una conversión. Por eso se les pedirá cuenta del mal uso que han hecho de una facultad que les fue dada para el bien de sus semejantes.

El médium que quiera conservar la asistencia de los buenos espíritus, debe trabajar en su propio mejoramiento; el que quiera ver aumentar  y desarrollar su facultad, debe progresar moralmente y abstenerse de todo lo que pudiese desviarle de su objeto providencial.

Si los buenos espíritus se sirven algunas veces de instrumentos imperfectos, es para dar buenos consejos y procurar conducirles al bien; pero si encuentran corazones endurecidos, y si sus avisos no son escuchados, entonces se retiran y los malos tienen el campo libre. 

Para obtener la asistencia de los buenos espíritus y separar a los espíritus ligeros y mentirosos, los Médiums deben  ser formales; sin la formalidad la mediúmnidad  es una facultad estéril  que puede redundar en perjuicio del que la posee, porque puede degenerar en una obsesión peligrosa.

El médium que comprende su deber, en lugar de enorgullecerse por una facultad que no le pertenece puesto que puede serle retirada, atribuye a Dios las cosas buenas que obtiene; si sus comunicaciones  merecen elogios, no se envanece, porque sabe  que son independientes de su merito personal, y da gracias a Dios por haber permitido que los buenos espíritus  vengan a manifestársele.  Si dan lugar  a critica, no se ofende por ellos, porque no son obra de su propio espíritu; dice que ha sido un mal instrumento  y que no posee todas las cualidades  necesarias para oponerse a la intervención de los malos espíritus; por eso el médium a de procurar adquirir  estas facultades, y solicitar por medio de la oración, la fuerza que le falta.

Extraído del Evangelio Según el espiritismo

quinta-feira, 9 de fevereiro de 2012

Análise do Pensamento de Allan Kardec de 1855 a 1869


Por Krishnamurti de Carvalho Dias

1. INSTRUMENTO DE PROGRESSO

O traço principal é a constância, a coerência. Desde o primeiro contato (o episódio Carlotti, os contatos com Pâtier, Fortier e Roustan) até o seu decesso, uma nota domina tudo: Rivail apresentava o Espiritismo como matéria científica e filosófica, negava que fosse religiosa, embora reconhecesse a interação existente com essa área.

Insistia que o Espiritismo era um instrumento de progresso e crescimento social. Comparava-o constantemente a outros instrumentos de progresso: o microscópio, a estrada de ferro, o telégrafo, a eletricidade, o vapor, que foram utilizados para que a vida se tornasse mais fácil e maior o domínio da natureza pelo homem, bem como o conhecimento dela, tanto quanto o autoconhecimento.

Em momento algum foi colocado, admitido por ele, qualquer função látrica para o ismo que fundara. Não o apresentava como uma nova opção adorativa, um novo território de opinião confessional. Pelo contrário, sempre caracterizava que qualquer crente, qualquer adepto de religião existente poderia ser espírita, visto essa relação não implicar em imposição de nenhum dogma ou artigo de fé.

2. INDEXAÇÃO COM A CIÊNCIA

Depois de arredar qualquer suspeita quanto a algum possível exclusivismo religioso, Rivail abria para uma indexação total com a ciência. Queria esta como um referencial constante, punha o Espiritismo imerso nela, movendo-se com o nível científico, regulando-o por seus avanços, as descobertas e invenções, os ganhos e fatos novos teriam de ser absorvidos. Rivail viveu uma época fecunda de mudanças e novidades, quando o nível científico mudava constantemente, em saltos substanciais e não houve um só ano do período da codificação que não estivesse ligado a alguma grande modificação daquele nível.

Para Rivail, não bastava declarar, proclamar não ser religião como ele fez, publicamente, na polêmica com o Abade Chesnel (“Revista Espírita”, maio/julho de 1859) e mais tarde no discurso da sessão do Dia dos Mortos (“Revista Espírita”, dezembro de 1868). Essa explicitação era necessária, indispensável, mas não era tudo a fazer. Tinha de preservar o ambiente da comunidade imune de contaminações místicas e piedosas. Tinha de preservar o padrão da Doutrina isento de traços místicos e confessionais. Por isso buscava o modelo da comunidade científica, das instituições e corporações científicas, arredando-se, prudentemente também, dos modelos políticos.

Com igual empenho declarava constantemente que o Espiritismo não era nem uma nova religião nem um novo partido político, mas um fato de progresso alcançado pela ciência, a indústria, a tecnologia. É como dizia, por exemplo, no discurso aos lioneses (“Revista Espírita”, outubro de 1861).

Abandonou sem hesitar uma anterioridade de nove anos, um acervo nada desprezível, aquela quase década que vai de 1848 (Hydesville) até 1857. Só podemos supor que tinha um feeling quanto aos rumos futuros dessa área spiritualist que, afinal, deu no que se sabe: confessionalização total.

3. POSSESSÃO E ENDEMONINHAMENTO

Talvez pela mesma razão, aversão a preconceitos religiosos, fixou um modelo das relações patológicas envolvendo a mediunidade, restrito aos casos de subjugação, fascinação e obsessão, desprezando o caso da possessão. Essa palavra implicava em endemoninhamento e era inarredável para Rivail que esse conceito religioso tinha de ser desacreditado.

Outro ângulo da teoria espírita, o modelo de composição da população geral do globo, impedia a ideia de existirem demônios, seres sobrenaturais, malfazejos e fora da humanidade. A pesquisa dos fatos espíritas indicava que todas as manifestações cabiam nos limites da inteligência humana, nenhuma excedia ou ficava aquém desses limites. Os espíritos eram seres antropológicos e toda análise do seu comportamento confirmava isso.

Por isso, o modelo das interações problemáticas, de risco, entre desencarnados e encarnados, correu num plano parecido com o que em biologia se produziu quase com o mesmo fim: parasitismo, comensalidade, simbiose, infecção etc. Mentes desequilibradas podiam pesar sobre mentes desprevenidas, em formas de delinquência ou enfermidade, tudo era reduzido a essa ótica muito científica, completamente distanciada de preconceitos religiosos.

Mais tarde ampliou o conceito e incluiu o dado da possessão justificando-o. Parecia de fato haver o caso da possessão, mas não no sentido religioso da palavra (de endemoninhamento), pois este já fora desacreditado semanticamente, mostrando que a Igreja havia deturpado o alcance de uma palavra como daimon, dando-lhe outra finalidade para servir a seus fins.

O novo sentido de possessão em que o novo dado se inscrevia era o mesmo em que se diz que uma nação exerce sobre certo território e seus nativos, um poder, um domínio que reduz aqueles a controlados seus, como a Inglaterra faz com as Malvinas Argentinas. É possessão (havia muitas terras sujeitas a esse regime), mas nada tem de endemoninhamento. Em tal sentido é que Rivail teria assimilado o termo.

É de pensar se não teria sido também pelo progresso da ciência, incorporando um fato novo estudado por Faraday e Maxwell. O conceito de campo eletromagnético impôs-se e prolongou-se até a física quântica. No tempo de Rivail era algo muito pouco divulgado e difuso, mas não é pensável que Rivail ignorasse o assunto. A ideia de haver um espaço adjacente ao ser encarnado onde se expandia seu perispírito, como uma (hoje chamamos assim) psicosfera, atendia às duas solicitações: incorporava o conceito de campo, era um campo “quantizado” e, ao mesmo tempo, podia ser a sede daquela invasão e apropriação dos obsessores, já que a razão repele que possam invadir corpos e mentes, coabitando com a alma.

4. CONCEITO DE “REBIRTH” E “REBORN” 

Cabe aqui uma digressão: no Spiritualism há o conceito de rebirth, onde reborn são os espíritos que abandonam seus corpos e invadem, apresam, capturam corpos alheios, expulsando seus ocupantes ou convivendo com eles, coabitando. É a reencarnação dublada para os ingleses. Rivail nunca aceitou isso, fazia da reencarnação um processo dependente da procriação, da reprodução, portanto um fato biológico contraposto àquele processo extrabiológico, chegado ao sobrenatural via endemoninhamento.

O desenvolvimento do embrião é proposto até como controlado e induzido por um molde biológico preexistente, o perispírito, uma novidade da teoria espírita que deslocava a ideia do princípio vital. O desenvolvimento posterior da biologia, com estudos muito detalhados da embriogênese, toda a pesquisa sobre a célula, os organismos vivos, o código genético, a hélice dupla do DNA/ARN, tudo tem a ver com o modelo proposto, de o reencarnante passar pelo processo biológico para plasmar seu corpo. Não tem a ver com a ideia simplista de um rebirth imperialista e colonialista, onde um mais forte apresa, captura e despoja outro mais fraco. 

Por outro lado, fica impensável que pudesse haver aquela “invasão” de um corpo por outra mente no sentido de dupla ocupação, coabitação do mesmo corpo, pois a noção de espaço e do meio interno corporal são muito diferentes disso. Organismos predadores como o vírus da AIDS, a tênia, germes e bactérias, parasitas de todo tipo podem instalar-se em tecidos e órgãos, cavidades, invadirem células, perturbando e arruinando, parasitando o ser vivo hospedeiro; mas isso nada tem a ver com a invasão de um reborn, uma coabitação de almas.

A noção de espaço mudou muito desde o século passado, afastando essa ilusão de haver um espaço interno, um oco nas criaturas onde almas invasoras penetrassem, expugnando os ocupantes originais. Mas o campo da psicosfera permite entender como pode dar-se uma invasão, uma ocupação com um máximo de controle psíquico, fisiológico, sem haver dupla ocupação do mesmo corpo.

A interpenetração defina psicosfera pela outra, de um perispírito por outro, de um ser encarnado por um espirito é algo que ainda intriga, mas contém elementos para explicar como pode haver uma possessão (no sentido político da palavra) sem haver o que pretendia a Igreja com seu endemoninhamento.

É legítimo pensar que assim como núcleos de átomos não se aproximam além da medida que leva o nome de Angstrom (10-10), traçando um limite à aproximação e deformação que os átomos podem ter, um fato comparável a esse impeça também que um obsessor desloque o obsidiado de seu corpo físico, limitando sua possessão (ocupação extrema, controle máximo) a essa psicosfera, um campo externo onde pode se desmandar. 

Por outro lado, para que imaginar invasores espirituais, arrombando as portas da alma e ocupando-a como se fosse uma fortaleza medieval, se a eletrônica e a informática mostram como pode haver perturbação (obsidiar é perturbar) e interferência, controle apenas por varredura, sem nada de invasivo? Escaneamento, sensoriamento, controle remoto, são meios de haver comando à distância. Hoje, uma nação pode escanear todas as comunicações de outra, como no caso da fragata “Pueblo”, capturada nas águas territoriais norte-coreanas (1).

A mudança de Rivail quanto ao termo possessão pode ter-se dado em virtude de uma compreensão nova, em face de descobertas que rolavam no nível científico. Ele também mudou quando espíritos lhe trouxeram para conferir indivíduos desencarnados que ainda se supunham vivos e agiam como tal. Os fatos fazem sábios mudarem.

5. LINGUAGEM E TERMINOLOGIA

Censura-se Rivail pelo excesso de apego a uma terminologia muito marcada, como os fluidos ou a linguagem religiosa. Quanto aos fluidos, o flogístico, o calórico, o princípio vital, o od, o fluido nervoso, o fluido elétrico, o magnético, eram ainda vigentes, de um modo ou de outro, até quase o fim daquele período (1855/l869). Ninguém suponha que os fluidos acabaram de chofre com as descobertas, pois não foi assim: por décadas ainda persistiram. Pasteur vacilava, sem repelir de todo o princípio vital. Maxwell, liquidando com dois fluidos, o elétrico e o magnético, com sua teoria do eletromagnetismo, não terminou por supor um fluidão, o éter? Por que Rivail, imerso no nível cientifico do tempo, não haveria de compartir disso?

A indexação pela ciência tem duplo efeito: o Espiritismo está sujeito a correções, mas também fica exposto a contaminações conceituais. É o caso de muitas teorias expostas por Rivail no seu “A Gênese”, hoje plenamente descartáveis. Era um risco a correr.

Já a linguagem religiosa era explicável pela necessidade de comunicação. O reflexo religioso é o mais forte dado nas sociedades e, falando para elas, Rivail tinha de usar linguagem compreensível. Não se precisa insistir sobre isso.

Newton fez pior, quando fixou elementos de alquimia e astrologia em suas teorias; colocou Jeová (não outro hierônimo qualquer, mas o próprio Jeová) como operador do motor sideral; e Einstein mesmo relutou ante Planck, protestando que "Deus não joga dados". A linguagem religiosa é um dado que permeia o discurso até de materialistas, agnósticos, ateus.

Mas Rivail fez dois cortes letais nesse reflexo quando primeiro subordinou a fé à razão, numa inversão total do habitual religioso: a razão legitima a fé, não o contrário, é o alcance da frase famosa: “fé legitima é a que pode encarar a razão etc." E, quando pôs o progresso intelectual como causa do moral, outra inversão imensa, intragável por religiosos. 

A rendição à linguagem religiosa era incontrolável, mas essas duas inversões conceituais resgatam Rivail daquela.

6. O EVOLUCIONISMO E ‘O LIVRO DOS ESPÍRITOS’

Talvez outro feeling fizesse Rivail ir devagar com a teoria Darwin-Wallace, que foi de longe a maior reviravolta destemida desde Galileu e Newton, obrigando a Igreja a mover-se e mostrar sua verdadeira cara. A tempestade desabou foi sobre Darwin, não exatamente sobre Wallace nem sequer salpicou Pasteur que era do ramo, mas como 350 anos atrás, quando poupou Copérnico, apenas acuou e afastou Galileu, queimando, porém, Giordano Bruno, a Igreja, esta vez, levou à fogueira foi Rivail em Barcelona (2). 

Na questão 127 do primeiro (pois que há dois) “O Livro dos Espíritos”, um escorregão. Perguntando se “l'âme humaine” não teria sido sucessivamente “le principe de vie” dos seres da criação, Kardec provocou uma viva e cortante negativa: nunca, os homens sempre foram homens. Esse impasse só foi desfeito no segundo dos dois livros, quando Rivail situou a questão de modo semântico: o que se queria era liquidar com a ideia da metempsicose e metensomatose (a rebirth inglesa), fixando a não-retrogradação — depois de atingida a fase hominal não havia retrocessos. Rivail manejara mal o adjetivo “humaine”, se era humana a alma (fase hominal) não poderia ser o “princípio de vida” (outro conceito sujeito a chuvas e trovoadas) de seres primitivos (derniers) sob pena de abrir para teorias de migração, por corpos e outras extravagâncias. 

Essa e muitas outras questões chamam a atenção para o caráter, a qualidade do primeira livro, onde não havia tanto recurso a nominação do hagiológio, quer dizer, não se falava tanto nos santos católicos (Agostinho, Luiz etc.), mas onde imperava igualmente uma fraseologia religiosa, influência do meio.

Um estudo completo do pensamento de Rivail não pode ser feito senão com todas as peças da Kardequiana, além do mais, com a consideração da conjuntura social e de ideias, o nível científico daquele período.

O caráter desse primeiro livro ê muito mais conforme o método científico, pois revela certas condições de obtenção de prova, a metodologia empregada para obter tal e tal ensino, a anatomia enfim do processo todo que foram suprimidos no segundo.

7. PLOTAGEM NA ERRATICIDADE

E é importante conhecer essas condições, os processos, a metodologia, enfim, de Rivail para se valorizar os resultados. Kardec usou um conceito importante, a erraticidade, para dizer que quando desencarnados as condições do meio são desconhecidas, por vezes impossíveis de serem bem entendidas, de um lado por sua natureza mesma, completamente diversa daquilo que conhecemos e estamos aptos a entender; por outro lado, pelo filtro cultural que nossas ideias sobre a morte e vida além do corpo incorporam. Culturas formadas à sombra de ideias religiosas inabilitariam para entendermos essas notícias sobre o meio social e físico após a morte e, por isso, Kardec resumiu tudo num conceito, erraticidade, que sob esse ponto de vista equivale ao de Heisenberg (exclusivamente sob este ponto de vista), o de incerteza quanto à localização das partículas.

Toda vez que tentamos conhecer e localizar a partícula, fatalmente não conseguiremos pelo esforço mesmo de localização, reza a fórmula do indeterminismo; de modo comparável, qualquer esforço (nas condições atuais) de localização e detalhamento da erraticidade, esbarra naquele limite, uma espécie de “constante de Planck” (3), o filtro cultural, um elemento impeditivo desse conhecimento.

O espírito desencarna e reingressa no meio social e físico da erraticidade, onde sua localização e detalhamento de situação, sua plotagem detalhada, passam a serem críticas, podendo-se com o que se sabe, apenas compor uma ideia geral, mais ou menos como sobre a partícula se pode traçar uma onda, onda de probabilidades. Sempre que se quiser ir além disso na vida espírita, cairemos na possibilidade de distorções, como quando Roustaing foi mistificado por detalhamentos visivelmente ligados ao nível religioso. Ou o caráter dantesco-dantiano de André Luiz.

O próprio Emmanuel adverte para que o termo erraticidade pode ser mal entendido, dando ideia de errar sem deveres, vaguear sem ordem, sem instituições. Em contraposição, desenvolve, com André Luiz, um esforço de detalhamento dessa erraticidade que visivelmente ajudou a prejudicar o entendimento do Espiritismo, pois sofreu deformações por aquele filtro cultural. As descrições de André Luiz-Chico Xavier, da erraticidade, causam tanta confusão, às vezes, quanto as descrições da médium Tereza D’Ávila (santa católica) e Dante Alighieri, tornando risível algo muito sério.

Aplicando o conceito de Heisenberg à vida dos espíritos como meio social e político, físico etc. (o rótulo geral de erraticidade), fica-se com um prudente e razoável limite de incerteza, indeterminismo, onde sabe-se este ou aquele parâmetro (como em física são a frequência, o comprimento etc.) mas em que se renuncia a uma plotagem absorta porque resvalaria para o irreal.

8. DA SOBREVIVÊNCIA AO INDETERMINISMO

O mesmo acontece com a grande teoria de sociedade, embutida na ideia de reencarnação. Herculano Pires alerta para o que Rivail introduz (comentário “in fine” ao capítulo V, edição da Lake), o mito do véu, comparando-o ao mito da caverna platônica. O dado impeditivo de perfeito conhecimento sobre a história individual é o desconhecimento (e a inutilidade de conhecimento em nível histórico-social) do passado de cada um, o que gera distorções.

Basta saber que a sobrevivência social quanto a individual, são inseparáveis. Existe uma sociedade replicante formada por indivíduos sobreviventes, com sua cultura, seus parâmetros velados pela incerteza, o indeterminismo, bem como pelo argumento de que são diferentes os dois espaços-tempos, o nosso corpóreo, tridimensional (e quadridimensional também) e o dos espíritos, indefinível por enquanto.

Quando isso se transporta para a sociedade humana (apenas no sentido de corpórea, pois a desencarnada é humaníssima também) a incerteza e o indeterminismo desaparecem visto poder-se plotar perfeitamente cada indivíduo numa grade de variáveis e constantes (variáveis individuais e constantes sociais).

Mas isso somente quanto a aspectos ou seja, visões exteriores desses indivíduos, plotados, localizados mas não realmente definidos, conhecidos neste outro dado, a informação interna, que portam, sua carga individual, o seu passado, o que são, de per si e o que ficam sendo, quando juntos, num somatório, compõem as chamadas classes.

Do mesmo modo que olhando para o:cosmos não se vê este no seu agora, atual, presente mas só o seu passado de uma infinidade de parsecs, por certas constantes impeditivas dessa atualização (a distância, a velocidade da luz, a precariedade dos instrumentos etc.) também quando olhamos a sociedade e as classes que a compõem, o que vemos não é o seu hoje, seu agora, mas um passado, refletido ou consistido-consistente no que as pessoas ainda “são” externamente, pela plotagem de cada um, sua localização, toda atrelada, produzida pelo que foram no passado e que determina esse agora seu.

Noutras palavras, um indivíduo, uma partícula social, está plotada, localizada perfeitamente, como isto ou aquilo geneticamente, biologicamente, politicamente, civilmente, pertence a uma cidadania, fala um idioma, tem uma profissão, um nível de renda, certo nível de cultura, um nome, uma identidade, enfim, é algo perfeitamente plotado, localizado. Mas o que ele “é”, hoje, não reflete senão o que foi, suas necessidades de reparação e quitação do passado, consequências de todo um acervo de tentativas-erro, experiências vividas e que desfecharam naquilo que hoje ele está. Mas não exatamente o que ele é, hoje. Eis que pode estar (circunstancialmente, conjunturalmente, por sua plotagem, a reentrada que fez no mundo quadrimensional comum a todos, a vida corpórea) isto ou aquilo sem ser mais aquilo que determinou essa plotagem existencial.

Então, a visão da sociedade por soma, por conjunto, não bate com o que são cada um de seus indivíduos, realmente, mas como eles estão, naquele dado momento da observação e tudo será necessariamente outra realidade, outra avaliação, noutro momento de observação (momento aqui é instante, lapso de tempo, não o seu significado em física).

9. PLOTAGEM SOCIAL

AÍ está a grande dificuldade que faz espíritas esbarrarem às tontas uns nos outros. O segmento religiosista, com seus preconceitos religiosos de reforma íntima, o segmento a-religioso, com seus escrúpulos antirreligiosos e seus pendores reformistas sociais. Essa espécie de barreira, de limite à análise imposta por aquela impossibilidade de se saber, olhando a sociedade, como ela é verdadeiramente, pois vemos por fora os indivíduos que a compõem, não pelo que verdadeiramente são, agora, mas pelo que estão, na plotagem social em que se demoram, formando classes, em consequência do que foram, do que eram. Vemos o consequencial que ainda persistirá por algum tempo até se extinguirem esses passados.

Por isso é que a teoria marxista de sociedade sofre aquela aproximação e interpenetração até certo limite, como um angstrom impeditivo de perfeita coincidência, com a teoria espírita, mas chocam-se nisso: uma, a sociedade marxista, toma como absolutamente o que a outra, a visão espirita de sociedade sabe que não passa de relativização.

Classes são como nebulosas, resolvem-se em miríades de pontos, os indivíduos, cada qual com sua carga e massa (o seu passado) e sua informação específica. E esse acervou ou massa pontual, esse agregado que parece tão sólido a certos observadores como Marx, como algo absoluto em si, a ponto de ser objeto de impiedosas análises e vaticínios cruentos, na verdade nada tem de sólido. Marx mesmo entendeu que “se desmancha no ar”, pois os indivíduos nelas agrupados, dando-lhes aparência de solidez, são passageiros, transitórios. Hoje, estão nela, numa certa classe, amanhã noutra, oposta e por isso as qualidades que uma classe tem (que a fazem oprimida ou opressora num dado momento de observação), já no momento seguinte estarão mudadas pela migração e rodiziamento contínuos dos indivíduos componentes.

Classes em seus atritos, formidando, são como placas tectônicas sociais, que se esfregam, friccionam-se na sociedade, geram grande energia, a força das coisas, mas o Espiritismo vem e penetra nesse aparente sólido que são as classes e desvenda sua tessitura pontual; são massa de pontos, têm uma física fractal, resolvem-se em nuvens de partículas sem fixidez nenhuma, de mobilidade imensa. São os vaivéns das almas pelos corpos, pelas plotagens existenciais. Hoje como dominador, amanhã como dominado, com o que, falar de classes assim ou assado, é falar do que não tem fixidez nenhuma.

10. CONVERGÊNCIA E DIVERGÊNCIA

Nessa ilusão caem todos ou quase todos os espíritas: apaixonam-se por certas teorias reformistas sociais sem entenderem que primeiro precisariam aceitar o dado kardequiano que se contrapõe e inibe, de certo limite para cima, a teoria marxista.

Segundo acham, arbitrariamente, que o Espiritismo teria de, forçosamente, ser reformista social, desvelar-se pela solução das desigualdades e injustiças sociais, como um partido reformista ativista. Mas é bom entender que muita coisa prefigurada por Rivail foi repetida depois por Einstein, Planck e Heisenberg; que a terminologia e o conceitual espirita muito têm a ver com os do nível relativístico-quântico-probabilístico-estatístico, do mesmo modo que se achou uma comunidade entre esse nível em física e com a biologia, na bioquímica. E não se cobra nada deste nível.

Estudar essas grandes níveis e suas convergências é o que deve interessar aos espíritas, pondo eles próprios, suas divergências de lado.

O Espiritismo não tem nada que empenhar-se num ativismo político, reformista social, pois ê ciência e essa não é função científica. A ecologia é o que sabe, mas não teve que envolver-se em algo que só o ecologismo tomou a peito fazer: deter o processo de destruição dos recursos naturais. Para esse trabalho, formou-se um elemento consequencial, coadjuvante, a comunidade ecológica, de ecologistas (não necessariamente ecólogo), ista do ismo ecológico, que existe por causa da ecologia, mas que não se confunde com esta.

O Espiritismo não tem de que vexar-se face aos desníveis e injustiças sociais, pois ele apenas os estuda e explica, quanto o astrônomo mede em parsecs a defasagem entre o acontecimento e o registro humano dos grandes fatos siderais; ou o físico de partículas traça ondas de probabilidades de partículas, sem as ver nem as poder plotar efetivamente.

11. BATALHAS DE PALAVRAS

Um físico e biólogo advertiu para que, quando cientistas esgotam possibilidades efetivas de apreensão do físico, então resvalam para o semântico, empenhando-se em batalhas de palavras representativas de conceitos sobre os fatos de per si. Por isso chamam de ondas ao que nada tem a ver com ondulações (movimento mecânicos de um meio físico), mas são apenas variações de um registro, ondas probabilísticas, não das que os surfistas usam. Ou sobre partículas, que não são minifragmentos de nada, pois não são matéria e sim energia.

Quarks só têm cor, sabor na terminologia usada, não realmente. E porque é assim, precatemo-nos os espíritas, contra as discussões por nada, para ter presente aquela advertência dos espíritos na mensagem contida nos prolegômenos de “O Livro dos Espíritos”: “homens vaidosos, que tudo creem saber, entrarão com explicações cada um a seu modo, gerando cismas, discórdias...” pois querem primeiro forçar que tudo sabem e segundo tudo querem explicar, ao seu modo pessoal, não um impessoal, de grandes níveis de convergência de observações. 

Vejam o que se passa com a simples palavra codificação: ação ou esforço de codificar, reduzir a código, também ficou sendo o próprio produto desse esforço, a coisa codificada. Substantivou-se: codificação ficou sendo um modo mais extenso de dizer “o código”. E código fixou-se como uma normativa, uma forma moral imposta, sentido em que se diz: “código salomónico”, “código napoleônico”, “código penal” ou de Sólon, Dracon e Licurgo. Eis Rivail, por ter feito uma codificação, nivelado a codificadores no sentido conveniente a quem o usa, que querem fazer do Espiritismo uma religião moralista. E de Rivail outro Moisés.

Mas codificar era reduzir a código, ou seja, apena tirar de uma forma, a sequencial, os rolos de papiros ou pergaminhos, para por em outra forma (o sentido de informar é esse: por em forma), esta aleatória, que são os códigos. Isso se observa no contraste entre carretéis (cartridges) e discos, seja no áudio, vídeo ou informático.

Também se usa código no sentido de linguagem particular, cifrada, onde codificar é cifrar, tornar restrito o entendimento de uma linguagem. Mas não foi isso que visivelmente Rivail fez, como não também no primeiro sentido, o de fabricar uma legislação restritiva de nada, um esforço legiferante.

Fala-se de código genético mas isso foi apenas por sob nova forma (in-formar) o conhecimento bioquímico, em nível intramolecular. Foi o que Kardec fez: informou, foi informático de quanto se sabia sobre a vida após a morte, os dois aspectos da sobrevivência, o individual, que era o que o nível religioso já conhecia e sempre manejava (com o salvacionismo, p. ex.) e social, que se colocou com, principalmente, a teoria marxista, pois implica a compreensão do que é a distinção da sociedade entre uma, a corpórea e a outra, a incorpórea.

Com a codificação (redução a um código, novo meio duplo de acessar dados, nova forma contraposta a outra antiga) ficou muito mais pensável, disjuntivamente, analiticamente, o que antes só existia sob a forma, toda embobinada, religiosa ou filosófica. Esse é o mérito de Rivail, a informática da sobrevivência, principalmente ajudando a compreender melhor a urdidura do social.

12. DUAS LIBERDADES

É que há duas liberdades religiosas. A liberdade de religião, que consiste em se escolher a religião que se quiser e nela manter-se ou então deixá-la por outra, de livre escolha também, quase quando se queira. Na verdade, quando se amadurece e ja não se é compatível mais com a opção anteriormente feita. E existe uma outra liberdade religiosa, parecida mas diferentíssima, a da religião, quando se amadurece para tornar-se livre dela, dela independer, desligando-se do nível látrico, confessional, ingressando-se no nível dos que já podem pensar em Deus, de modo dessacralizado, desconfessionalizado, sob quaisquer dos hierônimos e sem condicionamentos culturais.

Esse foi o esforço de Rivail: por em nova forma, sob outra linguagem, fazer re-territorialização de tudo isso: a liberdade de religião.

13. CONCLUSÃO

Ousaria substituir aquele desenho de uma cepa por um outro, que representasse minha visão de como Kardec relativiza a compreensão de vida e morte, fixando esta como a continuação da vida por outros meios e noutro meio, pondo o individuo, o espirito, como uma partícula social que se move de modo conhecido, plotável, na sociedade corpórea mas não na incorpórea.

E o novo meio no qual se desenvolve a morte, onde acontece a outra sociedade incorpórea, necessariamente como um outro continuum espaço-tempo que ainda se haverá de compreender e formular.

Consistiria num horizonte, uma linha divisória dos dois meios, onde ocorrem as duas formas de vida social da mesma humanidade (bem como de todos os indivíduos não humanos da biosfera). Cortada por esse horizonte, uma hélice aberta, desenvolvendo-se em hemiciclos, ora acima ora abaixo desse horizonte, indicativos de em que meio cada hemiciclo ocorre.

É uma onda que cruza o horizonte nos dois sentidos, um que é o de descida (encarnação) e outro de "subida" (desencarnação), de tal modo que no plano inferior cada hemiciclo é uma experiência berço-túmulo e cada hemiciclo superior é uma estada na erraticidade.

São diversas as propriedades de cada meio, são dois espaços-tempos diferentes. Em cada um deles, a mente também experimenta distinta consciência de si e de seus deveres e necessidades. Parecerá masoquismo, apologia da dor, a observadores situados no plano encarnado, certas decisões tomadas na ótica de quem se demorava na erraticidade. Como, em contrapartida parecerá coisa deplorável, risível, a observadores já na erraticidade de certas decisões e emoções típicas de encarnados.

Essa a contradição das duas sociedades que lembra os dois observadores, o do trem e o da plataforma da estação, na questão da contração do espaço-tempo. Unificar esses agires, sentires e pensares é o próprio fim do parafuso da evolução pela reencarnação: visão integral de si e do mundo, o autoconhecimento, a educação da vontade.

14. NOTAS COMPLEMENTARES

Inevitável, falar no assunto-tabu: Júlio Abreu Filho pretende que Rivail, no início de seu trabalho, via no Espiritismo uma religião, depois tendo sido dissuadido pelos espíritos. Não apresentou fontes dessa teoria (in "O Principiante Espírita” desse autor, edição "O Clarim”). Acreditem se quiserem.

Já o nível religioso da comunidade fabricou outra versão contrária: Kardec teria começado dizendo não ser religião, mas terminara reconhecendo que é sim e aponta a fonte dessa persuasão na “Revista Espírita”, dezembro de 1868, o Discurso de Abertura da sessão do Dia dos Mortos. Indo ver, não foi nada disso.

A ordem dos fatores não altera o produto: um quer que o começo tenha sido assim e outro assado, mas ambos esperam que Rivail tenha mudado a meio caminho, seja do quê para o quê, mas mudado.

Rivail não era nenhum teimoso obstinado: mudava, mudou. Carlotti não o convenceu, mas Pâtier e Fortier, sim. Eis uma mudança. Outra foi quando teve de admitir o incrível: que há fulanos desencarnados que não sabem que morreram e continuam agindo com naturalidade, como se vivos estivessem. Os espíritos, aí sim, é que o corrigiram, sem dizer-lhe nada, só mostrando casos e casos dessa surpreendente situação.

Henri Sausse, no outro “O Principiante Espírita” (este é o da FEB, nada a ver com o de Abreu) alega que, antes de ocupar-se do Espiritismo, Rivail andou querendo unificar religiões, como um Alziro Zarur francês. Muito improvável isso. Sem fontes também. Outra vez, acreditem se quiserem.

Tentemos racionalizar. Rivail tinha cultura germânica, parecia antes um alemão que um francês. Quem o diz é sua amiga Anna Blackwell. Talvez tivesse se interessado pela religionswissenschaft, uma nova matéria que surgiu primeiro sem esse nome, depois apelidou-se assim, organizada por Max Muller (4). Quem sabe interessou-se deveras por essa novidade do seu ramo profissional, a pedagogia? Isso explicaria a cincada do biógrafo, que por sinal não foi a primeira (antes deu-o como médico).

Terá sido isso ou coisa parecida. Quem dá a pista é Mircea Eliade, no prefácio do seu clássico “O Sagrado e o Profano”. A dificuldade estaria nas datas, pois Max Muller usou o termo religionswissenschaft só em 1867, embora em 1852 e 1858 tivesse sido empregado pelo padre Prosper Leblanc e por F. Stiefelhagen. Tudo é possível, aí, mas é altamente improvável, implausibilíssimo, que Rivail desse aquela de reformista religioso. Isso não coaduna com o que conhecemos dele.

Considerável foi o engano de Herculano Pires quando asseverou que Rivail e Bergson se encontravam no conceito de religião dinâmica, viril etc. Algo que pode ser lido naquele curioso rodapé do livrinho “Iniciação Espírita” (Edicel), tradução do saudoso Wallace Leal de vários livrinhos de Rivail. No “Introdução ao Estudo das Manifestações Espíritas”, na parte do glossário espírita, há o famoso “verbete vazio”, quando Rivail deixou em branco a acepção do termo "religião”. (5) 

Aí há duas coisas a considerar: primeiro, o comentário transcrito de Herculano Pires e Emmanuel, em que um fala da religião dinâmica, viril, uma suposta aproximação Rivail-Bergson; e o segundo oferece sua conhecida digressão, fala do "triângulo místico”, com um ângulo assim e outro assado etc.

E há o comentário, propriamente dito, do tradutor sugerindo que debalde se procurará a definição de religião espírita por Rivail. Pode-se fazer duas coisas: concordar com isso, pois de fato, se religião espírita não existe (pelo simples fato de Espiritismo não ser religião), então como defini-la? Ou então discordar dele: há, sim, uma boa definição dessa pretensa, suposta religião. É naquela polêmica Rivail-Abade Chesnel (“Revista Espírita”, maio de 1853), quando Rivail diz que qualquer um pode fazer de suas opiniões uma religião, mas achava isso uma imprudência. Aí está: uma criação livre, pessoal, mas imprudentíssima, feita por cada um confrade equivocado, essa tal de religião espírita. É uma definição. É de Kardec.

Voltando a Bergson e Herculano, o confrade visivelmente se enganou. De fato, ambos se ocuparam (Rivail e Bergson) de religião, mas em graus diferentes. O que Rivail muito contribuiu foi para explicitar que havia dois sentidos, le sens filosofique e le sens usuele, no vocábulo religião.

Pairava uma confusão sobre isso. Comte havia usado a palavra, anos antes, para denominar a sua Religião da Humanidade, uma moxinifada pretensamente racional e mística ao mesmo tempo. Mas acho que usou a palavra, não no sens usuele (de culto) e sim no sens filosofique (de laço social). Por ser um ismo, o comtismo enlaçava toda a humanidade, num conceito integral, daí Religião da Humanidade e laço da humanidade (a condição humana sendo comum a todos os humanos) serem o mesmo.

Talvez Rivail tenha querido explicitar bem. Tendo negado, nove anos antes, na polêmica com Chesnel, que o Espiritismo fosse uma religião, havia deixado claro que isso era no sens usuele, isto é, não era um culto, visto não ter ritual, liturgia, templos, imagens, clero, nada disso. O comtismo adotou toda essa parafernália, por isso era mesmo um culto, mas o Espiritismo não, daí a veemente desmentida.

Já Bergson foi diferente. Segundo tenho lido a seu respeito (há um estudo de Deolindo Amorim in “Anais do ICEB”), o grande filósofo categorizava em “religião estática” e “religião dinâmica” a própria religião, isto é, a entidade látrica que tem os atributos de culto, templos, clero, religiosidade etc. Havia para Bergson religiões que eram ora uma, ora outra das duas espécies. Mas o equívoco de Herculano foi aí: Kardec havia separado duas classes, mas quanto aos sentidos da palavra, não da religião em si, isto é, dos cultos. Um fato apenas semântico. Já Bergson categorizou em cima dos cultos propriamente ditos. Estes é que se diferenciam assim entre si. 

Cada qual ao seu plano diferente um do outro: Rivail falando da palavra, do vocábulo e Bergson tratando a entidade, a coisa látrica em si, não o vocábulo. Herculano parece que não entendeu isso.

Aliás, a pior coisa foi terem inventado essa de haver no nosso meio essa figura inexistente, os "exegetas" de Rivail. Os que até aqui foram chamados de "exegetas" de Rivail lamentavelmente confundiram muito as coisas. É o caso apontado, é o caso de Canuto Abreu, algo que infelizmente, com todo o apreço e respeito por eles, não posso dizer outra coisa: confundem os estudiosos e novatos.

Aquela publicação (o primeiro “O Livro dos Espíritos”) foi uma façanha editorial que todos temos de, reverentes, agradecer a Canuto Abreu. Mas aquele prefácio introdutório e a versão em português, decididamente são algo menor, tantos os reparos que suscitam. Uma pena. Igualmente certos comentos de Herculano na tradução de “O Livro dos Espíritos”. Introduzem alguma vacilação. Registro isso apenas para que se saiba, sem nenhum intuito de criticar os dois valorosos e dignos confrades.

A questão restava, pendia, merecia esclarecimento chamar de "religião dinâmica”, “viril”, foi uma mostra de grande valorização e respeito que Herculano deu, algo que o nobilita deveras, mas contraproducente e desviada dos fatos. Ademais, é bom lembrar que Rivail muito pediu que ninguém chamasse ao Espiritismo por essa palavra, que julgava nociva à sua compreensão. Isso pode ser lido naquele Discurso de Abertura.

Fonte: Anais do I Simpósio Nacional do Pensamento Espírita, evento bianual realizado em Santos-SP, de 11 a 13 de agosto de 1989, promovido pela Livraria Cultural Espírita (Licespe). A partir de sua segunda edição, mudou de nome para Simpósio Brasileiro do Pensamento Espírita (SBPE).

NOTAS DO PENSE

(1) A captura da fragata norte-americana Pueblo pela Marinha da Coréia do Norte, em 23 de janeiro de 1968, ficou conhecida como Incidente Pueblo. Segundo os norte-coreanos, a fragata se encontrava em suas águas territoriais enquanto os Estados Unidos alegaram que ela estava em águas internacionais. Fatos posteriores ao incidente indicaram que por incitação da União Soviética, os norte-coreanos capturaram a fragata por conter uma máquina criptográfica para espionagem. Até hoje a Coréia do Norte exibe o navio como atração turística, uma forma de promover o antiamericanismo.

(2) Em 9 de outubro de 1861, em Barcelona, Espanha, a Igreja Católica queimou em praça pública cerca de 300 livros espíritas que haviam sido encomendados pelo editor e livreiro francês Maurice Lachâtre, amigo de Allan Kardec. O episódio foi chamado pelo fundador do Espiritismo de “Auto de Fé de Barcelona”.

(3) A “constante de Planck” é uma constante fundamental da Física, usada na descrição do tamanho dos quanta, no cálculo da energia do fóton. O nome foi dado em homenagem ao físico alemão Max Planck (1858-1947), formulador dessa constante, considerado o pai da Física Quântica.

(4) Friedrich Max Müller (1823-1900), linguista e mitólogo alemão, foi um profundo estudioso das religiões orientais, considerado o criador da disciplina Religião Comparada.

(5) “Instruções Práticas Sobre as Manifestações Espíritas” (no original, “Instructions Pratiques Sur les Manifestations Spirites”), primeiro opúsculo lançado por Allan Kardec, em 1858, foi traduzido por Cairbar Schutel em 1923 e relançado por iniciativa de Wallace Leal V. Rodrigues, editor de O Clarim, de Matão-SP, em 1968. A Edicel lançou a mesma tradução em uma coletânea, contendo outras obras introdutórias do fundador do Espiritismo, intitulada “Iniciação Espírita”, em 1970, com apresentação e notas de J. Herculano Pires. Com a publicação de “O Livro dos Médiuns” (1861), essa obra não foi mais reimpressa. Jean Meyer, sucessor de Allan Kardec na direção da “Revista Espírita”, lançou a segunda edição em 1923, simultaneamente à publicação da tradução de Cairbar Schutel. 


Krishnamurti de Carvalho Dias (1930-2001), escritor autodidata e orador espírita, foi um dos pioneiros no uso da multimídia para a divulgação do Espiritismo. Escreveu os livros O Laço e o Culto, Roustaing, Toques de Obsessão, A Descoberta do Espírito, Dois Ensaios, O Nascimento da Morte e dezenas de ensaios e artigos na imprensa espírita.

Fonte: PENSE - http://viasantos.com/pense/arquivo/1327.html

Sobre o Espírito de Verdade


Por Sérgio Aleixo

No francês: L'Esprit de Vérité. Ou seja, literalmente, o portador da verdade. Digo isso baseado no fato de que Kardec foi bem rigoroso certa vez, não admitindo a comunicação de um espírito que estendeu essa qualificação a todos os espíritos superiores. Se não, vejamos:

“O espírito que ditou a comunicação acima é, pois, muito absoluto no que concerne à qualificação de santo e não está certo quando diz que os espíritos superiores se dizem simplesmente ‘Espíritos de verdade’, qualificação que não passaria de um orgulho disfarçado sob outro nome, e que poderia induzir em erro, se tomado ao pé da letra, porque nenhum se pode vangloriar de possuir a verdade absoluta, nem a santidade absoluta.

A qualificação de ‘Espírito de verdade’ não pertence senão a um só, e pode ser considerada como nome próprio; está especificada no Evangelho. Aliás, esse Espírito se comunica raramente e apenas em circunstâncias especiais. Devemos pôr-nos em guarda contra os que se adornam indevidamente com esse título: são fáceis de reconhecer, pela prolixidade e pela vulgaridade de sua linguagem”.[1]

Anote-se, portanto, que a qualificação “Espírito de verdade” apenas não seria orgulho disfarçado no caso especificado por Kardec. Isso confirma que ele acreditava que essa entidade fora mesmo Jesus quando esteve na Terra. Razão pela qual trata Jesus por l’Esprit de vérité no n. 48 de O Livro dos Médiuns, e atribui a presidência da regeneração planetária a Jesus, ou ao Espírito de Verdade, tanto no n. 7 do cap. I de O Evangelho Segundo o Espiritismo quanto no n. 42 do cap. I de A Gênese, infracitados.

No que diz respeito à presença ou não do artigo a contraído à preposição de, o fato é que não há artigo no original francês, só preposição: Espírito de Verdade. Por exemplos, os Prolegômenos de O Livro dos Espíritos: L'ESPRIT DE VÉRITÉ, e a Revista Espírita de Nov/1861, Discurso e Brinde do Sr. Allan Kardec, onde assegura: “[...] mon guide spirituel: l'Esprit de Vérité”. Como no português os substantivos geralmente são acompanhados de artigos que os determinem, alguns tradutores, creio, optaram por Espírito da Verdade. Acresça-se a isso os textos publicados após a morte de Kardec, em Obras Póstumas. Aos 25 de março de 1856, seu guia espiritual lhe diz: “Para ti, chamar-me-ei a Verdade (l'Vérité)”. Aos 12 de junho, o comunicado a Kardec sobre sua missão é assinado pelo Espírito Verdade (Esprit Vérité).

Então, o que há é Kardec publicando: l'Esprit de Vérité. E escritos não publicados por ele consignando: l'Vérité; Esprit Vérité, e ainda l'Esprit de Vérité. A prevalência, claro, é desta última qualificação. Segundo Kardec, como já se viu, ela “está especificada no Evangelho”. De fato, o Evangelium Secundum Joannem, XIV, 17, e XV, 26, registra Spiritum veritatis, e em XVI, 13, Spiritus veritatis.[2] Logo, sempre Espírito “de(a) Verdade”, nunca Espírito “Verdade”. O mesmo se verifica no grego, tò pneuma tês alêtheias, literalmente: o Espírito “de(a) Verdade”, ou, para o Prof. C. T. Pastorino, o Espírito “verdadeiro”, jamais o Espírito “Verdade”.[3]

No final de contas, é o grande espírito que, no dizer de Kardec, preside o Espiritismo e a regeneração planetária. Basta conferir o n. 48 de O Livro dos Médiuns; o n. 7 do cap. I de O Evangelho Segundo o Espiritismo e o n. 42 do cap. I de A Gênese:

“[...] enquanto uns atribuem todas as comunicações ao Diabo, que pode fazer bons ditados para tentá-los, outros pensam que Jesus é o único a se manifestar e que pode fazer maus ditados para experimentá-los. [...] Quando lhes advertimos com os casos de identificação, que atestam a presença de parentes, amigos ou conhecidos pelas comunicações escritas, visuais e outras, respondem que é sempre o mesmo espírito: o Diabo, segundo uns, o Cristo, segundo outros, que tomam aquelas formas. Mas não dizem por que razão os outros espíritos não podem comunicar-se, com que fim o Espírito da Verdade viria nos enganar sob falsas aparências, abusar de uma pobre mãe ao fingir-se o filho por ela chorado. A razão se recusa a admitir que o Espírito mais santo de todos venha a representar semelhante comédia. Além disso, negar a possibilidade de qualquer outra comunicação não é tirar do Espiritismo o que ele tem de mais agradável: a consolação dos aflitos? Declaramos simplesmente que semelhante sistema é irracional e não pode resistir a um exame sério”.[4]

“Ele [o Espiritismo] é, portanto, obra do Cristo, que o preside, assim como preside ao que igualmente anunciou: a regeneração que se opera e que prepara o Reino de Deus sobre a terra”.[5]

“[...] o Espiritismo realiza todas as promessas do Cristo em relação ao Consolador anunciado. Ora, como é o Espírito de Verdade que preside o grande movimento da regeneração, a promessa da sua vinda está, dessa forma, realizada porque, de fato, ele é o verdadeiro Consolador”.[6]

[1] Revista Espírita. Jul/1866. Qualificação de Santo Aplicada a Certos Espíritos. 2.ª ed., F.E.B., 2007. Negritos meus.
[2] Biblia Sacra, Vulgatæ Editionis, Parisiis, 1838. Confira abaixo as imagens da publicação original.
[3] Sabedoria do Evangelho, 8.º Vol., p. 15. Diz Pastorino a propósito de João, XIV, 16-17: “Esse advogado é dito, logo a seguir, o Espírito verdadeiro (tò pneuma tês alêtheias). Ainda aqui afastamo-nos da tradição, que apresenta a tradução literal: ‘o Espírito da Verdade’.”
[4] Trad.: J. Herculano Pires. 23.ª ed., L.A.K.E., 2004. Negritos meus.
[5] Trad.: J. Herculano Pires. 59.ª ed., L.A.K.E., 2003. Negritos meus.
[6] Trad.: Albertina Escudeiro Sêco. 1.ª ed., Léon Denis Gráfica e Editora, 2008. Negritos meus.

Fonte: Ensaios da Hora Extrema - http://ensaiosdahoraextrema.blogspot.com/2011_11_19_archive.html